Infantil

Historias mínimas de niños máximos… ese máximo momento que es ser niño

Por: Colaborador Invitado — 25 de junio, 2013

Historias minimas para ninos maximos, obra escrita por Antonio Zuniga, se presenta en la Sala Xavier Villaurrutia, junio 2013 Una de las mejores experiencias que han tenido Carlos (11 años) y Manolo (6 años), mis dos hijos, es ir al teatro. Gracias a estas vivencias se han divertido, han inventado e interpretado múltiples historias y han hecho, a pesar de su edad, buenos amigos. Todo ello se debe a aquellos momentos que han disfrutado en los escenarios del teatro.

Una de las propuestas que últimamente más les ha sorprendido es Historias mínimas para niños máximos, una obra escrita por el dramaturgo Antonio Zúñiga a la que asistimos el pasado domingo en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.

A la tercera llamada… tercera… en el momento que se apagaron las luces, aparecieron en el escenario Francia Castañeda, Sofía Sylwin, Fernando Reyes y Edurado Tanus para dar vida y pasión a una de las obras más inteligentes, creativas y divertidas dirigidas al público infantil, se trata de esta creación que es dirigida por Gabriela Pérez Negrete en la que a partir de cuatro narraciones se retratan diversos momentos que suceden cualquier día, en cualquier casa de cualquier familia.

Historias minimas para ninos maximos, obra escrita por Antonio Zuniga, se presenta en la Sala Xavier Villaurrutia, junio 2013 Cuatro historios breves –de cuatro a siete minutos aproximadamente–, donde podemos conocer cuentos acerca de niños de clase media de la ciudad de México: cómo se comporta mamá, papá y el hijo ante una situación un poco problemática: la muerte de un pececito dorado; los celos del hermano ante la llegada de un nuevo miembro de la familia; el berrinche mañanero de un sábado porque el niño quiere una bola gigante de helado; los besos y arrumacos de papá y mamá o el “extraño” comportamiento de los hijos.

“La reflexión que la obra puede dejar al público es que todos, grandes y pequeños, tenemos ideas, queremos participar en las decisiones de la vida, somos complejos, egoístas, crueles y amables, posesivos, compartidos y caprichosos, pero también cedemos. Una relación familiar está determinada por la participación de todos, los padres no pueden decidir sin los niños y los niños no pueden decidir sin los padres”, Antonio Zúñiga.

Historias minimas para ninos maximos, obra escrita por Antonio Zuniga, se presenta en la Sala Xavier Villaurrutia, junio 2013 Dirían los clásicos que estamos ante un montaje de calidad que respeta la inteligencia de los niños y ofrece diversos puntos de reflexión. Pero los niños también tienen su propia opinión: Diría Carlos: Papá, ¿ya viste que Manolo se parece a Toño Moquetes? Y por supuesto, Manolo raudo y veloz revira: Y Carlos, papá, es el hermano dramas.

Porque eso es Historias mínimas… una obra que nos identifica y nos refleja con situaciones que vivimos a diario, pero también con los personajes de la obra o podríamos decir de nuestra casa. Además, esta obra de Zúñiga nos motiva a contar una historia –porque todos tenemos una que contar– o algún pasaje importante que nos haya pasado en nuestra vida, un logro, una derrota, una alegría o una tristeza, un problema o cómo lo solucionamos; no importa lo que sea, siempre tenemos de qué contar.

Historias minimas para ninos maximos, obra dirigida por Gabriela Perez Negrete, se presenta en la Sala Xavier Villaurrutia, junio 2013 O como dice Gabriela Pérez Negrete: “Es común creer que la niñez es el periodo más feliz de nuestras vidas; los niños son felices, dicen algunos. Es un tiempo también lleno de angustias, de miedo y de un infinito número de preguntas que buscan respuesta. Nuestras historias mínimas versan sobre algunas de esas preguntas y, a pesar de todo, cómo nuestros niños encuentran respuestas. Quisimos imaginar para poder acercarnos aunque sea un poquito, a ese máximo momento que es ser niño.”

Y como es qué se cuentan estas historias en esta puesta en escena, pues de una manera muy simple, porque no son necesarios ni los colores ni mucho menos el ruido o grandes destellos de luz. Todo se desarrolla con nuestra imaginación, porque:

“Imaginando, con las palabras, se juega a todo, se juega a nada. Se juega a ser quien no se es,se puede incluso, ver lo que no ves…”

¿Quieres ser un pez dorado? o ¿quieres hacer un berrinche a las seis de la mañana de un sábado? O si ves a tus papas que se besan con harto amor o quieres ser como Toño moquetes, pues no lo dudes más y ven a imaginar y ser quien tú quieras ser, Historias mínimas para niños máximos se presenta en la Sala Xavier Villaurrutia todos los sábados y domingos. Tienes hasta el 25 de agosto. ¿Te animas a ser quien no se es…? Fotos: Jorge Carreón.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.