Maxim Vengerov, un lujo que celebra ocho décadas del Palacio de Bellas Artes

Por: Claudia Magun — 29 de marzo, 2014

Maxim Vengerov se presenta en el Palacio de Bellas Artes, marzo 2014 A que santo le damos las gracias y a quién le colgamos el milagrito que hizo que los pobres mortales de la Ciudad de México nos hiciéramos presentes en Bellas Artes para escuchar al zar del violín Maxim Vengerov y su histórico Stradivarius que como el mismo dice “responde a un violín que ha vivido la historia” (construido en 1787 y tocado por una gran leyenda francesa del violín: Rodolphe Kreutzer 1766–1831).

Sí es Vengerov, el ruso aquel que salió de Siberia para llevar al mundo su virtuosismo como ofrenda a la música, aquel niño, que a los 10 años conquistaba el primer lugar del Concurso Wieniawski y a los 15 el Carl Flesch, y hoy con su infinito conocimiento sobre la partitura y la historia detrás de aquello que quiso decir el autor en cada nota triunfa en los escenarios del mundo.

Maxim Vengerov se presenta en el Palacio de Bellas Artes, marzo 2014 Maxim Vengerov, quien estudió con Galina Tourchaninova y Zakhar Bron, es el intérprete que detrás de un velo de brillante técnica que carga con esa profunda expresión que pareciera alegremente despreocupada pero gloriosamente lírica resultado de una perfecta simbiosis entre hombre e instrumento.

Un virtuosismo que como él mismo afirma le viene de sus orígenes, los cuales a base de estudiarlos los ha hecho suyos a partir de una perfecta estructura sonora que como el mismo reconoce ha evolucionado a través de Paganini, Wieniawski, Ysaÿe y Kreisler, y que la define como la llamada escuela rusa que es realmente la escuela franco-belga polaco. “Creo que Wieniawski es el Dios para nosotros los violinista. Estoy seguro de que si hoy el estuviera aquí, todo el mundo caería de rodillas ante la pasión, virtuosismo y belleza de su interpretación”, Maxim Vengerov.

Maxim Vengerov se presenta en el Palacio de Bellas Artes, marzo 2014 Su trayectoria discográfica inició con varias grabaciones para el sello Melodiya, antiguo sello soviético, su primer álbum de recitales lo realizó bajo la producción de Biddulph, una pequeña discográfica inglesa.

Sin embargo, su verdadera entrada en el mundo discográfico tuvo lugar a los 15 años, cuando firmó un contrato en exclusiva con Teldec Classics. Ha grabado con las firmas Melodia, Teldec y EMI, con las que obtuvo un premio Grammy y Gramophone, ambos por Artista del año. Recientemente lanzó con Master Chord Records una grabación con los dos conciertos para piano de Chopin acompañado por la Royal Philharmonic Orchestra.

“Hasta los años sesenta había una diferencia entre las diversas escuelas musicales. Se reconocía si alguien provenía de la escuela francesa, alemana, rusa. Hoy en día, con las tecnologías, es fácil acceder a cualquiera de ellas, sin embargo los jóvenes no deben alejarse de las reglas: cada músico debe desarrollarse de una forma particular, pero hay que repetar lo que es la tradición. El ejecutante de cualquier instrumento no puede limitarse a su especialidad, ya que debe contar con conocimientos más amplios de la música, conocer diferentes estilos e incluso entender lo que dice el director”, Maxim Vengerov.

Maxim Vengerov se presenta en el Palacio de Bellas Artes, marzo 2014 Un joven talento de tan sólo 40 años con toda una vida en la música plagada de ambiciones que lo han llevado a un nuevo reto, querer trascender las barrera de la interpretación, y siguiendo los pasos de su mentor, el finado Mstislav Rostropovich, anteponerse a la música y con la misma enjundia que logra en el violín, ahora enfrentar todos los instrumentos en un nuevo camino que lo lleve a la dirección de orquesta, el cual realmente creemos conquistará en un futuro cercano con los mismos laureles que le ha otorgado la carrera de concertista.

Extraordinaria retórica que sin duda exige la clase de virtuosismo y poder que le significa el éxito logrado en cada escenario que se presenta, como el del Palacio de Bellas Artes donde hoy sábado el gran Maxim Vengerov nos ofrecerá una cátedra de aquello que se conoce como técnica, conocimiento y sentimiento.

Maxim Vengerov se presenta en el Palacio de Bellas Artes, marzo 2014 Respecto al programa que interpretará, acompañado por el pianista –también de origen ruso– Roustem Saitkoulov, Vengerov ofrecerá en la primera parte obras del periodo romántico, sublimes piezas como la Chacona de la Partita No. 2 de Johann Sebastian Bach y la Sonata en la mayor de César Franck, “una pieza muy colorida” refiere el violinista.

La segunda parte estará dedicada a partituras que fueron interpretadas por grandes violinistas europeos como Antonín Dvořák, Fritz Kreisler, Niccolò Paganini, Camille Saint Saëns y Eugene Ysayë, todas ellas obras energéticas para cualquier pianista y violinista que las interprete, dijo Vengerov, quien piensa que el final del concierto dependerá del público, de cuántos encores desee escuchar. Así que esta noche tan especial hay que agradecer la presencia de Maxim Vengerov con muchos aplausos…

Y por supuesto también dar las gracias a San Rafaelito, que hoy sábado de Cuaresma nos hizo el milagrito de Semana Santa al invitar a Maxim Vengerov para que con su Stradivarius luzca en todo su esplendor el Palacio de Bellas Artes en este año que celebra como en sus mejores épocas, ocho décadas como el epicentro de las artes y la cultura en nuestro país.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.