Uno el inicio, siete el ahora

Por: Claudia Magun — 1 de julio, 2006

En el 2006, Eterno Caracol celebra siete años en el escenario y para festejarlo ofrece “Uno el inicio, siete el ahora” un espectáculo conformado por siete coreografías realizadas en momentos significativos para este grupo que dirige la bailarina Ester Lopezllera.

La búsqueda vital que esta joven compañía ha mantenido a lo largo de su trayectoria artística ha sido crear un espacio de expresión y reflexión donde se encuentre la interrelación de los estados afectivos del hombre, la naturaleza y la energía cósmica. Así como rencontrarse con los sentidos y convocar a la empatía emocional con el espectador.

“La idea ha sido tratar de acercar al público con nuestro entorno a través de la poesía y la metáfora, poder contemplar nuevamente lo que somos por medio de la naturaleza y encontrar espacios de paz y tranquilidad. Ahora, llegar a siete años de existencia ha representado algo mágico para nosotros, pero al mismo tiempo mucho trabajo, esfuerzo y disciplina… Ha sido difícil y por eso festejamos estos siete años en los que hemos logrado muchos frutos. A través de este tiempo se han creado piezas nuevas y festejarlo es una manera de decir que estamos de pie, dadas las dificultades que hemos enfrentado. Para ello ofrecemos un programa lleno de energía, poesía pura, imágenes bellas y una música maravillosa”, Ester Lopezllera.

“Uno el inicio, siete el ahora”, es integrado por siete coreografías reflejo de su recorrido por el camino de la danza, en el que siempre ha existido la apuesta por un trazo escénico transparente y amplio, contundente por su pulcritud emotiva y rigurosa técnica.

Estas obras son trabajos representativos del proceso y crecimiento del grupo. Además de ello, como característica especial, para este programa se seleccionaron coreografías que simbolizan, por el número de ejecutantes, los siete años transcurridos; es decir elegieron siete danzas donde existe un solo, un dueto, un trío, un cuarteto, un quinteto, un sexteto y un septeto.

Todas las piezas coreográficas tienen relación entre sí por su temática y atmósfera, haciéndose presentes de manera contundente en la apuesta ética, estética y conceptual de la compañía, formando así un engrane poético.

El espectáculo iniciará con el trío “Trébol” (2005), una obra –con música de Jean Philippe Gouda, MCAS, Lena Willemark y Ale Möller- que expresa el como constantemente queremos controlar todo en nuestras vidas.

La segunda pieza es “El fuego: lo adherente” (2000), un dueto que transcurre en el pasar de una noche donde la tensión energética se mantiene constante. La música es de Steve Reich y Wim Mertens y es interpretada por los bailarines Guillermo Ortega y Eduardo Ruelas.

“Práctica de Vuelo” (fragmento, 1993) será la tercera obra, se trata de un sexteto, musicalizado con la obra de Mederik Monk, donde se toca el tema universal de vida, muerte y resurrección, el eterno conflicto entre lo finito y lo infinito.

“Después del rocío” (2002) es la última pieza presentada en la primera parte de esta celebración, un septeto que representa la felicidad y la plenitud. Concebida en los tiempos violentos de una guerra absurda llevada adelante sólo por la fuerza del imperio capaz de hacer tormentas en el desierto por un puñado de dólares.

“La Tierra: lo receptivo” (2000), es la coreografía que inicia la segunda parte del programa, se trata de un solo con música de Philip Glass y Bruno Coulais e interpretado por la propia Ester Lopezllera.

La quinta coreografía es un cuarteto, con música de Jan Garbarek y Tan Dun, titulado “Para una oración” (2001), es una danza motivada por la lectura del libro “Ensayo sobre la ceguera de Saramago.

Finalmente, cierra la presentación el quinteto “Trazos de luna” (2003), pieza ambientada con música de Jean Philippe Gouda y Yann Tiersen, se trata de una metáfora que evoca la relación de la coreógrafa como mujer con la luna; con ese mundo misterioso y mágico, tan femenino y sensual que tenemos las mujeres.

Las funciones de Eterno Caracon se llevarán a cabo en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, del 6 al 9 de julio y en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes del 3 al 13 de agosto.

Integrado por Marina Acevedo, Xanath Bautista, Erika Canseco, Susana Espinosa, Miriam González, Ester Lopezllera, Manuel Márquez, Guillermo Ortega, Eduardo Ruelas y Leticia Vera, Eterno Caracol cree en el trabajo de la energía, del espacio, del tiempo y con su esfuerzo da continuidad y crecimiento a la danza misma.