Butoh y la técnica Noguchi Taiso

Por: Espartaco Martínez — 1 de mayo, 2013

Espartaco Martínez presentará La bestia dentro del Ciclo Solos del Teatro de la Danza, mayo 2013 “Dance first./ Think later. / It´s the natural order”. Samuel Beckett

El bailarín mexicano integrante de la Compañía Dairakudakan, Espartaco Martínez, comparte con InterEscena el presente artículo incluido en el libro Bitácora de Oriente. Compendio sobre la visión y procesos creativos en la danza butoh, publicado de manera independiente con el apoyo del Programa de Apoyo a la Docencia, Investigación y Difusión de las Artes (PADID).

La técnica de re-educación corporal conocido como Noguchi (Noguchi Taiso Physical Exercises 1) parte de una noción corporal que si bien es diferente a “la ciencia” y su método, comparte principios del mayor altruismo: la profilaxis del cuerpo. No, el cuerpo no puede ser tratado sólo como anatomía y sistemas (muscular, óseo, articular, neuronal, etc.), perdiendo su carácter sutil…

Básicamente Noguchi puede plantearse así: Percibir al cuerpo como una entidad amorfa, una bolsa de epidermis, receptáculo donde flotan los órganos, huesos, músculos y demas fluidos (una bolsa de piel flexible con hoyos, grandes y pequeños por donde entran y salen, transitan, se cruzan y mezclan otros elementos y sustancias). Esta bolsa o plasma apenas queda sostenida por el eje y punto de apoyo que se crea a cada momento al entrar en contacto con la fuerza de gravedad (energía telúrica que transmite al cuerpo vibraciones, ondas, frecuencias). El punto clave es como gravitar, flotar en el espacio, evaporarse ahí.

Espartaco Martínez presentará La bestia dentro del Ciclo Solos del Teatro de la Danza, mayo 2013 En cierto sentido, esta técnica implicaría reconocer una realidad íntima, un devenir de dioses y demonios, fuerzas internas desconocidas, pulsiones y dudas, esa base arcaica común de donde devienen las nociones que del tiempo y el espacio -y por tanto de drama-, hemos venido consensuando cotidiana y socialmente, en esta técnica se trata de percibir más que al “cuerpo”, a la conciencia de este sueño, esta alucinación que nos confunde ya de por si en vigilia y que juramos controlar….

Se trata de ir o regresar a lo más basico, sentir, la relación que hay entre tensión y lasitud generadas de forma simultánea en el cuerpo con tan sólo el simple contacto telúrico que el cuerpo percibe en sus intentos de verticalidad, y a su vez, dejarse tocar por las imágenes que aparecen y mezclan con la realidad. La caverna que proyecta sombras, Chejov y el absurdo que parece normal, la violencia chiquita de las cosas.

La técnica trata de revertir ideas, liberar actos ¿involuntarios?, equívocos, imposturas, irigotes, dengues que tratamos de ocultar, evadir, accidentes que luego nos explotan en las manos, a plena luz del día. En vez de hacer con el cuerpo, se trata de dejar hacer al espacio y gravedad lo que quiera con él. Desde el Noguchi, un simple ejercicio como sería estar de pie (posición básica) o acostado, requiere de una imagen seminal sine qua non en un sentido arcaico la escena cobraría un sentido aún más crítico; la hazaña consiste en mandar a la chingada lágrimas y esclavitud –látigo de mierda-, que sangra y socava el corazón de los padres, hermanos y en si toda la raíz.

Espartaco Martínez presentará La bestia dentro del Ciclo Solos del Teatro de la Danza, mayo 2013 La narrativa Noguchi trata de una imagen/cuerpo, masa amorfa interconectada —casi que indisosiada—, con el “afuera” ¿un ser? En relacion simbiótica: Una bolsa de piel con sinnúmero de hoyos, desde los más obvios, siguiendo con los poros, y llegando hasta los espacios entre las células que, a su vez están articuladas por estructuras moleculares también sostenidas por el espacio circundante. El asunto del cuerpo trata más bien de una diversidad de dimensiones para-corpóreas hasta la disolución y en una dinámica perenne de entradas y salidas. Espacios dentro de espacios. Micromacro-cosmos.

Las imágenes translucen un paisaje de mundos paralelos, apelan a una mayor sensibilidad/corporalidad de la conciencia en simbiosis con “el afuera”, sin culpas, prejuicios o pecados. Porque no es tan cierto eso de “mi” cuerpo; porque no siento que “tenga” un cuerpo. No es que haya habitante y habitación.

Espartaco Martínez: la danza Butoh y la técnica Noguchi Taiso, mayo 2013 Sentir y percibir pero no quedarse ahí pues no se trata de un burdo acto hedonista. En la escena el juego más bien trata de proyectar y seducir independientemente de lo que eres o crees, desplazar lo personal para encontrar lo humano: less personal concerning or self idetification.

