Óscar Tapia presentó El empresario, un espectaculo mozartiano que atrapa al público

Por: Arturo Carrasco — 11 de junio, 2014

En 1786 en el marco de las “fiestas de primavera”, en el Orangerie del Palacio de Schönbrunn residencia estiva del entonces emperador de Austria José II. se lleva a cabo una de las ceremonia más elegantes de la temporada, a la cual asisten cientos de invitados, entre ellos el Duque de Sajonia Teschen, gobernador de los Países Bajos acompañado de su esposa María Cristina, hermana del monarca, además de Estanislao Poniatowsky, sobrino del rey de Polonia.

Para esta celebración, su alteza real ordenó componer al ya afamado Wolfgang Amadeus Mozart y a su acérrimo rival Antonio Salieri que compusieran una ópera ligera, una obra de gran clase que sirviera para engalanar el acontecimiento y así deslumbrar a los visitantes y, de paso, hacer una competencia entre ambos compositores.

En esa ocasión, Salieri propusó la ópera bufa italiana Primero la música y luego las palabras, mientras que Mozart presentó la opereta alemana El empresario teatral basado en el libreto, aunque original, nada novedoso, de Johann Gottlieb Stephanie.

Después de casi más de dos cientos años, El empresario sigue vivo y vigente, tal como lo demostró la adaptación que realizó el director Óscar Tapia de este su última su puesta en escena, la cual se presentó con gran éxito en dos funciones especiales –el sábado 7 de junio y domingo 8 de junio–, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Esta comedia de un solo acto compuesta por cinco números musicales: una sinfonía-obertura, una arieta y rondó para soprano, un terceto y un vodevil-final, fue escenificada por Tapia con un lenguaje contemporáneo en el que incluye personajes de la política mexicana, del medio del espectáculo y situaciones que sólo los mexicanos entendemos.

La trama nos relata la historia de Don Escrúpulos un empresario musical quien atraviesa por una crisis profesional desde su última temporada, la cual le provocó problemas financieros que lo llevaron a una situación de crisis teatral.

Súbitamente la suerte toca a su puerta pues es llamado por el gobierno para crear una nueva compañía lírica en Austria, sin embargo, no cuenta con los recursos suficientes para hacerlo.

Es entonces cuando aparece Don Ángel, un banquero que se ha enterado del nuevo cargo de Don Escrúpulos así como de sus problemas económicos para realizar su encomienda, de tal manera que le propone aportar el capital necesario para realizar la encomienda, no sin antes pedirle un favor personal.

Es aquí cuando entran en escena Madame Corazón y la señorita Trino de Plata, dos sopranos que mantienen una relación personal con Don Ángel y que además compiten por tener el papel principal en el nuevo proyecto a partir de la demostración de sus talentos vocales, situación que además provoca el decidir qien encabezará el elenco de la ópera.

Esta situación hará que todo se torne conflictivo para todos y que incluso, las exigencias excesivas que las dos divas solicitan, haga parecer que todo el proyecto se va venir abajo. Ante esa situación, las dos “prime donne” deciden calmar sus caprichos y privilegiar la música y al arte por encima de la ambición.

Para Tapia, quien cuenta con una destacada carrera en el difícil terreno de la opera, esta nueva adaptación busca seguir con la idea de Mozart de conectarse con todo el mundo, de ahí que se presente hablada en español, lo cual permite acércanos a nuestra época e idiosincrasia, y utilice ciertas referencias que ayuden a atrapar al público y sirva para que todos disfruten de la ópera.

Esto no significa que El empresario caiga en una posición del chiste simplón sino que como declara Óscar Tapia, “busca apelar a un público inteligente, que si sabe de ópera está bien, pero si jamás ha tenido relación con el género, también la disfrute. Hacemos un trabajo muy profesional para que cualquier persona se divierta”.

En este sentido, es que los actores juegan un papel muy importante al dar muestra de sus talentos en cada una de las escenas que llevan al espectador a una hora de hilarantes carcajadas y sobre todo a ser partícipes de una extraordinaria partitura concebida por la genialidad del gran compositor austriaco, en la cual se muestra de manera cómica los problemas financieros que llega a tener una producción escénica.

“El tratamiento musical es muy complicado pues los cantantes, además de duetos y tercetos, tienen que intercalarlo con la actuación, además la obra fue diseñada para realizarse en cualquier escenario, esta situación también demanda mayor preparación y desgaste del elenco”, Óscar Tapia.

El elenco lo integra Carlos Felipe López, quien interpreta a Don Escrúpulos, el distinguido hombre de teatro quien siempre va acompañado por su fiel asistente Buff, caracterizado por Armando Gama; mientras que el papel de Don Ángel es llevado a escena por Mauricio Esquivel. Las dos divas, Madame Corazón y Trino de Plata son interpretadas por Karla Muñoz y Citlali Carrillo, respectivamente.

Por cierto, el texto del compositor italiano fue premiado por la crítica en esa ocasión por encima del trabajo de Mozart, según cuentan, fue muy celebrado y aplaudido convirtiéndose en el punto culminante de la fiesta.

De la opereta alemana de Mozart no se habló nada más, sin embargo, la historia se encargaría de dar a cada uno su lugar y en particular al músico de Salzburgo la fuerza para seguir con su trabajo, en particular, la preparación de Las Bodas de Fígaro.

Fue así que descubrimos y nos encantamos con El empresario, un espectáculo mozartiano llevado a escena por Producciones Arándano y Concertistas Internacionales, una nueva propuesta lírica que forma parte de un proyecto que tiene como objetivo convertir la ópera en un género accesible para todos.