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Por: Claudia Magun — 15 de junio, 2012
“La mejor actuación de mi hermano fue su propia vida. Eso es algo que siempre voy a agradecer mucho, porque Carlos existió, existe y siempre existirá en nuestros corazonesâ€, Sandra Cobos.
Entre aplausos y vÃtores Carlos Cobos se despidió de familiares, amigos y compañeros, desde algún lugar el gran actor estuvo presente en un muy emotivo homenaje que el INBA le rindió a este enorme artista y amigo que ya descansa en paz…
Carlos Cobos, uno de los más queridos actores falleció el pasado miércoles 13 de junio y dos dÃas después, hoy viernes 15 de junio, el Teatro El Galeón fue testigo de un muy poco significativo adiós que las autoridades de la cultura organizaron a este gran actor que durante su enorme trayectoria le concedió tanto a la escena teatral nacional.
Con 52 años de edad, y más de treinta obras de teatro, Carlos Cobos fue reconocido como uno de los actores más apreciados del teatro mexicano, pero pareciera que poco le significó este desempeño para las autoridades de nuestro paÃs, ellos consideraron que el escenario para recordar su aportación de manera póstuma era el Galeón, para muchos debió ser Bellas Artes, donde se ha reconocido a varios que ni a los talones le llegaron.
Entre sus enormes intervenciones se puede mencionar su trabajo en obras como Divino Pastor Góngora de Jaime Chabaud; Constante, basada en un texto de Pedro Calderón de la Barca; La secreta obscenidad de cada dÃa y Un dÃa cualquiera, de Dario Fo; Lascurain o la brevedad del poder de Flavio González Mello y Don Giovanni o el disoluto absuelto, basada en un texto de Saramago con dirección de Antonio Castro que se estrenó en marzo de este año en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón.
Esto por mencionar sólo algunas de las actuaciones de este gran hombre, a quien el teatro le dio todo lo que él le pidió a la vida, como nos dirÃa hace algunos meses cuando lo entrevistamos antes del estreno del universitario Don Giovanni: “Dios no me concedió la belleza, pero me dio el teatroâ€.
Con esta actuación, Carlos nos dijo adiós, un jueves ofreció –antes de la revelación de placa conmemorativa por fin de temporada– la última función, con este personaje se despidió de sus fans en el teatro, después supuestamente vendrÃa su presencia en IRA, suave lluvia para heraldos negros, más su enfermedad no le permitió participar en esta invitación que David Psalmon le hizo, la obra se estrenó con retraso en la edición 28 del FMX, con su enorme ausencia.
“Lo más fácil para un actor es ponerse la máscara, ya sea de villano, de bueno, de mártir, de gandalla y con eso construir un personaje que muchas veces cae en la farsa, sin embargo, el verdadero reto es plasmar en él una pizca de la propia personalidad, un ingrediente secreto de nuestra propia esencia como humanos, es ahà donde la máscara se convierte en un segundo rostroâ€, Carlos Cobos.
Sus personajes escribieron varios párrafos en la historia de nuestro teatro, pero también lo hicieron sus participaciones en el cine donde se desarrolló al lado de los más importantes directores de la nueva generación en México.
En su trayectoria realizó algunas buenas produciones, otras no tan buenas, pero su actuación siempre sobresalió, se puede recordar su participación en pelÃculas como, Las vueltas del citrillo dirigida por Felipe Cazals; El infierno de Luis Estrada; Carnaval de Sodoma de Arturo Ripstein; Conejo en la luna dirigida por Jorge RamÃrez-Suárez; Conozca la cabeza de Juan Pérez de Fabián Hofman; Pachito Rex con la dirección de Fabián Hofman; y la hollywoodense La Leyenda del Zorro, dirigida por Martin Campbell. Más recientemente se hizo acreedor a un Ariel, por su personaje en la cinta La pastorela llevada a la pantalla de la mano de Emilio Portes.
“Lamentamos la pérdida del histrión, quien fue una persona valiosa que deja un aporte a la cultura teatral de nuestro paÃs y que también contribuyó a la proyección de nuestro cineâ€, Teresa Vicencio Ãlvarez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
El histrión quien cursó la licenciatura en arte dramático en la Escuela de Arte Teatral del INBA en 1959, al lado de reconocidas figuras del teatro, inició su carrera a finales de los años setenta en diversas puestas en escena independientes, a lo que siguió su incursión en el cine en 1986 con los cortometrajes Su completa satisfacción o la devolución de su alma y Un hijo para Eva.
Fue asÃ, que en el Teatro El Galeón, acompañado por quienes lo quisieron, con su fotografÃa presente rodeada de decenas de coronas fúnebres y arreglos florales, Carlos Cobos se despidió dejando muchos recuerdos, cariños y evocaciones de esa simpatÃa y cordialidad que siempre lo caracterizó. De ese desempeño que le valió el reconocimiento de muchos de sus amigos y compañeros que lo vieron ser y hacer del oficio del actor una forma de vida, una verdadera pasión, porque en su espÃritu siempre llevó un pedazo de cada personaje que interpretó.
Larga vida a Carlos Cobos, quien será recordado como ese Gran Actor (en mayúsculas porque su trabajo lo vale) que siempre fue, aquel que afirmaba que la actuación era una segunda piel, una coraza a la que habÃa de respetar y defender.
“Sueño con el dÃa de ver dignificado al medio actoral, somos personas que a veces despertamos mucho cariño en el escenario, pero que en la vida normal no cotizamos ni para que nos otorguen una tarjeta de crédito en los bancos. Yo estoy convencido de que nuestro gremio es tan importante como el de los arquitectos, porque con nuestro granito de arena hemos construido sueños, que es la materia prima más importante de cualquier naciónâ€, Carlos Cobos.
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