Mario Iván Martínez nos descubre a Cri-Cri en el Helénico

Por: Josué Romero — 21 de junio, 2010

“Escribir cada canción, cada cuento para los niños me ha causado tanto placer que no cambiaría mi montaña de escritos por todo el oro del mundo. Niños hay que saben de mis cantos, otros por cosa de años o de distancia apenas van a conocerlos. A todos ellos dedico esta parte de lo que llevo imaginando con la esperanza de evocar en ellos días lejanos de risas, de música y juegos con la misma intensidad que yo he sentido al hacerlo”, Cri Cri, El Grillito Cantor.

Descubrí a Cri Cri cuando tenía seis años de edad. En ese entonces, papá llegó a casa con la colección de cuentos y canciones del Grillito Cantor y, eso lo recuerdo como una tarde muy especial alrededor del tocadiscos con nosotros cantando.

Pero sobre todo, lo recuerdo como un sueño donde jugamos con el Ratón Vaquero, con la Negrita Cucurumbé, como un viaje de la lejana China en el fondo de un barril desvencijado.

Años después, ya un poco mayor, fui testigo del homenaje que le hicieron al creador de Cri Cri, Francisco Gabilondo Soler, a cien años de su natalicio. Recuerdo el evento en Bellas Artes y otro en el Poliforum Siqueiros, así como algunas exposiciones fotográficas donde –quienes asistimos– pudimos ver el retrato de la “abuelita y el coronel” en la que este gran soñador se inspiró para hacer la famosa canción de El Ropero. También me encontré con las imágenes de Don Gabilondo, retratos de su infancia o de cuando fue boxeador, torero y hasta astrónomo.

Hoy, cuando Carlos –mi hijo de ocho años– y Manolo –el segundo de mis hijos de tres años–, tomamos camino hacia el sur de la Ciudad, hacia el Teatro Helénico, se me vino a la mente: estamos, al igual que yo con mi papá, por descubrir a el Grillito Cantor.

En esta aventura de domingo, Mario Iván Martínez es la guía perfecta. Nadie como él para llevarnos a través de canciones y diversos personajes al fascinante mundo creado por Cri Cri.

¿Quién es el que anda ahí? Es Cri Cri —respondimos a coro—. ¿Y quién es ese señor? El grillito cantor, gritamos eufóricos.

Algunos de los que estuvimos ese domingo en el Helénico crecimos con Cri Cri y ese día, llevamos a nuestros hijos a que se sumerjan en ese mundo de fantasía a través de las canciones y la literatura que escribió Gabilondo Soler.

Por que el objetivo de Mario Iván Martinez en Descubriendo a Cri Cri –a 75 años de la creación del Grillito Cantor– es mostrar a los pequeños de hoy, cuán abundante y variada es la fantasía que este soñador profesional desplegó en sus canciones y cuentos, así como la extraordinaria prosa de sus textos, los cuales son ejemplares por su visión crítica y de entrañable sencillez.

Y es que Descubriendo a Cri Cri, espectáculo creado por Mario Iván –que se presenta todos los domingos, hasta el 18 de julio, en el Centro Cultural Helénico–, es una divertida fiesta musical donde se descubren y redescubren cuentos como el de Muchachas antiguas, Consejos Chuscos, el Reino de la noche, Los pollitos jardineros, Los ratones bomberos, La muñeca fea y por supuesto el ya mencionado Ratón vaquero o el inolvidable Ropero de la abuelita, entre otras tantas de las 226 canciones que escribió el Grillito Cantor.

Aun cuando este espectáculo no puede recorrer la totalidad de la obra que escribió, Mario Iván nos presenta una buena idea de lo que sentía y pensaba Don Gabilondo, una excelente propuesta vista bajo la luz de un explorador musical que nos lleva por sus composiciones más significativas, un mundo que nos descubre lo mejor de su talento, ya que la mayoría de nosotros sólo conocemos la punta de un iceberg descomunal, que derrocha ingenio, cultura, reflexión y el más lúcido pensamiento.

En Descubriendo a Cri Cri disfrutamos de un diálogo donde el Grillito y Mario Iván recuerdan su infancia, hablan de lo importante que es desarrollar el gusto por los libros de cuentos y de cómo éstos le ayudaron a Cri Cri a escribir algunas de sus canciones. Poco a poco entre la charla surgen las anécdotas, las canciones y los conocidos personajes, como Don Pin Pirulando.

Cuando Mario Iván Martínez terminó la función, no terminó la magia de Cri Cri. Carlos, Manolo y yo regresamos a casa. Y con gran sorpresa para los niños encontramos los discos que el abuelo había comprado y los pusimos en el viejo tocadiscos de la casa y sin darnos cuenta nos pusimos en contacto con todos los ritmos posibles, desde un cha cha chá hasta una habanera, desde un minuet hasta un tango, como el del Che Araña. Nuestro domingo fue genial. Fotos Mario Iván Martínez: Lorena Alcaraz Minor. Foto Francisco Gabilondo Soler, 1948: Gabsol.