Para la aventura sólo se necesita de un caparazón y un gran corazón

Por: Claudia Magun — 1 de agosto, 2006

Original de Josefina Álvarez, Un, dos, tres por… Una fábula diferente, es una obra dirigida al público infantil que aborda el tema de la discapacidad para dar un punto de vista objetivo acerca del menosprecio social al que se enfrentan y ayudar a sensibilizar al público en general sobre la importancia de la convivencia igualitaria entre la sociedad y las personas con “capacidades diferentes”.

Con apoyo de La Pirinola, agrupación dedicada a trabajar con niños con discapacidad, la compañía Dislexia-Teatro produce este espectáculo accesible para todo tipo de público, pero también pensado para público sordo y ciego, por lo que cuenta con un traductor de lenguaje de señas y otro con lectura labio-facial para los carentes auditivos, además de una propuesta radiofónica y efectos de sonido en vivo para el público invidente.

Con la producción de Joaquín Morales y Angélica Martínez, Un, dos, tres por… cuenta con la actuación de Fabiola Zárate, Andrea Peláez, Joaquín Morales, Leonardo Zamudio y Angélica Martínez, quienes llevan a cabo este trabajo bajo la dirección de Georgina Flores. Además de la interpretación actoral, se utilizan para la representación títeres realizados por José Antonio Garduño Rodríguez.

Un, dos, tres por… Una fábula diferente se presenta los sábados en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacan Tel. 30 95 40 77). La escenografía es de Beatta Nowicka, la iluminación a cargo de Fernando Saldaña, la música es original de Luis Cárdenas, el vestuario es de Brisa Gómez y Luis Alonso. La traducción del lenguaje de señas fue realizado por Fabiola Ruiz.

En este discurso teatral se intenta reflejar, lejos de los cliches que muestran únicamente compasión o complacencia, los sentimientos reales de un ser que más allá de su discapacidad tiene sentimientos comunes y vive sus conflictos existenciales como cualquier ser humano. Asmismo, encontramos que más allá de sus necesiddes especiales, poseen el potencial para desarrollar su capacidad social, intelectual y profesional.

Uno, dos, tres por… es una propuesta donde al mismo tiempo que niños y adultos se divierten, reflexionan sobre la condición de los discapacitados, que no son ni más ni menos, que los demás, sólo son diferentes.