Infantil

Un clásico rejuvenecido

Por: María Teresa Adalid — 2 de marzo, 2006

La Compañia Nacional de Danza escenifica El Lago de los Cisnes Los probables inicios de la danza fueron impulsos rítmicos del hombre asociados a causas supranaturales que devenían en protección y favor de los dioses. El tiempo transcurrió y la danza adquirió un lenguaje y forma artística basado en la disciplina y normas.

Así pues, se considera que el ballet clásico tuvo sus primeras influencias de los ambientes señoriales italianos y franceses de la época barroca, distinguiéndose el ballet francés por mezclar pantomima, canto y música. A través de este tiempo es como el bailarín ha adquirido disciplina y una minuciosa conciencia corporal que ha cultivado durante años.

Una de las obras maestras del ballet, fácilmente identificada por su romanticismo, es la que lleva música de Piotr Ilich Tchaikovsky “El Lago de los Cisnes”, cuyo periodo en los ballets románticos se caracterizaba por exponer a la bailarina como figura central que se acompañaban de cuadros de solistas, en tanto que en las danzas de pareja, el bailarín actuaba como “caballero protector”.

Este 2006, nuevamente uno de los repertorios más famosos de Occidente tendrá lugar en un ambiente natural: la Isleta del lago del viejo Bosque de Chapultepec, escenificado por la Compañía Nacional de Danza, que además conmemora sus tres décadas de vida. “El lago de los cisnes”, con coreografía de Lev Ivanov y Marius Petipa, cuenta con los arreglos coreográficos de Laura Echevarría, Jorge Cano y Carlos López; el diseño de producción de Antonio López Mancera, así como la asesoría teatral del maestro José Solé. En esta ocasión también habrá cambios escenográficos, de vestuario y también la modificación de la escena del cisne negro (Odile) para que el público obtenga una mayor visibilidad.

“El lago de los cisnes”es un ballet en cinco actos, cuya primera representación en 1877 en el Teatro Bolshoi de Moscú tuvo como coreografía la de Julius Reisinger, sin embargo no obtuvo el reconocimiento del que actualmente goza. Fue hasta el 15 de enero de 1895 con la nueva coreografía de Marius Petipa y de Lev Ivanov que la obra alcanzó un gran éxito en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo. Marius Petipa se encargó del primer y tercer acto (actos en el castillo) y Lev Ivanov del segundo y cuarto acto (actos del lago).

“El lago de los cisnes”
narra la historia de Sigfrido, un príncipe que, al llegar a la mayoría de edad es invitado por sus amigos a una cacería en el lago cercano con el propósito de distraerlo de su indecisión para elegir consorte. Los jóvenes cazadores encuentran un lago dominado por el brujo Von Rothbart, quien al verse desfavorecido por la mirada de Odette la transforma en un precioso cisne junto con su corte. Sigfrido conoce a Odette al filo de la medianoche, al presenciar el desencantamiento de los cisnes. Von Rothbart observa este encuentro y, al buscar la venganza, interpone a Odile, el cisne negro, para que el príncipe engañado rompa los votos del primer amor, confundido por la magia y la belleza. Sigfrido, sin embargo, despierta y rompe el hechizo para luchar por el verdadero amor, por la verdadera reina de los cisnes.

La XXX Temporada de “El lago de los cisnes” en la Isleta del lago del Bosque de Chapultepec tendrá funciones los días: febrero 25 al 12 de marzo, de jueves a domingo.

Un cuento mágico donde la esencia se transmite a través de la danza, una clásica historia de amor narrada con el lenguaje corporal en el bello escenario del Bosque de Chapultepec. Espectáculo recreado por la Compañía Nacional de Danza que con el correr del tiempo se ha vuelto una tradición para el público mexicano.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.