
Por: Marcela Chávez — 1 de diciembre, 2006
Los juegos y los cantos para niños han existido desde que hay hijos, o desde que hay madres; ellas, en su afán por cuidar, divertir, enseñar, proteger y arrullar a sus pequeños han inventado letras y melodÃas para cada situación. Cuando los niños crecen, también inventan sus propias historias y crean sus fantasÃas al imitar a los adultos en ciertas actitudes. Primero en las lenguas de nuestros ancestros y después adoptando el idioma español, se crearon cantos que hoy se han vuelto tradicionales: las rondas infantiles.
Se dice que tras la llegada de Cristóbal Colón con sus tres carabelas, La Niña, La Pinta y La Santa MarÃa, arribaron La Pájara Pinta, Doña Blanca, Juan Pirulero y otros personajes que fueron bien recibidos por los niños de estas tierras. Estos personajes se volvieron mexicanos y se quedaron para siempre en las canciones que llevaban a los pequeños a ser un dÃa un valiente soldado y otras veces a ser una viuda que busca marido o a invocar a una virgen para que les mande la lluvia. Y hasta la imaginación alcanza para convertirse en una estatua de marfil o en el mismo Lucifer.
Conforme crecemos vamos dejando en el olvido estos cantos y estos juegos que nos hacÃan tanta gracia. A veces no somos capaces ni siquiera de tararear estas rondas, por eso los Hermanos Rincón se dedicaron a buscar, investigar y rescatar las rondas infantiles más tradicionales en México, que además de que nos hacen recordar nuestra niñez, nos muestran una forma diferente de expresión.
Cuántas veces cantamos Nana Caliche o Riqui Ran sin saber de qué estábamos hablando. Quiénes eran San SerafÃn o Milano, qué querÃa decir A Madrú Señores o El Chombito…
Los hermanos Rincón han hecho la tarea por nosotros y nos ofrecen en dos discos compactos 44 rondas como El patio de mi casa, Naranja dulce, Las estatuas de marfil, Juan Pirulero, La rueda de San Miguel o A la mar fui por naranjas. No pasaron por alto Güero Güerumbo, Elisa de Mambrú, De México ha venido, La Tarara, Don Pirulà y Al Din Don.
¿Podemos reconocer, Somos indÃtaralas, Apa caballito o Mañana domingo? ¿Nos acordamos de Los padres de San Francisco, Hilitos, hilitos de oro o El conejo?
Junto con algunos familiares y amigos cercanos, tocan, juegan y cantan acompañados de voces infantiles que aportan aún más alegrÃa a cada una de las canciones de estos dos discos de Ediciones Pentagrama que se titulan La Pájara Pinta y La VÃbora de la Mar, con los Hermanos Rincón.
Estas rondas se han transmitido de generación en generación y muchas seguramente habrán sufrido en algún momento cambios que, afortunados o no, no se han podido registrar debidamente por ser todos temas del dominio público.
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