
Por: Susana Fernández — 24 de febrero, 2018
“El gato con botas está pensado especialmente para los niños, pero el resto de la familia también puede divertirse mientras se acerca de manera natural al género de música teatral en idioma español”, César Piña.
Con el objetivo de despojar a la ópera de los estigmas que rodean a la música clásica en general y presentarla más como una actividad lúdica que ofrezca divertimento y propicie la curiosidad de los más pequeños, el maestro César Piña lleva varios años encaminado en llevar la fantasÃa de la ópera al escenario con producciones que en su contexto sean más amigables para los niños.
En este sentido, desde su posición como director escénico, el maestro Piña ha apostado por hacer del género operÃstico una opción más que atractiva para los más pequeños, entre su amplio repertorio destacan los montajes: Mamá, la oca y El niño y los sortilegios (Maurice Ravel), El pequeño prÃncipe, basada en El principito de Saint-Exupéry, El niño Mozart y Caperucita Roja, por mencionar algunos.
Asimismo, el maestro Piña ha colaborado en diversos proyectos que buscan acercar y propiciar el interés de los jóvenes espectadores por la música de concierto. En este renglón, destaca su trabajo en colaboración con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), con El niño Revueltas, espectáculo conformado por piezas del compositor, violinista y director de orquesta mexicano Silvestre Revueltas.
También se recuerda la Suite de Star Wars. Homenaje a John Williams y la interpretación de la música de la saga Harry Potter, ambas con la Orquesta Sinfónica Nacional. Otro de las producciones que ha generado para el disfrute del belcanto es su Operaérea que se presentó hace unos años en el Teatro Julio Castillo.
La puesta operÃstica de El gato con botas que se presenta hoy sábado 24 y mañana domingo 25 de febrero en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, se suscribe en una composición del catalán Xavier Montsalvatge, considerado una de las figuras claves de la música española de la segunda mitad del siglo XX, quien envolvió a esta obra de magia y misterio.
La historia de este gato es catalogada como una de sus principales composiciones de Montsalvatge en su etapa de juventud, en ella se recrea el tradicional cuento de Charles Perrault, escritor francés, principalmente reconocido por haber dado forma literaria a cuentos clásicos infantiles. Un personaje astuto y muy simpático que logra hacer pasar a su amo, un simple aldeano, como el Marqués de Carabás para que se case con su enamorada.
Asà esta parodia del molinero que hereda a sus tres hijos sus únicas pertenencias: un molino, un burro y un gato que habita en el granero, se traduce en el libreto escrito por Néstor Luján, para dar vida a esta producción de la compañÃa Érase una vez que una vez más apuesta por la ópera como un divertimento más que probado y comprobado, y asegura su éxito entre el público familiar.
Con las actuaciones de Verónica Alexanderson (Gato), Ricardo Estrada (Molinero), Anabel de la Mora (Princesa), Pablo Gabriel Quezada (Rey), Charles Oppenheim (Ogro) y un elenco de bailarines conformado por Indra Alzati, Martin Morales y Ricardo Ayala, El gato con botas lleva la música de Xavier Montsalvatge, quien diseñó la partitura en cinco cuadros y para el mismo número de voces (mezzosoprano, soprano, tenor, barÃtono y bajo).
Música, voz y danza a través de la interpretación al piano de Alejandro RamÃrez, un lúdico instrumento que enmarca esta entretenida historia que forma parte del libro Cuentos de Mamá Ganso, publicado en el año 1697 y, que como ópera tuvo su estreno mundial el 10 de enero de 1947 en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, España, con la dirección de Carlos Suriñach.
El gato con botas, una producción que acerca al público de todas las edades al gusto por la música a través de un imaginario que descubre escenas onÃricas plagadas de humor y simpatÃa sin dejar a un lado la ortodoxia de la tradición del género para ofrecer un entretenimiento que sostiene el refinamiento, la armonÃa y la belleza que caracterizan a esta experiencia escénica que se registra en la historia aproximadamente en el año 1617 como la máxima fiesta de las artes.
“Es un espectáculo mitad ópera bufa, mitad ballet, en el estilo operÃstico del siglo XVIII con sus recitativos funcionales, sus arias y sus episodios coreográficos con un final feliz y el obligado desfile final de todos los personajes: el gato, el molinero, la princesa, el ogro y el rey”, Xavier Montsalvatge. Fotos: Papray.
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