
Por: Enrique R. Mirabal — 1 de diciembre, 2008
La Orquesta Filarmónica de la UNAM y la Sinfónica Nacional cierran el 2008 con emotivos conciertos.
Cuando llega diciembre, la cartelera se inunda de espectáculos y conciertos alusivos a los festejos correspondientes a la celebración de la Navidad y el Año Nuevo. En México, las tradicionales pastorelas son las consentidas del público y, de ellas, encontramos un surtido de variados tonos que van desde los clásicos con Fernández de Lizardi y su La noche más venturosa como referencia obligada hasta las variantes de cabaret o las actualizaciones populacheras llenas de morcillas polÃticas según vaya la actuación de los gobernantes pasando por el albur de carpa que siempre arranca estruendosas carcajadas a la primera palabra altisonante.
Las orquestas y coros, ya sea dependientes de alguna institución gubernamental o religiosa, ofrecen los conciertos de villancicos y música sacra en áreas públicas o al interior de las iglesias (consultar la cartelera en este sitio). Desde los cánticos de origen medieval hasta las versiones rock o pop de los villancicos clásicos o de los christmas carols sajones hay mucha música de donde cortar.
Las orquestas sinfónicas programan oratorios alusivos o conciertos festivos con música ligera y hasta las pistas (de campaña) de hielo, recién importadas con vistas a comicios no muy sacros que digamos alternan con un ballet siempre preferido y solicitado, El cascanueces, que este año se mantiene en el Auditorio Nacional en una temporada que se prolonga al 23 de diciembre.
La CompañÃa Nacional de Danza, dirigida por Sylvie Reynaud, prosigue con estas representaciones que se iniciaron hace tres décadas en el Palacio de Bellas Artes. Tanto niños como adultos pueden disfrutar de la magia de Hoffman y de la música de Tchaikovski coreografiada por Ivanov con escenas clásicas como los Copos de nieve o la visita al fantástico paÃs de golosinas y querubines, incluido el Vals de las flores y la variación del Hada de azúcar.
En fin, diciembre es, por antonomasia, el mes más importante entre las festividades cristianas que han devenido en festejos laicos por no decir paganos, regresando al verdadero origen, marcado por el solsticio de invierno.
El primer ejemplo que se conserva entre los cantos que celebran la Natividad de Jesucristo data del siglo IV, Jesus refulsit omnium atribuido a San Hilario de Poitiers, y es considerado un antecesor de los villancicos que se propagaron en la Edad Media y han llegado hasta nuestros dÃas con ejemplos de considerable interés en la América Hispana. Los carols de la lengua inglesa representan la variante del protestantismo que es la más conocida internacionalmente.
En los conciertos, siempre se espera la inclusión de melodÃas reconocibles, entre ellas, Stille nacht de Franz Gruber o la clásica White Christmas de Irving Berlin, las cuales se escucharán en la Sala Nezahualcóyotl con la OFUNAM este diciembre, bajo la dirección de Eduardo Diazmuñoz; además se incluyen selecciones de El MesÃas de Häendel, del ballet El Cascanueces de Tchaikovski y música alusiva de Leroy Anderson (1908-1975).
De este músico norteamericano de padres suecos, se celebra en este 2008 el centenario de su nacimiento con eventos tan alegres como su música. Quién no ha escuchado su Reloj… o sus lúdicos tangos o jazz orquestales amén de la indiscutiblemente clásica Máquina de escribir, un rÃtmico ejercicio que ha acompañado infinitas escenas de animación o pantomima. Su Paseo en trineo es el número más cercano a estas fechas.
La Sinfónica Nacional ha optado por el oratorio La Creación de Joseph Haydn para cerrar su ciclo 2008. Estrenada en 1798 en Viena, como su tÃtulo indica, la obra evoca la creación del mundo según se narra en el Antiguo Testamento, para ser más precisos en el Génesis, no obstante haber bebido el autor de otras fuentes entre las que sobresale El paraÃso perdido de Milton, un autor inglés que gozó de notoriedad y predilección entre los austeros lectores de la Ilustración.La recopilación de las diversas fuentes literarias fue responsabilidad de Gottfried Van Swieten.
La Creación está compuesta sobre la estructura tradicional del oratorio barroco, particularmente en el estilo de Haendel, compositor al que Haydn admiró sin reservas y de quien reprodujo el esquema alterno de arias, recitativos y coros. Entre los personajes solistas que hacen su angelical aparición después del caos inicial y los siete dÃas creativos, se encuentran Gabriel, y Rafael aparte de los eternos padres comunes, Adán y Eva.
No se quede en casa. Sumérjase, bien abrigado, en el espÃritu navideño a través de la música y la danza.
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