
Por: Eunice Contreras — 1 de septiembre, 2012
Tijuana BC, 1 de septiembre de 2012.– El encuentro, que tuvo como sedes la Universidad de California en San Diego y la Casa de la Cultura de Tijuana, conjuntó creadores de Suiza, Argentina, Irlanda, Londres, Letonia, EU y México.
La actividad escénica en la región binacional Tijuana-San Diego, cada vez se vuelve más universal, considerando el estratégico punto geográfico de esta región que comparten tanto México como Estados Unidos.
El constante intercambio cultural a raÃz de un dinámico arte escénico compartido desde siempre por estas dos regiones, ha logrado desde hace décadas establecer una hermandad de desarrollo artÃstico, pero también se ha convertido en fuente de inspiración para la creación de foros de reflexión escénica internacionales.
Asà fue el caso de la II Edición del Cal-lab Kitchen 2012, cuya creadora, Allyson Green –quien a lo largo de estos últimos 10 años fungiera como coordinadora del departamento de Danza y Teatro de la Universidad de California en San Diego–, conjuntó creadores de Suiza, Argentina, Irlanda, Londres, Letonia, Estados Unidos y México; logrando a su vez una extensión de este foro a la frontera de Tijuana, coordinada logÃsticamente por la compañÃa de danza Lux Boreal.
Celebrado del 11 al 21 de agosto, creadores de nivel internacional como lo es la misma Allyson Green de Estados Unidos, Olga Zitluhina de Letonia, Claudia Lavista, Ãngel Arámbula, Renato González y Henry Torres de México, Jazmin Chiodi de Argentina, Alexandre Isei de Suiza radicado en Irlanda, el músico Alan Stones de Londres, entre otros; y 85 estudiantes de danza tanto de San Diego como de Tijuana, se sumergieron en la exploración de los cuerpos para el intercambio de ideas coreográficas, cuyo resultado fue mostrado el pasado 21 de agosto en el Teatro de la Casa de la Cultura de Tijuana.
Sin duda el arte escénico, no conoce las fronteras geográficas, ni del idioma, mucho menos polÃticas y religiosas, cuando se trata de poner sobre el estrado un verdadero acto de libertad como lo son los procesos creativos, asà a lo largo de 10 dÃas se abordaron los elementos de tierra, fuego, aire y espÃritu a través del movimiento, lo que permitió mostrar ejercicios de gran interés para quienes vivimos de cerca este foro.
Tijuana, sirvió también de gran inspiración para los participantes del Cal-lab Kitchen 2012, mostrando a los creadores dos realidades distintas que por años se han complementado una a la otra, por lo que el pretexto creativo se convirtió en una meta que para nosotros ha sido perene, el traspasar la frontera fÃsica pero también ideológica por medio del movimiento de los cuerpos, llevando a los creadores a mostrar un resultado escénico por demás interesante.
El sentido de pertenencia pasa a segundo término cuando los seres humanos reconocen su capacidad de necesitarse independientemente del idioma y empiezan a llamarse y a unirse para traspasar la valla que los reprime.
La danza como todo arte tiene pues el artificio de la liberación, y el estar del otro lado ya no solo es cuestión de curiosidad, sino de unión, de la conformación de un gran núcleo humano que ha decidido pisar todos los caminos que lo lleven a derrumbar la frontera de los cuerpos, danzando.
Cuanto simbolismo en una idea colectiva, ver los cuerpos rompiendo con la platea de un foro e involucrándose con los espectadores quienes estiraban sus manos para ayudar a hombres y mujeres que saltaban de butaca a butaca, como quien cruza un monte oscuro en busca del alba…
Esa es la verdadera realidad de una frontera que desde siempre ha estado dispuesta a tender lazos de unión a través de la creatividad sin condicionante alguno para lograrlo.
Estadounidenses, rusos, suizos, argentinos, mexicanos, irlandeses, londinenses, letones, sandieguinos, tijuanenses traspasando los muros, sin salvoconductos, sin diferencias, con la simple idea de explorar.
Aún siento su fuerza en casa paso, sus pies pisando la codera de mi asiento y sus ojos viendo los mÃos y los de los otros, estirando sus brazos para ser ayudados. Entonces me pregunto, ¿cuántas manos he dado para ayudar a alguien a estar del otro lado? ¿Cuántas he recibido? Traspasar una frontera no es necesariamente desafiar reglas y normas, probablemente sea una oportunidad para descubrir el poder del arte y de quienes lo practican.
Cambiar el frente de la escena y permitirnos voltear al fondo de la sala teatral para ser parte de esta experiencia creativa, nos brindó a los presentes una posibilidad distinta de la escena, de la danza, incluso de la vida.
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