
Por: Susana Fernández — 15 de abril, 2014
“Es triste y tenebrosa como muchas cosas por contarâ€, fragmento de La doncella ponzoñosa del dramaturgo MartÃn López Brie.
El sonar de las percusiones anuncia el inicio de una historia, un alebrije irrumpe en la escena e introduce al público en un relato que habla de guerra, venganza, sacrificio y amor, se trata de La doncella ponzoñosa de MartÃn López Brie, nueva propuesta del Laboratorio de la máscara que de forma lúdica e inteligente logra capturar la atención de los chavos en un relato que bien pudiera parecer tragedia griega, sin embargo se percibe como un cuento infantil a partir de uno delicioso juego visual que le apuesta a la imaginación.
Con una narración sencilla y mÃnima a la vez, el trovador de la corte Yodo (interpretado José Ponce) invita a niños y grandes a conocer la trágica vida de la doncella Nansú (Jéssica Gámez), una niña educada por serpientes venenosas y alacranes malignos que tiene como misión cobrar venganza sobre aquellos que conquistaron a su pueblo, una tarea que también la condena a una vida triste y sola ya que su destino será matar a toda persona que tenga contacto con ella.
Hasta aquÃ, este relato pudiera contener una perfecta afinidad con cualquier historia de video juego o pelÃcula de ciencia ficción, empero el gran valor de La doncella ponzoñosa es la visión escénica que le imprime el talento y creatividad de la directora, Alicia MartÃnez Ãlvarez, quien dota a los personajes de una total humanidad. Un teatro inteligente, popular y contemporáneo que logra diseminar la reflexión en el pequeño espectador.
Desde la pequeña Nansú, quien descubre que le estará negado el amor; su hermana Achira (Norma Duarte), compañera en su misión de venganza y mentora que le exigirá un gran sacrificio; hasta el general Tu Ning (MartÃn Pérez), caballero de gran nobleza que pesar de hacer la guerra cree firmemente en la paz y se enamorará de Nansú, los protagonistas de La doncella… son figuras mÃticas que muestran grandes cualidades morales y éticas, sin plantearse como objetivo llevar a escena una puesta didáctica o moralizadora.
Es asà que La doncella ponzoñosa se muestra como un relato mÃtico donde con el mÃnimo de elementos y una escenografÃa austera empero efectiva –diseñada por Patrick Pasquier–, la fantasÃa cobra una dimensión tal que permite a los personajes situarse perfectamente en el tiempo y espacio en que sucede la historia.
Personajes como las brujas (interpretadas por SofÃa Beatriz López, Jimena Delgadillo y Ruth R. Rosales), generales y soldados (Guillermo González Islas), asà como los protagonistas principales, son creados a partir de los dibujos de Edgar Saner, una estética urbana que al colocarla en el mundo imaginario de MartÃn López Brie cobran vida de manera poética en imágenes que te atrapan por lo que ellos reflejan, se trata de una mezcla de alebrijes, demonios o seres mÃticos que encarnan desde vicios hasta virtudes a través de formas y colores reproducidas con gran plasticidad por el Laboratorio de la máscara.
Asimismo es importante mencionar que la iluminación, diseñada por Fernando Flores, y la música de Vladimir Bendixen y Yukari Hirasawa, se situán como un vinculo entre la historia y la escena, creando el conducto visual y auditivo que desde la butaca debe percibir el espactador.
La doncella ponzoñosa es la última obra de la trilogÃa Entre guerras y fronteras, proyecto creado para despertar en niños y jóvenes la sensibilidad en torno a los conflictos sociales que desgarran el tiempo presente.
“Con temas como la inmigración, intolerancia, racismo y guerra hemos hecho reflexionar a cerca de ocho mil espectadores con las primeras dos obras: Cómo vivir con los hombres cuando se es un gigante de Suzanne Lebeau y El viaje de Tina escrita por Berta Hiriartâ€, Alicia MartÃnez Ãlvarez.
Con más de 20 años de trayectoria, 16 puestas en escena, asà como residencias pedagógicas que le han valido el reconocimiento de colegas e importantes compañÃas de artes escénicas, el Laboratorio de la máscara es un colectivo de grandes creativos que conjugan sus talentos para crear juegos escénicos. Bajo la dirección de Alicia MartÃnez Ãlvarez han logrado crear una forma lúdica de acercar al público al teatro con historias donde el color y la forma se transforman en narrativa.
Recomendada para niños mayores de 8 años, La doncella ponzoñosa se presenta sábados y domingos en el Teatro Julio Castillo (hasta el 29 de junio), un relato inteligente donde la tragedia de la guerra encierra una gran lección sobre el amor y la paz.
“En 2014 la compañÃa Laboratorio de la máscara cumple 21 años de trabajo, tiempo en el que hemos creado obras escénicas con las posibilidades que nos dan estos objetos que han estado presentes en las culturas del mundo, en general y en los pueblos prehispánicos, en particularâ€, Alicia MartÃnez Ãlvarez.
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Esta fantástica historia del Laboratorio de la máscara regresó a los escenarios este 9 de agosto en el Teatro Benito Juárez. Sábados y domingos a la 1 de la tarde.