
Por: MarÃa Teresa Adalid — 1 de noviembre, 2005
Cimentada en principios y objetivos claros, en la necesidad de apostar por el arte y la cultura, a pesar de las adversidades y la indiferencia a este sector, es lo que distingue a Ediciones el Milagro, una editorial que toma riesgos para hacer viable a todo público el camino al conocimiento y comprensión del teatro, patria universal, su principal motivo de existencia.
Bajo este principio, la editorial se congratula al presentar la antologÃa “Teatro Norteamericano Contemporáneo II†una recopilación por demás extraordinaria de siete autores con diez obras escritas principalmente en los años 90´ con perspectivas enriquecedoras y diferentes.
La importancia de la antologÃa es el trabajo exhausto de recuperación, de textos perdidos que difÃcilmente se encontrarÃan en el rubro de una editorial comercial, manifestarÃa su director David Olguin, de ahà su enorme mérito en mostrarlo al público en general para el conocimiento de la dramaturgia estadounidense del siglo veinte, vagamente conocida y reconocida por preservar su independencia, por jugar un papel visionario y de análisis a los mitos y realidades norteamericanas de fin de milenio.
La antologÃa “Teatro Norteamericano II†forma parte de la Colección Teatro Mundi que también goza de la publicación de antologÃas de Polonia y Francia.
Los dramaturgos incluidos en este tomo han expuesto su verdad, de esta manera encontramos a Edward Albee recreando un pasaje fundamental en su vida personal, profundizando en si mismo con Tres mujeres altas, que parte de un realismo en apariencia tradicional para arrojarnos a un absurdo y enfrentarnos con la muerte, Barry Gifford traza una estética que combina el hiperrealismo y el pop con el expresionismo con una vena lÃrica muy personal distintiva en sus creaciones, John Jesurun y su Filoctetes retrata una metáfora de un hombre-mujer moderno bajo las reglas del Nuevo Orden Mundial, la guerra y la soledad en una angustia permanente. Tony Kushner nos habla del mal de fin de siglo: El sida, el fantasma que llegó a Estados Unidos para quedarse.
David Mamet conocido como “el fundador del lenguaje de la epilepsia moral norteamericana†nos comparte El Criptograma, un mundo de sufrimiento a causa de las entretelas de un divorcio con verdades inconclusas, fragmentación en las versiones del pasado, la incapacidad de reconocer la realidad.
Sam Shepard y su Niño Enterrado que a muchos consta como su mejor obra de teatro, a pesar de ser uno de sus textos menos conocidos, Paula Vogel, la única mujer en la antologÃa y su Cómo aprendà a Manejar donde trata la iniciación sexual de una mujer; el auto como sÃmbolo de viaje, del movimiento, se convierte también en el sÃmbolo del viaje hacia el interior, hacia el descubrimiento del placer, el dolor y la reconciliación.
Teatro Norteamericano Contemporáneo II Selección: David OlguÃn Introducción: Robert Potter, 696pp representa un gran esfuerzo editorial y un Milagro en su publicación para una retroalimentación a la sociedad de fuentes nobles como son los libros y la lectura
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