
Por: Susana Fernández — 5 de abril, 2018
“Si algo tuvo El Quijote fue acciones que fueron vistas en su época como locura y en otras como idealismo pero la obras están ahÃ, eso es algo que no debemos olvidar”, Luis MartÃn SolÃs, autor de Un banquete para el difunto Don Quijote.
Una triste pompa fúnebre anuncia un terrible suceso, ha muerto un caballero y la pena invade a más de uno, pero no todo es sufrimiento, su fiel amigo Sancho Panza está dispuesto a honrar la memoria de un hombre “que murió cuerdo, pero vivió loco” y para ello ha dispuesto todo lo necesario para atender como se debe a los invitados a este gran funeral.
Montado como una gran fiesta donde se mezclan la música, el teatro, malabares circenses y un desfile gastronómico, La Bomba Teatro presenta Un banquete para el difunto Don Quijote, una atractiva propuesta de teatro de calle que a partir de un ingenioso texto donde se mezclan pasajes de Alonso Quijano –nombre del Hidalgo Quijote– con algunas anécdotas del propio Miguel de Cervantes Saavedra se invita al público a conocer la obra clave de la literatura española, todo presentado a través de un sepelio bastante singular.
“Un banquete para el difunto… retoma las tradiciones mexicanas de los funerales de pueblo donde la comida y la bebida son parte fundamental de ese tránsito de los seres queridos al otro mundo para mostrarnos quien era ese personaje que está en el féretro y que abre la puesta en escena”, Luis MartÃn SolÃs.
Con toques de humor, la picardÃa propia de nuestra cultura y uno que otro chisme, las plañideras (mujeres a las que se les paga por llorar en los entierros) van guiando a los asistentes por este “triste jolgorio” para conocer las andanzas de un hombre que lo mismo luchaba con molinos de viento o bien era herido de un brazo que no volvió a mover, también dan cuenta de cuales eran los platillos con que saciaba su apetito como “duelos y quebrantos”, “olla podrida” y “lentejas en trochuela”, mismos que se comparten con los asistentes a este cortejo fúnebre.
Un banquete para el difunto Don Quijote, es una alegorÃa que trata de darle una vuelta de tuerca a los tristes entierros para invitar a grandes y pequeños a conocer esta obra clave de la cultura universal. Es un trabajo basado en una larga investigación que realizaron en conjunto Luis MartÃn SolÃs y Alejandro Román que retoma la gastronomÃa cervantina –un tema muy en boga actualmente en España y el mundo– como reflejo de la personalidad tanto del héroe de ficción como del mismo autor.
“Le queremos dar al público un Quijote no de una manera erudita sino de la forma en que nos enterarÃamos de la vida y obra de cualquier otro, a través de chismes que comparten los gorrones en cualquier velorio”, Luis MartÃn SolÃs.
La puesta, que cuenta con un gran ritmo gracias a la fusión de arte circense y música, mantiene la sonrisas de chicos y grandes a lo largo de la obra, en este sentido, destaca la composición original de Alejandro Preisser, quien a partir de las tradicionales chilenas oaxaqueñas, el flamenco y otras sonoridades mantiene el ánimo y ritmo de este funeral que en realidad es un jolgorio donde como espectador te diviertes de principio a fin.
Para este equipo de artistas multifacéticos, es un hecho cultural que contiene la vida, las pasiones, la muerte, los misterios, además implica la expresión de los sentimientos, siguiendo la pauta de los rituales, como se hacÃa desde la prehistoria. Y, para Paola Herrera, directora de La Bomba Teatro, quien conoció una primera versión de esta puesta hace dos años en el Festival Internacional Cervantino, Un banquete para el difunto Don Quijote reúne precisamente todos los elementos que a ellos como compañÃa les interesa difundir.
