
Por: Luciana MartÃnez Suárez — 19 de agosto, 2009
¿Te imaginas que pasarÃa en tu vida si un dÃa se te perdiera la palabra NO? … A Ana le pasó y en esta historia podrás ver todo lo que batalló buscándola.
Producida por Marionetas de la esquina y México en Escena, El vestido es una obra diferente que aborda un asunto que concierne a todos, la identidad. ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Cómo defender lo que soy, quiero y creo?
Con un texto original de Amaranta Leyva, esta historia expone un momento crÃtico en la vida de Ana –una adolescente–, en el cual debe enfrentar la defensa de lo que es, de lo que le gusta y de su compromiso.
El Vestido que se presenta sábados y domingos, hasta el 8 noviembre, en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque, además de utilizar los tradicionales tÃteres de Marionetas de la Esquina lleva en su elenco, la asistencia de Humberto Camacho GarcÃa, Lourdes EchevarrÃa, Priscila Morales López, Laura Hernández Ruiz y AnalÃa MartÃnez Moriconi.
Haciendo honor a la profesión familiar, este nueva propuesta infantil además de contar con el texto de Amaranta Leyva, lleva –como en todas las producciones de este grupo fundado hace más de tres décadas y con más de de 20 obras–, la concepción de los tÃteres de Lucio EspÃndola, la dirección de Lourdes Pérez Gay y ahora la escenografÃa e iluminación de Emiliano Leyva.
Este trabajo –que mereció el Premio Nacional de Teatro para Niños 2006, INBA-Instituto Coahuilense de Cultura por el contenido y la calidad del texto–, es que como dice Amaranta, “un argumento poco más o menos personal, casà autobiografico donde el personaje me fue llevando a la historia, porque Ana salió sola en una busqueda personalâ€.
La historia que nos muestra El vestido es bastante similar a la que les sucede en la vida real a muchas niñas, una de esas que podrÃa ser como Ana, una pequeña que quiere ser como su madre, quien apenas tiene tiempo para ser eso: madre.
En su afán de estar con ella, Ana acepta hacer todo lo que no le gusta. Hasta pasar una semana completa con su prima Brisa, quien le roba el tiempo y el espacio para hacer la escultura que, ¡en una semana!, debe presentar en la exposición de fin de curso de su escuela.
Asà que como cualquier individuo dentro de una sociedad o en este caso de una familia, Ana defiende sus ideas, porque entre obligaciones y compromisos protege su espacio y busca su libertad.
Para eso, y para volver a relacionarse bien con su madre, Ana tiene que reaprender a decir “No†sin desaparecer y sin que nadie la utilice como si fuera un trapo, un vestido sin cuerpo.
Asà que a esta precoz protagonista de no le queda de otra que aprender a decir que No. No quiere esto, no hace aquello, no quiere responder, no quiere ir, no quiere compartir… En fin un No rotundo, que más que salirle de su corazón o de su inteligencia, le emerge de aquello que de ninguna manera está dispuesta a aceptar.
De tal manera que si queremos aprender como podemos decir No, cuando lo queremos o lo necesitamos, hay que ir a conocer a Ana y ver porqué y cómo es que esa pequeña aprendió a sostener un contundente No, sin temor a equivocarnos, ser descortés, hacer daño o dejar que se aprovechen de nosotros.
“El vestido nos hace reflexionar que aun cuando un niño no debe crecer sin obligaciones, para él, el lograr su espacio Ãntimo es muy difÃcil. En su casa puede haber libertad, pero de su casa hacÃa afuera qué pasa. Como justifica sus ideas. Si desde niños les enseñamos a defender su ideologÃa podrán ser mejores individuosâ€, Amaranta Leyva.
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la obra esta muy bueno yo recomiendo que la vean me gusto mas para los chiquillos