Por: Gabriela Jiménez Bernal — 30 de mayo, 2014
La experiencia de redescubrir y sentir el cuerpo conlleva instantes religiosos. Más allá de los dogmas y conceptos tradicionales en torno a lo espiritual, el cuerpo en sà es una experiencia que forma parte del bagaje espiritual humano, por lo que recuperar ese estado de inocencia permite sumergirse en el éxtasis despertando al trance.
Tal es la esencia del nuevo proyecto de Óscar Ruvalcaba, el cual se estrena hoy viernes 30 de mayo en el Teatro Legaria, donde tendrá una breve temporada, ofreciendo además funciones el sábado 31 de mayo y el domingo 1 de junio. Asimismo se presentará el fin de semana del viernes 6 al domingo 8 de junio.
En provincia…
Después de sta breve temporada en el Teatro Legaria, Óscar Ruvalcaba presentará Historias de un cuerpo y un colibrà en el marco del Festival de Celebraciones Carnales en Guanajuato, el 20 de junio en el Foro de Lola Lince. Y en el mes de julio viajará a Querétaro.
El programa de Historias de un cuerpo y un colibrà busca recuperar el sentido religioso del cuerpo más allá del significado institucional que la iglesia le ha dado a estos conceptos. Está obra es integrada por tres Solos dancÃsticos, los cuales parten de un planteamiento fundamental: el cuerpo como una encarnación del rezo.
Para el maestro Ruvalcaba, conformar este nuevo proyecto resulta enriquecedor, ya que las interpretaciones unipersonale en la danza detonan experiencias más profundas:
“El Solo es el diálogo más intenso y condensado que puede establecer un bailarÃn con su propio cuerpo. Si bien la danza tiene una arista de colectividad, hay terrenos a donde sólo se puede entrar en soledad. El Solo es, de alguna manera, la respuesta del héroe frente al paisaje abrumador de la naturaleza indiferenciadaâ€.
El coreógrafo, bailarÃn y maestro está convencido que un programa de Solos permite establecer un dialogo entre el artista del cuerpo, la danza y el espectador. Además, lo hace más interactivo al público ya que individualizar la experiencia de percepción es una forma de involucrar, mediante la identificación del otro con el artista, al espectador hasta las últimas consecuencias.
Para la integración de esta obra, el maestro Ruvalcaba explica que eligió a intérpretes con cuerpos que responden directamente al trance, y que lo comunican de manera extraordinaria al espectador:
“La idea fundamental es que no hay que detenerse en la máscara de lo divino, sino que hay que hundirse en el terreno de la vivencia para restablecer el sentido de unidad entre el todo (el Universo) y la parte. Si bien los cuerpos y los temas son distintos, la vivencia es la mismaâ€.
Apuesta a la religiosidad corporal…
Ruvalcaba señala que religión, danza, cuerpo e inocencia son los disparadores fundamentales de Historias de un cuerpo y un colibrÃ. Al preguntarle si su propuesta busca recuperar la religiosidad corporal más allá del concepto tradicional que tenemos de lo espiritual, esto dijo:
“Efectivamente, la religiosidad va más allá del dogma. Es una experiencia que forma parte del bagaje espiritual humano y curiosamente siempre involucra al cuerpo. La experiencia religiosa, por ende, detona la danza en muchos de los casos. Recuperar el estado de inocencia es santificar la materiaâ€.
Sobre la experiencia que le gustarÃa detonar en el espectador, al maestro le gustarÃa que el público pudiera reflexionar en torno a lo siguiente: “El sentido de lo divino no es un dogma ni una doctrina; su conocimiento está al alcance de cualquiera. Sólo requiere poner en juego la habilidad intrÃnseca del cuerpo al sumergirse en el éxtasis despertando al tranceâ€.
La simbologÃa del cuerpo y el colibrÃ…
Debido a la intensidad del programa, Óscar Ruvalcaba quiso jugar con el tÃtulo del mismo, invitando asà al espectador a dejarse atrapar por la metáfora escénica.
Sobre el simbolismo de Historias de un cuerpo y un colibrÃ, describe:
“El cuerpo es historia, es escritura, es contexto cultural y por ende tiene una narrativa. De hecho, es el máximo contenedor de la Historia. Al yuxtaponerlo con el colibrÃ, tenemos un hai kú, un pequeño poema que inmediatamente desata la imaginación y su poder de evocación. A la experiencia religiosa se llega mediante la metáfora, está más allá de la mente lógica. Sólo mediante la poesÃa podemos acceder al misterio y penetrar en él para que nos embriague y nos transformeâ€. Fotos: Gloria Minauro.
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