
Por: Marcela Chávez — 17 de julio, 2014
“La danza es algo que le pertenece al ser humano en su esencia, es una cosa tanto personal como social… viene de algo casi genital dirÃa yo, es un curso muy naturalâ€, Isabel Beteta.
A partir de dos obras de reciente creación, Quien carga los sueños y El umbral de la ausencia, la maestra Isabel Beteta, directora de la compañÃa Nemian Danza presenta –en una única actuación, hoy jueves 17 de julio– Umbrales en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
Se trata de un trabajo que busca propiciar la reflexión en el público sobre el dolor de la separación de aquellos seres que mantienen un estrecho lazo familiar y se aventuran a escapar fuera de su paÃs. Además, es un posicionamiento donde Nemian expone su objetivo primordial: la “plástica visualâ€, es decir, los elementos escénicos que generan “cuadros en movimientoâ€, composiciones estéticas convertidas en una poética visual.
Bordado a través de la migración, la primera pieza, Quien carga los sueños, es descrita por Beteta como “una obra inspirada en la plástica y conceptos surrealistas, en una versión muy libre, en la que yo le di mi propia visión, a partir de un cadáver exquisito que se hizo con todos los bailarines enmarcada por una música que se intercala como si fuera parte del mismo cadáverâ€.
Interpretada por siete bailarines en escena, Quien carga los sueños, es una pieza orgánica, “un impulso de vida, ya que lo que se mueve vive y solo deja de moverse cuando está muertoâ€.
El segundo trabajo que conforma el programa de Umbrales, se titula El umbral de la ausencia, coreografÃa para 18 intérpretes, que se desarrolla en conjunto con la CODACO (CompañÃa de Danza Contemporánea de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Se trata de pieza inspirada en Las troyanas de EurÃpides y en imágenes muy concretas de Magritte y Giorgio de Chirico, esta coreografÃa es una serie de imágenes entretejidas que de alguna manera conforman una historia no lineal.
Isabel la consibe como tres escenas, tres momentos: el primero es cuando los hombres deciden irse; la segunda escena es la despedida –que no necesariamente tiene que ver con la pareja, ya que puede entenderse como la partida del marido, el hijo o el hermano–, también destaca la desintegración de las familias. Para cerrar con la tercera parte, se plantea la soledad que sufren las mujeres y como trabajan juntas para salir adelante.
“Me llamó la atención la imagen de muchas mujeres juntas que tienen por situación apoyarse entre ellas… lo que más me importaba era plantear esta imagen y también la de los pueblos donde sólo se quedan con mujeres, niños muy chicos y ancianos porque los hombres se van y, no necesariamente a la guerra, se van del otro lado de la fronteraâ€, Isabel Beteta.
Con más de tres décadas de trayectoria, Isabel suma Umbrales a una amplia lista de tÃtulos que integran su repertorio, él cual incluye: Deseo (2005), El jardÃn de las delicias (2011), CaÃda (2011) y Recuerdos (2012), entre otros tantos trabajos que reflejan el compromiso y amor que la coreógrafa y Nemian Danza profesan por el lenguaje en movimiento.
Umbrales se presenta en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, una lectura sobre los efectos de la migración en nuestro paÃs y de la influencia del surrealismo en la creación coreográfica de Isabel Beteta. Fotos: Gloria Minauro.
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