Danza

Triciclo Rojo regresa a Bellas Artes con Siete giros a la luna

Por: Gabriela Jiménez Bernal — 22 de enero, 2013

Triciclo Rojo presenta Siete giros a la luna, obra de Emiliano Cárdenas, en el Palacio de Bellas Artes, enero 2013 Triciclo Rojo es más que un grupo de danza clown. Es la única propuesta en México que le ha apostado a un arte poético en movimiento pensado para el espectador infantil. Es un proyecto que, lejos de educar a los niños, busca conectarse con sus sentidos a través de la imaginación y la fantasía.

Se trata de una de las agrupaciones de danza más importantes en territorio azteca, la cual, a cinco años de su fundación oficial, pisará por segunda ocasión nuestro máximo recinto cultural: el Palacio de Bellas Artes.

Este sábado 26 de enero será la fecha cuando la agrupación comparta una vez más su peculiar estilo basado primordialmente en la fusión de danza contemporánea y las técnicas de clown. El montaje que presentará lleva por título Siete giros a la luna y como marco de su estructura poética tendrá el cobijo musical en vivo del grupo finlandés Johanna Juhola Trío.

Para la compañía era crucial contar con la colaboración de estos artistas, ya que la música es fundamental en el desarrollo de este montaje; fue creada especialmente para Triciclo Rojo y está cargada de una poética que sumergirá al espectador en instantes oníricos.

Simbolismo de pisar el coloso
La programación de Triciclo Rojo en el coloso de mármol no es resultado de la casualidad, sino del trabajo y esfuerzo de sus integrantes, quienes han tenido como cabeza de esta aventura a un talentoso bailarín, coreógrafo y clown: Emiliano Cárdenas.

Triciclo Rojo presenta Siete giros a la luna, obra de Emiliano Cárdenas, en el Palacio de Bellas Artes, enero 2013 Cárdenas es un joven artista completo que se ha dejado influenciar por las artes en general -especialmente las artes plásticas- para crear una danza totalmente poética donde la imaginación ha sido el ingrediente principal para cautivar a todo tipo de espectador con montajes sumamente lúdicos.

Al preguntarle sobre el simbolismo que guarda el regreso de su compañía a este escenario, el mexiquense se muestra emocionado y se asume como afortunado por este hecho, sobre todo porque siguen siendo pocos los espacios que abren sus puertas a espectáculos infantiles.

“Estoy muy feliz porque esto nos demuestra que la apuesta estética que hicimos valió la pena. Fuimos creciendo poco a poco y ahora vemos resultados muy importantes. Eso significa que estamos haciendo las cosas bien”, Emiliano Cárdenas.

Triciclo Rojo presenta Siete giros a la luna, obra de Emiliano Cárdenas, en el Palacio de Bellas Artes, enero 2013 El creador recuerda que mucha gente cuestionó el futuro de Triciclo Rojo cuando se presentó por primera vez en el Palacio de Bellas Artes; se pensaba que quizá era el principio del fin, que el grupo se desintegraría; sin embargo, su amor por el arte y su profesionalismo les permitió a sus miembros imponerse nuevos retos y crecer, incluso a ser sus propios gestores culturales.

“Después de cinco años de vida como grupo descubrimos que logramos cumplir nuestros primeros objetivos e impactar en la escena nacional. Hemos logrado organizarnos y establecernos como compañía que si bien tiene como columna vertebral la danza, ha podido dialogar con otras artes. Por ello, hoy le estamos apostando al futuro”, Emiliano Cárdenas.

Para este talentoso artista resulta significativo llevar su propuesta a este escenario porque, en términos generales, en territorio mexicano es muy difícil encontrar propuestas escénicas profesionales para los infantes, de ahí que se sienta satisfecho de aportar proyectos de calidad a lado de sus cómplices (Natalia Cárdenas, Gloria Minauro, Pilar Campo, entre otros).

Triciclo Rojo presenta Siete giros a la luna, obra de Emiliano Cárdenas, en el Palacio de Bellas Artes, enero 2013 Por su parte, Natalia Cárdenas, bailarina de la agrupación, sigue convencida de que estar en el Palacio de Bellas Artes representa un trampolín inigualable, una carta de presentación al mundo que los obliga a ser mejores.

Danza para soñar
Sentarse en una butaca para apreciar un espectáculo de Triciclo Rojo es experimentar una aventura estética especial, ya que cada escena recreada por Cárdenas es como un óleo donde el público sólo tiene que dejarse atrapar por los colores, las formas, la luz, el sonido. En pocas palabras, estar dispuesto a vivir instantes lúdicos, imaginativos.

En esta ocasión, la agrupación interpretará Siete giros a la luna, una propuesta que se estrenó el año pasado en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes. Debido a la buena recepción que tuvo con el público, es que deciden montarla de manera especial el coloso de mármol.

Fue una pieza ovacionada porque exalta de manera muy peculiar el valor de la amistad y de la lucha por alcanzar los sueños. La historia gira alrededor de tres personajes que viven en un lugar místico, donde tendrán que competir para probar aquella receta que les permitirá cumplir sus más grandes deseos infantiles.

Sobre la intención de la obra, Emiliano Cárdenas comenta: “Quisimos hacer -como siempre nos ha gustado- una danza muy profunda, muy filosófica, porque es lo que merecen los niños. Seguimos pensando que son muy inteligentes y que como tales debemos tratarlos”.

En ocasión de esta presentación InterEscena conversó brevemente con el joven coreógrafo, quien compartió algunas reflexiones en torno a la tarea de hacer arte para los niños:

EC: “Hay muchas líneas aún no exploradas en este terreno. Y justamente esos vacíos es lo que genera cierta presión en los creadores, quienes al darse cuenta que hay fórmulas que funcionan las repiten para ir a lo seguro. En el caso de Triciclo Rojo le hemos apostado a montajes más filosóficos; eso nos ha generado ciertas críticas porque dicen que luego nos ponemos muy elevados y que los niños no entienden; sin embargo, estamos convencidos que este tipo de diálogo es perfectamente digerible para ellos”.

GJB: ¿Te ha interesado educar a los niños través de tu danza?

EC: “Creo que no. Nuestro arte tiene otro fin. Simplemente compartimos momentos lúdicos, fantásticos. Siempre he creado con la filosofía de un niño cuando abre un baúl, es decir, imaginando lo que puede encontrar en su interior. Así construyo mis obras, siendo curioso, entrando a espacios no explorados”.

GJB: ¿Hasta dónde te preocupa que los niños entiendan tus montajes?

EC: “En cada una de mis obras se cuenta una historia. Esto nos ha traído ciertas diferencias con gente de nuestro mismo gremio dancístico que no cree en la apuesta de narrar algo en la danza. Sin embargo, para Triciclo Rojo la narrativa no ha sido sinónimo de describir de manera explícita, sino que el propio movimiento es el que describe por sí mismo. La capacidad del niño cada vez es mayor, está apto para entender la diversidad de lenguajes”.

Próximos proyectos
Después de su presentación en Bellas Artes, Triciclo Rojo iniciará una gira por diferentes estados de la República Mexicana con su proyecto Caravana del Elefante Polar, creado para llevar montajes a rincones donde no hay alternativas culturales.

Asimismo, este año remontarán la obra Patafísica radiofónica en tres cucharadas e iniciarán los nuevos planes de Triciclo Rojo para el 2014. Fotos: Gloria Minauro.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.