
Por: Oswaldo Valdovinos — 17 de febrero, 2009
Toda muestra de intolerancia empieza con el temor de escuchar lo que el otro tiene que decir, sobre todo si se trata de alguien recién llegado más allá de la fronteras, y no precisamente de las geográficas nada más, sino de la ideológicas, las religiosas, las polÃticas u otras de cualquier Ãndole. Y es que cuando se trata de escuchar, lo más difÃcil radica en la disposición de hacerlo de verdad.
Es decir, no basta con escuchar lo que se dice, sino tratar de comprender y, sobre todo, de estar dispuesto a aceptar otra realidad distinta a la personal, aunque ello implique no estar de acuerdo.
¿Pero qué hacer cuando ni siquiera se tiene la posibilidad de ser escuchado ante la falta de canales para comunicarse de la manera más sencilla, cuando el lenguaje es un obstáculo y el entorno es completamente ajeno?
¿Cómo sortear la barrera del idioma cuando se ha llegado a un lugar del cual no se conoce absolutamente nada y se está en la más absoluta de las soledades?
Éste es el caso de Hombrecito, puesta en escena escrita y dirigida por Larry Silberman del Grupo 55, agrupación teatral integrada por profesionales especializados en teatro lúdico humorÃstico para adultos, niños y jóvenes, que desde 1987 ha desarrollado un intenso trabajo creativo en tres áreas: artÃstica, con numerosas puestas en escena; pedagógica, desarrollando talleres, diplomados y asesorÃas; y en la creación de materiales didácticos, como textos dramáticos y libros didácticos.
En Hombrecito, Larry Silberman hace una reflexión acerca de la tolerancia, el respeto a la diversidad y la importancia de la amistad entre los seres humanos en cualquier parte del mundo. La obra narra la historia de un “Hombrecito”, quien debido a la guerra que asola su paÃs debe emigrar a otro del que no conoce ni su idioma ni sus costumbres, lo cual da lugar a una serie de aventuras y desventuras en su nuevo destino hasta volver a ser feliz y convertirlo finalmente en su hogar.
De esta manera, el “Hombrecito” se ve en la encrucijada de no entender por qué en este nuevo paÃs todos parecen hablar a gritos, estar interesados sólo en lo inmediato, no importarles lo que ocurre más allá de sus narices, asà como enfrentarse a una serie de trámites burocráticos y situaciones engorrosas que van más allá de cualquier lógica.
Por supuesto también conoce a gente dispuesta a ayudarlo, entre ellos una niña vecina, un cartero e incluso un perro que será su mejor amigo. Todo ello manejado con un ritmo dinámico e hilarante, donde se hace una exploración detallada de las posibilidades del humor y lo lúdico como una manera de hacer buen teatro infantil y juvenil, enriquecido por un trabajo actoral de muy buen nivel.
Cabe mencionar que, de acuerdo Silberman, la obra ofrece “una mirada sobre la realidad a través del teatro, el juego y el humor para conocerla, aceptarla y transformarla”, por lo cual “no pone el acento en la violencia imperante, ni en las guerras y desarraigos que hay por doquier en el mundoâ€.
Hombrecito, escrita y dirigida por Larry Silberman se presenta hasta el 29 de marzo los sábados y domingos a las 12:30 horas en el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque.
“Al vivir en comunidad, al conocer a los demás y respetarlos en sus diferencias, se crea diversidad y comprensión, y eso lleva a crear sociedades más tolerantes, más pacÃficas, incluyentes, justas y prósperas. El Hombrecito de nuestra obra, por ejemplo, es un ser optimista, que se va insertando en su nueva sociedad, con paciencia y tolerancia”. Larry Silberman.
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Hola ,estoy muy interesada en saber mas de su proyecto,porque la tematica que tocan en mi pais es de gran necesidad el abordar el tema,yo tengo un grupo de teatro de adultos mayores,que como saben ,la vejes es una de la s fuentes de intolerancia en nuestra sociedad.y nos encantaria hacer algo asi, me encantaria estar en contacto con ustedes y oir consejos,nuestro grupo ya tiene varios anos,y tambien hemos hecho abances en el tema de los derechos del adulto mayor .gracias Mary Nieves Barahona