
Por: Fritzi Mazari — 21 de mayo, 2008
Como parte del festejo de los 45 años de la CompañÃa Nacional de Danza (CND), en el estreno de la Fierecilla domada, obra de John Cranko – talentoso y creativo coreógrafo sudafricano a quien la agrupación le rinde homenaje durante el 80 aniversario de su nacimiento-, el pasado 4 de mayo, se llevó a cabo una ceremonia especial donde Ricardo Calderón, subdirector general del INBA, otorgó la Medalla Bellas Artes a Richard Cragun como reconocimiento a su vida dedicada a la danza.
Cragun, dotado y virtuoso, quien fuera primer bailarÃn del Stuttgart Ballet -compañÃa dirigida por Cranko, personaje ilustre de la danza que adaptó la clásica Fierecilla de William Shakespeare al ballet, llevándolo a la escena por primera vez en Alemania el 16 de marzo de 1969- nació en 1944, en la ciudad de Sacramento, California, su formación la inició con Barbara Biggs y más tarde estudió en la Banff School of Fine Arts en Canada, donde fue alumno de Gweneth Lloyd y Betty Farrally; perfecciono su técnica en la Royal Ballet School de Londres y con Vera Volkova en Copenaguen.
Como profesional ingresó en 1962 al Stuttgart Ballet, donde tres años más tarde fue promovido como bailarÃn principal, realizando importantes interpretaciones como L’estro armonico (1963), Opus 1 (1965), Mozart Concerto (1966), Présence (1968), La Fierecilla domada bailando el papel de Petrucchio, Brouillards (1970), Poème de l’extase (1970) y Carmen (1971).
Richard Cragun dijo adiós a los escenarios dancÃsticos en 1996, y se inició como director artÃstico del Berlin Opera Ballet. Hoy quien es considerado entre los diez intérpretes masculinos más importantes del siglo XX, reside actualmente en Brasil, donde funge como director artÃstico de la compañÃa DeAnima Ballet Contemporáneo.
Como detalle se puede mencionar la visita que Richard Cragun realizó en 1980 a nuestro paÃs, presentándose en el Palacio de Bellas donde bailo con Marcia Haydée, estas dos figuras que por años triunfaron en el escenario con el Stuttgart Ballet interpretaron esa noche fragmentos de Romeo y Julieta, Onegin y la Fierecilla Domada, este gran clásico de Cranko que en este su homenaje enmarco la entrega de la Medalla Bellas Artes.
“Por sus cualidades artÃsticas únicas, las que se conjugan con excepcionales dotes humanos, es un honor otorgar este merecido reconocimiento a uno de los bailarines que se distinguió en las producciones de Cranko e inspiró numerosos personajes para sus creacionesâ€, Ricardo Calderón.
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