Por: Claudia Magun — 22 de junio, 2011
“El Nagual es un espÃritu de la naturaleza en algunas interpretaciones, una criatura de los bosques en otras e incluso brujos humanos que cambian de apariencia… En los relatos de transmisión oral de nuestro paÃs hay nahuales de todos tipos: agresivos, traviesos, jocosos, y algunos incluso terrorÃficos”.
El Teatro Julio Jiménez Rueda presenta del 25 de junio al 28 de agosto, Guillermo y el Nagual, un espectáculo de tÃteres que a partir de una obra costumbrista, de lenguaje cotidiano y muy accesible, trae de vuelta a una de las criaturas mitológicas de nuestro paÃs, eje de leyendas desde la época prehispánica y de muchas más en el México Colonial.
En esta nueva empresa de la compañÃa Figurat, la vision escénica de Emmanuel Márquez nos lleva por esta fascinante historia consebida por uno de los dramaturgos más prolÃficos e importantes del teatro mexicano, Emilio Carballido, quien se basó en relatos indÃgenas que escuchara por la región Huichol de Hidalgo y Michoacán para escribir este texto que fue publicado por primera vez en la antologÃa de Teatro Infantil “El Arca de Noé†(1950).
Guillermo y el Nagual, ubicada en la década de los cincuenta, llegará a los niños de hoy mediante un espectáculo musical de tÃteres que conviven con actores para contar la historia de Guillermo, una magica aventura que revive a una de las criaturas mitológicas de nuestro cultura.
En su texto se descubre la historia de Guillermo, quien busca una mascota. Este pequeño se encontrará con el Nagual, y una vez adoptado por él y su familia, será difÃcil deshacerse de este inquilino, quien puede cambiar de tamaño y convertirse en cualquier animal y desatar los fenómenos naturales a capricho.
“Carballido construyó los diálogos y la exploración del lenguaje dándole un toque muy mexicano y rural. El mensaje es confrontar a los niños a lo absurdo que puede ser el miedo. La obra habla de voltear hacia quiénes somos y a nuestras raÃces… Hay una riqueza en nuestra mexicanidad y a partir de ahà se le habla a los niñosâ€, Emmanuel Márquez.
El montaje en el que participan Leticia Pedrajo, Horacio Trujillo, Juan Carrillo, Reiner López, Lizeth Rondero, Paola Huitrón, Denis González, Guillermo Amador y César RodrÃguez, presenta una atractiva y contemporánea escenografÃa realizada por Jesús Hernández en la que destacan las enormes fauces de lo que podrÃa ser un monstruo un tanto terrorÃfico y en cuyo interior se desarrolla el relato.
La parte de la caracterización del nagual fue conceptualizada por el artista Iker Vicente, un talentoso desarrollo escutural convertido en tÃtere que surgió a partir de un personaje mÃstico que puede cambiar de tamaño, convertirse en cualquier animal o desatar fenómenos naturales a capricho.
“La figura pricipal de la historia se realizó en base a máscaras que tradicionalmente se utilizaban para diferentes rituales, con materiales que empleaban los chamanes como plumas, mimbre y otras fibras que pudieran jugar con ese mundo de misterio que plantean los nagualesâ€, Marisa Giménez Cacho, subdirectora del Centro de Teatro Infantil de la Coordinación Nacional de Teatro.
En la parte musical, el compositor Omar Guzmán –ganador de dos Arieles por la música original de las pelÃculas Escrito en el cuerpo de la noche y eXXXorsismos– hizó del cha cha chá y el mambo en complicidad con el sonido electrónico un lenguaje para acompañar la literatura de Carballido.
Para Emmanuel Márquez quien recibió la medalla Mi Vida al Teatro, en el pasado XXIII Encuentro Nacional de los Amantes del Teatro y el Premio al mérito titiritero, por su destacada labor, que otorga el Museo del TÃtere de Huamantla, y ha llevado a la escena teatral obras como La Piel del Cielo, Pac Pac, Lejos, volar, ¡Paz! Paz y ahora Guillemo y el nagual, el significado de su carrera ha sido trasender en el teatro a partir de textos pedagogicos que al mismo tiempo que divierten a los peques, despierten el gusto por las artes y nuestras tradiciones.
“Guillermo y el Nagual es un clásico de Carballido y de la literatura dramática nacional y en este caso, se trata de un texto fluido, divertido, con un lenguaje coloquial, que tiene ritmo y aborda el asunto del nagual de manera que abre una ventana para que los niños y sus papás indaguen más sobre el tema. Para Marquez representa un reto porque parte de un tema de la mitologÃa y la historia es difÃcil acomodar en una época reciente. La propuesta estética está centrada en las diferentes formas, escalas y tipos que podrÃa tener un nagualâ€, Marisa Giménez Cacho.
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