
Por: Josué Romero — 26 de junio, 2009
Después del gran éxito que tuvo la tierna historia de Uga, dentro del programa Teatro para todos del IMSS, que se lleva en el Teatro Julio Prieto, la compañÃa Seña y Verbo: Teatro de Sordos continúa con “la cabeza llena de pájaros†presentando en esta ocasión otra obra de su repertorio: El rey que no oÃa pero escuchaba, de Perla Szuchmacher, bajo la dirección de Adrián Blue y Alberto Lomnitz.
Con las manos “llenas de palabras†los actores Eduardo DomÃnguez, Jofrà n Méndez y Lupe Vergara, alternando funciones con Ricardo Esquerra, Francisco Barreiro, Clariza Malheiros y Naomy Romo, son los protagonistas de esta historia que nos relata una fábula a través del lenguaje de señas, y sÃ, utilizan las manos aunque también usan las cejas, la boca, la cabeza, los hombros, en fin, todo el cuerpo, para enseñarnos ─a niños y adultos─ a ser tolerantes, a no discriminar y, sobre todo, el amor entre hermanos.
En esta divertida e ingeniosa puesta en escena y con “los ojos llenos de colores†los espectadores ven pasar a cinco juglares (tres de ellos sordos y dos oyentes) que con un derroche de energÃa y dinamismo logran representar a todo un reino ─más de veinticinco personajes en escena─, desde el rey mismo, hasta un amable carpintero, a una divertida panadera y a su distraÃdo hijo, quienes juntos encabezan una revolución en esta monarquÃa de la imaginación.
Y es que, no es por contar de más, pero cuando estos actores hablan, no se escucha, no hay sonido, sólo mueven los labios; por lo que, al igual que los sordos o aquellos con “discapacidad auditivaâ€, el público tiene que aprender —rápidamente— a deducir por lo que nos dicen sus caras, sus gestos y los movimientos que hacen. Porque en esta obra los diálogos se dicen en señas, —pero también en voz alta—, para que la podamos disfrutar todos sin importar quien oye y quien no.
En Seña y Verbo, “los pies están llenos de caminosâ€, porque con las señas y el español hablado, una escenografÃa dinámica e inteligente, un vestuario colorido y lleno de formas, una iluminación que nos señala los caminos y los sentimientos, y una música que se escucha con los ojos. El rey que no oÃa, pero escuchaba… está hecha sólo para gozar y para que nos guste ir al teatro.
Porque su oficio “es contar historias, grandes, pequeñas y antiguasâ€, quisiera no contar más, pero también tengo que decir que próximamente en este mismo teatro presentarán proximamente otra producción más de Seña y verbo, ¿Quién te entiende? Una historia de tres adolescentes sordos que nacieron en el seno de familias oyentes y, con tres maneras diferentes de enfrentar un mismo problema ¿cómo se comunican?
El rey que no oÃa pero escuchaba, se presenta todos los sábados y domingos – hasta el próximo 5 de julio– en el Teatro Julio Prieto, antes Xola (Eje 4 Sur Xola No. 809 esquina Nicolás San Juan, colonia Del Valle,). ¿Te vas a seguir perdiendo esta historia? Ya sabes si quieres aprender otras formas de escuchar no dejes de asitir a ver El rey que no oÃa pero escuchaba.
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Muy padre la nota. Sugestiva, atrayente…