
Por: Susana Fernández — 1 de octubre, 2012
Con poco más de un año cumplido en el complicado ámbito de la danza, los derroteros para consolidar la disciplina parecen haber encontrado en el CEPRODAC (Centro de Producción de Danza Contemporánea) un espacio que bien sirve, para el creador como punto de difusión de su trabajo y para el espectador en busca de aquellos proyectos de artistas con una sólida trayectoria y con la responsabilidad de mostrar aquello que diga algo y pueda compartirse en colectivo.
En esta ocasión, para este mes el CEPRODAC presenta Diálogos Bipolares, una breve temporada que se llevará a cabo en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, con el estreno de dos tÃtulos: Todo es cuestión de tiempo de Andrea Chirinos (del 4 al 7 de octubre) y Signos… el cuerpo de la noche, obra concebida por Oscar Ruvalcaba (del 11 al 14 de octubre).
Según se anuncia, se trata de “dos inquietudes, dos temperamentos y dos visiones coreográficas que escudriñan la vida como un saludo y un adiós eterno, como el registro de los eventos en el tiempo que construyen nuestra memoria y que se manifiestan en una voz única e irrepetibleâ€.
En breve charla con InterEscena, el siempre autocrÃtico, Oscar Ruvalcaba habló sobre el papel que el CEPRODAC ha jugado este último año en la difusión de la danza.
“La importancia del CEPRODAC radica en que funciona como una productora de danza que permite ver a los coreógrafos y sus conclusiones personales, aciertos y puntos reflexivos en torno al lenguaje. En este espacio, la comunidad dancÃstica tenemos la posibilidad de ver nuestro trabajo en buenas condiciones, tanto de bailarines, producción y difusiónâ€.
Con una extensa y reconocida trayectoria de más de 20 años, Oscar Ruvalcaba pertenece a ese selecto grupo de creadores que habiéndose formado en la exigente danza clásica, goza y tiene el reconocimiento de instituciones, crÃticos y público del ámbito contemporáneo.
Dueño de un sentido de aventura que lo ha llevado a experimentar con otras disciplinas fÃsicas y estéticas, Oscar no es alguien que avale gratuitamente un discurso sin estar plenamente convencido de ello, por el contrario su espÃritu inquieto siempre lo lleva a indagar y confrontar sus reflexiones al interior de su propia compañÃa y con aquellos que comparten su lenguaje.
De ahà que su participación en la temporada Diálogos Bipolares es una forma más de conocer aquello que le inquieta y ocupa. “El CEPRODAC te permite esencialmente apreciar cabalmente las voces y las conclusiones de los distintos coreógrafos que hay en la escena contemporánea. Es importante señalar que existe un compromiso por producir obras de distintas vertientes y distinguir aquellos puntos que de alguna manera homogenizan el proceso creativoâ€, Oscar Ruvalcaba.
Sin falsas pretensiones ni adjudicarle virtudes inexistentes al proyecto que hoy representa ete nuevo espacio para la danza contemporánea, el coreógrafo concluye: “El CEPRODAC hay que tomarlo como lo que es, un escaparate que tiene las condiciones para ofrecer conclusiones personales, si bien el proceso de montaje en un momento corto, lo importante es lo que ofrece para que el coreógrafo se exprese y comparta su particular visión sobre el quehacer artÃsticoâ€.
Para sorpresa de quienes hemos tenido la oportunidad de compartir con este maestro en más de una ocasión en torno a la danza y sus sorpresas, Oscar Ruvalcaba nos reveló una primicia de la cual todavÃa no nos recuperamos y que tiene que ver directamente con el estreno que tendrá dentro de la temporada Diálogos Bipolares.
“Signos… el cuerpo de la noche posee un gran significado para mà porque representa el momento por el que atravieso. Siempre habÃa contado con que mi cuerpo era un aliado y en este momento me encuentro en una etapa en que me tengo que despedir de mi cuerpo que baila. Es importante saber cuándo hay que dejar las cosas, dejarlas ir. Esa ha sido una constante en mi vida: las despedidas y se cuando hay que hacerlasâ€, Oscar Ruvalcaba.
Dueño de una mirada que dice mucho más que las palabras sabemos que Oscar Ruvalcaba aún tiene mucho que dar a la danza y más allá de ella, estamos seguras de seguir viéndole con esa entrega y profesionalismo que siempre le ha caracterizado y ha plasmado en la escena coreográfica. Fotos: La marmota azul/ Gerardo Castillo y Liliana Velázquez.
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