Por: Susana Fernández — 3 de octubre, 2018
¡Del sótano a la nave, del altar a la aguja de la iglesia, el Cirque Alfonse está inspirado por sus raÃces y por un aire fresco que les recuerda el lugar de encuentro de aquel pequeño pueblo donde crecieron en el campestre Saint-Alphonse-Rodriguez en la provincia de Quebec…!
La música anuncia que la espera terminó, una especie de juego marca la pausa para que los integrantes de la compañÃa Cirque Alfonse salten al escenario e inicie una especie de ritual mágico donde el hombre conquista el aire a través del espectáculo Tabarnak, una fiesta de acrobacias donde el firmamento es el lÃmite.
Cual modernos Ãcaros del siglo XXI que buscan alcanzar el sueño de volar, este ensamble canadiense nos ofreció una noche (hoy martes 2 de octubre) muy divertida en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Asà cual “pájaros patinadores” (¿recuerdan la famosa serie de finales de los 70?), los acróbatas nos brindaron una serie de escenas que nos conquistaron con ese enorme imaginario que echaba mano de todo para construir los diversos actos que se descubrÃan en el escenario. Desde patines, trapecios, la cuerda floja, incluso agua, látigos y otros tantos objetos fueron los elementos elegidos para dar forma a un verdadero mundo circense que atrapó nuestra atención desde el inicio hasta el final.
Acompañado de una banda en vivo que interpretaba distintos estilos, desde cantos algo religiosos hasta tonos más rockeros, la música cual catalizador fluÃa y encausaba los estados de ánimo que experimentábamos quienes sostenÃamos la respiración en las butacas, mientras veÃamos como los integrantes de Cirque Alfonse desafiaban la gravedad, el temor y las alturas a través de distintos ejercicios acrobáticos que nos permitÃan ver que el circo es una disciplina que debe tomarse con mucha seriedad.
AsÃ, en cada cuadro, los integrantes del Cirque Alfonse demostraban la precisión, sincronÃa y confianza necesaria para encontrar un acto de valentÃa donde los juglares, depositaban con gran seguridad –literalmente– el cuerpo en brazos del otro. AsÃ, la troupe quebequense fue echándose poco a poco el público a la bolsa para que sin ningún reparo aceptara este encuentro que por fragmentos parecÃa reunir en un mismo espacio lo sagrado y lo profano, una especie de ritual mágico donde el objetivo es hacernos olvidar que cada artista es un simple ser humano que ha optado por devolvernos cierta creencia de que el hombre es una especie de héroe capaz de volar.
Cirque Alfonse es una invitación al asombro y a la sorpresa, una fiesta circense del siglo XXI que basada en el concepto escénico de Alain Francoeur, y la disciplina y técnica de cada uno de los integrantes creó una sÃntesis de emociones que sin tanta parafernalia escénica provocó una muy atrevida y excitante alteración en el ánimo de cada espectador a partir de una historia inspirada en la iglesia de su pueblo, aquella que alguna vez fue el principal centro de reunión de la pequeña comunidad en la que creció la familia.
En estos nuevos tiempos donde los circos contemporáneos sólo cuentan con su ingenio para sobrevivir en los escenarios modernos, Tabarnak es una fiesta que reúne las tradiciones quebecuas y la juventus, una fusión de circo, teatro y música que descubre nuevas sensaciones en las generaciones de hoy, aquellas que no tienen recuerdos de las antiguas carpas donde los animales eran parte del gran atractivo empero están dispuestas a seguir con ojos atentos cada acto de equilibrio que desafÃe la razón o lógica.
Tabarnak reúne alegrÃa, humor, música y malabares para que chicos y grandes se diviertan. Y para quienes quieran vivir esta grata experiencia, Cirque Alfonse se presentará una vez, mañana miércoles 3 de octubre, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Un convite para emprender un viaje que nos regresa a la infancia y sin duda nos hace creer que el hombre puede conquistar el cielo.
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