Rey y Rey… un ballet muy esperado que puede resultar inesperado

Por: Miguel G. Calero — 2 de agosto, 2018

Dentro del ciclo La ópera es puro cuento… y el ballet también, la Compañía Nacional de Danza, acompañada por el Coro EnHarmonía Vocalis, presenta Rey y Rey, pieza coreográfica dirigida para toda la familia, en especial para el público infantil y juvenil, que se estrenó el pasado 28 de julio y que tendrá funciones de viernes a domingo –hasta el próximo 5 de agosto– en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes.

Basada en el libro para niños con el mismo título, de las autoras holandesas Linda De Haan y Stern Nijland, esta iniciativa de la Compañía Nacional de Danza representa una muy sugestiva llamada desde el lenguaje corporal a la naturalidad de las relaciones humanas. En este sentido, podríamos considerarla una verdadera búsqueda de inclusión de género y lucha por el amor verdadero.

Sin una dramaturgia explícita, la narrativa que entreteje cada acto nos dibuja la historia de un príncipe que es animado por su madre a tomar el trono. Al ser necesario el matrimonio para gobernar, muchas princesas le son presentadas al apuesto heredero para que elija a su futura reina.

En un divertido vaivén el joven monarca es bombardeado por opciones que no llaman su atención: la princesa cisne, la bella durmiente, cenicienta y ¡hasta una sirena del reino submarino!

Hasta aquí, la búsqueda parece un enorme fracaso. La madre, se ve resignada a que su reino sea llevado por alguien solitario; por su parte, el joven heredero se ve frustrado al no encontrar interés en ninguna de las jóvenes doncellas que le son presentadas. Pero de pronto, de un reino muy lejano se le hace presente un personaje con quien el clic es irresistible… El final feliz de esta historia de amor, aceptación y libertad hará repensar los nuevos horizontes que se le plantea a la niñez de nuestro presente.

Más allá del enorme contenido ético de la obra coreográfica, la Compañía Nacional de Danza hace una interpretación artística de gran belleza y emotividad. Sobre este aspecto, destaca la coreografía y concepto escénico del reconocido maestro argentino, Demis Volpi considerado por The Goethe Institute como uno de los creativos más importantes de la escena alemana.

Hay que señalar que en Rey y Rey, destaca la vida que el Coro EnHarmonía Vocalis –dirigido Fernando Menéndez– ofrece a la obra en su conjunto, así con la inclusión de clásicos de Chopin, Rossini, Vivaldi, Mozart, Prokofiev, Tchaikovsky, Rimsky-Korsakov, Ravel y Pärt; esta paleta sonora tan variada hace que cada acto descubra una nueva ambientación vocal y musical que acompañan la trama de la puesta.

Terminan por redondear la producción, la colorida y regia escenografía, que no escatima en vida y dinamismo, pompa y realeza de Jorge Ballina, un trabajo que en conjunto con el vestuario de Jerildy Bosch logra la perfecta recreación de este cuento coreográfico de príncipes, princesas y reinos lejanos.

Otro de los elementos que destacán en el escenario es el impecable diseño de la iluminación de Rafael Mendoza, un juego de luces, sombras y tonalidades que representan la mancuerna perfecta con la escenografía y el vestuario para descubrir, además de la cualidad estética, el significado de las emociones de acuerdo al propósito de la narrativa.

Así, en esta versión coreográfica de Rey y Rey de la Compañía Nacional de Danza podemos encontrar un nuevo horizonte donde el arte le habla a los públicos de situaciones que a pesar de que vivimos en pleno siglo XXI, hoy todavía incomodan y ofrece la posibilidad de reflexionar sobre la autodeterminación para entablar las relaciones personales.

Rey y Rey no sólo es apto para los espectadores jóvenes, también es recomendada para los papás, los abuelos, los tíos, los padrinos, los maestros… y todos aquellos que se enfrentan a los tabús que aún en nuestro tiempo existen sobre el amor, quién lo vive y con quién lo comparte, porque a partir de esa sublime experiencia que es la danza es fácil comprender que la belleza es el mejor camino para desarrollar valores que hemos perdido de vista, como la tolerancia y el respeto hacia la diferencia, así el arte es imprescindible para lograr la paz, el amor y la verdadera libertad.