“Cuando conocimos Un banquete para el difunto… nos dimos cuenta que era una manera muy lúdica de acercar la novela a la gente. El universo que planteaba se veÃa perfecto para llevarlo a cabo, era un texto que nos permitÃa integrarnos y lanzarnos a la aventura desde nuestra disciplina, el teatro de calle, combinando circo, clown y música. Hemos tenido que hacer algunas adaptaciones de acuerdo a las necesidades de la compañÃa porque buscamos que nuestros espectáculos además de intervenir los espacios donde nos presentamos integren a la comunidad. Buscamos hacer un teatro vivo con un lenguaje universal y un trabajo social comprometido”, Paola Herrera.
Es asà que, como buen de teatro de calle, Un banquete para el difunto Don Quijote realizará una breve gira por distintos espacios abiertos de nuestra ciudad, comenzando este sábado 7 y domingo 8 de abril en la Plaza de la Música del Cenart (Centro Nacional de las Artes); además del sábado 14 y domingo 15 de abril, en la Plaza Ãngel Salas del Centro Cultural del Bosque.
Las funciones continuarán el sábado 21 de abril en La Nana, Fábrica de Creación e Innovación; el domingo 6 de mayo en el Multifamiliar Tlalpan (Cerro San Antonio y Avenida 8 Col. Educación) y, el martes 15 de mayo en Plaza de la Conchita, Barrio de Tepito.
Además, del 29 de octubre al 3 de noviembre, La bomba Teatro llevará este espectáculo al Festival Tradicional Vida y Muerte XCARET y Playa Del Carmen. Todas las presentaciones son de entrada libre y en cada una de ellas, los actores prometen armar la fiesta en grande con danzas y actos circenses que se presentarán con ese estilo jocoso que recuerda los goces que tuvo el difunto Don Quijote.
Con las actuaciones de Kenia Delgadillo, Judith Inda, Paola Herrera, Edgar Alonso, Horacio Arango, Aldo RodrÃguez, Giulio Robert; los músicos Alejandro Preisser y Gary Anzures, Un banquete para el difunto Don Quijote es un convite que entre risas, jolgorio, embriaguez, burlas e intrigas y algunos personajes salidos del universo de Cervantes nos recuerda lo mejor de nuestra tradición para decirle adiós a nuestros seres queridos, acompañados de música, comida, anécdotas y, en este caso, de mucha alegrÃa.
Realizado gracias al EstÃmulo Fiscal del ArtÃculo 190 de la LISR (EFIARTES), este nuevo proyecto de La Bomba Teatro, además de ser un buen divertimento, se sostiene en un contenido pedagógico que con mucho ingenio y fantasÃa teatral interviene los espacios abiertos para llevar al público historias constructivas que en su contenido van más allá del sentido equÃvoco del chascarrillo que más que risa da vergüenza.
AsÃ, en esta irreverente fiesta de la muerte, el espectador quedará inmerso no sólo en la locura de la historia, en esta celebración escénica que cruza las delgadas lÃneas de vida y muerte, conocerá los elementos que rodean los ritos funerarios a partir de un ejercicio que combina arte y tradición de dos culturas hermanadas a través de la historia, la música, la danza, el teatro, la literatura y. por supuesto, el gusto por la buena comida…
Un teatro vivo y propio de la sociedad que lo genera, un teatro que viene del pasado y va hacia el futuro porque está ligado a la vida. Un convite muy nuestro, que además de jugar con las artes, como todo buen teatro, en su contenido encierra una sustancial moraleja: la importancia de no rendirse jamás.
“En estos tiempos de pillos y granujas pareciera ser que quien enfrenta los problemas, estarÃa librando batallas perdidas, frente a todo este cúmulo de organizaciones y personajes que parecen ser invencibles, lo peor que podemos hacer es darnos por vencidos. Creo que la novela de Cervantes nos recuerda que la vida es una batalla de la cual podemos salir victoriosos”, Luis MartÃn SolÃs. Fotos: Gabriel Ramos/Isóptica.
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