30 años dando de qué hablar

Por: María Teresa Adalid — 4 de septiembre, 2005

El teatro cambia y se renueva, cobra impulsos a merced de individualidades revolucionarias que son reflejo de sus generaciones; el teatro cambia con las épocas, con las tradiciones y costumbres debido principalmente a que lo glorioso del pasado, hoy día es pueril.

Es así como el creador debe combatir la autocomplacencia y estar en constante renovación de ideas con esfuerzo extraordinario que involucre mente y espíritu.

Los títeres y marionetas han logrado persistir a pesar de los cambios que aquejan al mundo. Operan en el Viejo Continente desde la Edad Media y sus fines religioso-educativo principalmente han visto desglosarse en un sin fin de propuestas contemporáneas. Sin embargo la historia nos relata un capítulo mucho más fascinante que podría deber su origen con el hombre prehistórico y su exploración del mundo, descubriendo la proyección de sombras en el interior de las cavernas.

Este legado destella en Argentina en 1974, bajo la guía de Lucio Espíndola, materializándose en la compañía “Marionetas de la esquina”, quienes adoptaron en 1976 a México como su morada y lugar material para recopilar la experiencia real e imaginaria necesaria en la facultad creadora.

En Cuernavaca inicia una nueva etapa en su actividad creativa y de difusión del arte de los títeres en virtud de la incorporación de la actriz, directora y titiritera, Lourdes Pérez Gay. En su trayectoria de 30 años y con más de once mil representaciones, la compañía se ha consolidado como una de las más importantes en su género en México. Como una alta misión cultural, integrar diferentes técnicas y buscar nuevos temas, acordes con los tiempos y necesidades del público, son las constantes en la compañía.

Además, desde 1984 patrocinó varios seminarios y talleres con reconocidos maestros de diferentes países, disciplinas y estilos, frutos que se consolidaron en el año 2003 con el Laboratorio del Títere, en el cual se producen, en cada una de sus ediciones, cuatro obras de diferentes compañías previamente seleccionadas por un jurado, las que reciben apoyos para sus producciones, coordinación y asesoramiento. Las obras resultantes son estrenadas en el Festival Internacional Titerías, realizado anualmente en Guanajuato.

Este Festival también fue creado y organizado por “Marionetas de la esquina”, y sirve no sólo para mostrar los trabajos de diversas compañías nacionales y extranjeras sino también como lugar encuentro de perfeccionamiento para la comunidad titiritera al brindar talleres, conferencias, mesas redondas, exposiciones, proyecciones de películas y videos.

Con motivo de su aniversario, en este momento organiza, con apoyo del INBA, el “Festival Marionetas de la Esquina, 30 años en escena”, en el que ofrecerá 24 representaciones de 10 de sus obras en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque, todos los sábados y domingos, del 24 de septiembre al 11 de diciembre de 2005. Asimismo, en el vestíbulo del teatro se montará una exposición con títeres, teatrinos, fotografías y carteles de la compañía.

También en el marco del Festival se presentará al público el libro Marionetas de la esquina tras bambalinas, editado por Cal y Arena, que narra por medio de entrevistas partes de la historia de la compañía, de los procesos de producción de sus obras y contiene material gráfico que ilustra sobre la construcción de algunos de sus títeres de diferentes técnicas.

El circo, El jardín, La barranca, La visita inesperada, Historia en colores, El señor de tierra blanca, El siglo de mis abuelos, El cielo de los perros, Dibújame una vaca, Una luna entre dos casas, son algunas de las obras a representar.

As{i, vemos al creador que vierte su interior en materialización tangible, como lo son las marioneta, que además de todo cuentan con una personificación interior auténtica que a través de la historia han llenado un vacío tanto existencial como material mediante el entusiasmo, alegría y una belleza personalísima.