Por: Nina Ines Jung — 11 de febrero, 2010
“Estamos en mitad de la catástrofe. La nave se hunde. Es momento de arrojar todo lo innecesario y prepararse para entrar en una ilusión que polariza nuestras ambiciones, nuestros sueños, nuestras ideas. Lo negro se vuelve más negro. La luz es más brillante. El resentimiento y la traición encuentran motivos; los sentimientos amorosos y solidarios enfrentan pruebas. La libertad no llega sin trabajos. Las máscaras han caÃdo. La ilusión acaba; la magia termina. Sólo queda el largo, contingente y real camino a casa”.
En 1611 William Shakespeare escribió y estrenó su última obra la Tempestad (del inglés: The Tempest). Hoy, 399 años después, el Instituto Nacional de Bellas Artes, a través de la Coordinación Nacional de Teatro, la Coordinación Nacional de danza, Realizando Ideas A.C. y La Maquina de Teatro, nos presentan una versión contemporánea de esta obra shakesperiana llevada a escena por el coreógrafo y dramaturgista Natsu Nakajima.
Esta nueva interpretación de Tempestad es una reflexión crÃtica sobre nuestra vida en la que nos encontramos, pero también proyecta la visión de una vida a la cual aspiramos.
En esta obra Nakajima articula el teatro con la danza butoh, la “danza de la obscuridad†y se caracteriza por movimientos lentos, expresivos e imaginativos, un estilo de danza japonés que surge en 1950, inspirado por los bombarderos en Hiroshima y Nagasaki.
El mismo Natsu Nakajima es miembro fundador del movimiento Ankoku Butoh. Para él, butoh es mucho más que una danza. Como es una tradición que se basa en la creencia oriental de hacer la separación cuerpo-mente/cuerpo-corazón, Nakajima creó su propia definición y significado de butoh que para él es la “espiritualidadâ€. En otras palabras el butoh es su herramienta para hacer un viaje espiritual.
Tempestad tiene el toque de un cuento de hadas. Por un lado, el lenguaje shakesperiano le da al espectador una sensación de nostalgia. Por otro lado, trata temas que todavÃa son muy actuales y cuestionables en la sociedad actual.
El término “tempestad” se refiere por definición al fenómeno atmosférico de una tormenta. En este sentido el equipo creativo conformado por Gerardo Trejoluna (director, actor y bailarÃn), Jessica Sandoval (actriz y bailarina), Clarissa Malheiros (actriz y bailarina) y la producción escénica de Gomer, caracol exploratorio, realizó un buen trabajo al hacernos sentir este fenómeno a través de efectos visuales de luz creados por Xóchitl González, música y sonidos como la lluvia, realizados por Marcelo Gaete. Además un espléndida atmósfera que se observa en el cielo durante una tormenta apoyada por un vestuario –de Edyta Rzewuska– en tonalidades pardas y otros concebidos en base a la creatividad con papel periódico.
Tempestad es un ejercicio que trata sobre la magia, de su significado y su origen, una obra que nos hace cuestionarnos sobre el sentido de las cosas. En un momento los tres actores rompen con el esquema shakesperiano e interactúan con el público preguntándo: “¿qué es la magia?â€.
Para experimentar este interesante ejercicio escénico y responderse estas profundas preguntas de la vida, existe la oportunidad de ver Tempestad en la nueva temporada que se lleva a cabo los lunes y martes -hasta el próximo 9 de marzo- en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque.
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