Por: Enrique R. Mirabal — 1 de julio, 2006
En la tradición que marca los veranos musicales por el sur de la Ciudad de México, mientras descansan todas las agrupaciones sinfónicas de la capital, la Orquesta Sinfónica de MinerÃa (OSM) toca para nosotros en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario. Todos los fines de semana de julio y agosto, la OSM se deja escuchar los sábados por la noche y los domingos al mediodÃa con pares de conciertos de variada e interesantÃsima programación.
Bajo la dirección artÃstica de Carlos Miguel Prieto y su director asociado, José Areán, la OSM emprende una nueva etapa con un criterio y una logÃstica novedosas, acordes a las preferencias del público de nuestros dÃas y enfocada a captar a un mayor número de jóvenes y a diversificar su audiencia.
Los efectos inmediatos de esta estrategia se perciben a simple vista con los llenos totales (en realidad, esta orquesta siempre contó con una magnÃfica respuesta de los melómanos), entusiasmo y disfrute pleno.
La programación de este verano de 2006, por obvias razones, se dedica a los compositores homenajeados por sus aniversarios: W. A. Mozart y Dimitri Shostakóvitch además de celebrar los 30 años de la anfitriona de lujo, la Sala Neza como se nombra entre los habituales.
Es de destacarse, la inclusión de obras monumentales que tienen por acústica y capacidad, el marco ideal en la Neza. Prácticamente, no hay semana en que no escuchemos una sinfonÃa grandiosa o una cantata o misa que requieran de masas corales y una dotación extraordinaria de instrumentos de las diferentes familias de una sinfónica, baste como ejemplo, la “SinfonÃa Alpina” de Richard Strauss escuchada en la segunda semana o “La Atlántida” de Manuel de Falla programada para el mes de agosto o la muy esperada “Gran Misa en do menor” de Mozart para los conciertos de gala que clausuran la temporada en agosto 26 y 27.
Solistas de amplia trayectoria internacional como Paquito D´Rivera y obras de Messiaen, Schnitke y los clásicos de siempre: Beethoven y Chaikovski deleitan ya a los asistentes eventuales y a los abonados a esta temporada que marca los vientos de cambio para la Orquesta Sinfónica de MinerÃa.
A disfrutar el verano con buena música. Mucha falta que nos hace.
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