El practicante de butoh toma una actitud de extrañamiento y decepción hacia la costumbre e idiosincrasia; va deconstruyendo la identidad social, cultural y lo que suponemos más íntimo, para recuperar memoria reptileana, evitar los manierismos de época, estilos impuestos, en un proceder más cercano al del geológico que al del antropológico.

Gravitar, “moverse” con el menor esfuerzo posible, sin derroches, evitar movimiento basura que después terminan ahogando al alma es la filosofía Noguchi. En el andar del samurai, su “penduleo” de las extremidades en una especie de réaliser simiesco para evitar tensión muscular, vemos cómo aprovechar el viaje para conectar, colgarse de una liana virtual para transitar a otras fases de una acción o secuencias de necesidad vital. Pura miel.

Espartaco Martínez: la danza Butoh y la técnica Noguchi Taiso, mayo 2013 Se ha dicho que butoh es una danza de la pos-vida (cuerpos muertos, espíritus, entidades, en la linea de Hijikata). Kazuo Onho hablaba de una danza fetal, de la pre-vida. En cualquiera de estos dos casos la resolución escénica implica conexión desde el lugar más blando del cuerpo, donde no existen huesos ni tendones, esto es, en la zona del bajo vientre: tanden.

La zona es ilocalizable en cierto sentido, es un chakra japonés. Be water my friend nos recomendaba este danzante de los golpes que fue Bruce Lee, más allá de referentes dudosos para los analistas serios, digamos que hay que gravitar. Animales, plantas, insectos y fenómenos naturales y físicos, son otra “escuela” y referentes que permiten desencriptarnos y escapar del movimiento políticamente correcto y decente.

Espartaco Martínez: la danza Butoh y la técnica Noguchi Taiso, mayo 2013 Hijikata acuñó una metáfora extrema e imposible, uno de los nodos para el nacimiento y el desarrollo del butoh: Butoh to wa, inochiga kede tsutateiru shitai de aru (Butoh es un cuerpo muerto movido tan solo con el riesgo, el último aliento de la vida). En una sociedad como esta, crear un cuerpo muerto es una afrenta pero una persona floja o y desepcionada esta cerca del butoh, sentirse tonto, estúpido es un proceso difícil cuando la costumbre es dominar sobre las cosas. Pero en esta guerra gana quien no defiende nada.. Estar vivos y muertos, implica un gran trabajo. El equilibrio aparece al abandonar la razón, el balance en un abismo sin red que pare la caída porque tampoco es que te paras solo, sino que la tierra te para. ¿Entonces?

En Oriente la cultura/vida aún está conectada a ese “eje universal” del movimiento, como también lo llama Darío Fo (La commedia dell’arte podría en cierto sentido ser ejemplo análogo del butoh en el sentido de una oposición “instintiva” al teatro y a la comedia erudita, donde máscaras, tipología y caracteres de los personajes son alegorías de animales de granja).

En el ultramoderno Japón existen hasta hoy en todos sus rincones los “baños” que mezclan el bidet (occidental) y el japanese style, que consiste simplemente en un hoyo que nos emplaza a adoptar una postura de cuclillas, muy “primitiva” o animal, como hacen los gatos o perros. En esta posición hay abdomen (tandem) y lo que se deriva de ello, una reconexión con nuestra animalidad más básica.

En Japón, antes de entrar a una casa invariablemente te quitas los zapatos, lo cual te hace sentir como pobre al principio y muy cómodo después, los que saben respiran por la garganta, los que saben poco por la espalda y los que saben mucho por los talones. Y al comer, es necesario permanecer sentado en el piso… No hace falta hablar de la cultura del baño termal.

Todo esto tiene que ver con el germen-Ki. Del abdomen nace la fuerza del actor/bailarín, y los orientales hasta para saludar se conectan al abdomen, para descansar o simplemente para escribir un mensaje de celular se les ve tomando posturas de cuclillas que remiten a lo fetal, lo primitivo, a la animalidad.

No está de más agregar que la técnica e idea del tandem está también comprendiéndose en otros tipos de actividades y ámbitos de la cultura oriental, como las artes marciales (el kendo, por mencionar solo uno de sus deportes tradicionales), el arte escénico tradicional (Noh y Kabuki, Danza kagura) y las terapias tradicionales como el tai chi y la acupuntura china, que proviene de lo más profundo de Asia.

Los ejercicios Noguchi son en principio una profilaxis y rehabilitación psicomotriz. Cuando importa quién eres y no lo que sabes hacer comienza la metamorfosis. El butoh incluye teorías de la física cuántica y la ecología que vienen a ser en esta época cismática, una alternativa.

Espartaco Martínez se presentará el próximo 21 y 28 de mayo dentro del Ciclo Solos, del Teatro de la Danza, del Centro Cultural del Bosque, con la propuesta coreográfica La bestia, obra estrenada en Japón y que contó con la asesoría del maestro Maro Akaji, director de la compañía Dairakudakan.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.