
Por: Susana Fernández — 9 de julio, 2016
“Soy un admirador de la punta y la técnica pero en el Mexico City queremos llevar el clásico a la calle, hacer una relectura de la danza con la que todos se identifiquen y la sientan más cercana”, Jasmany Hernández, director del Mexico City Ballet.
Visiblemente emocionado y con una sonrisa que no desaparecÃa de su rostro, mientras saludaba a los invitados de la compañÃa, prensa y público que lo reconocÃa en la entrada del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris –el pasado viernes 8 de julio–, el director Jazmany Hernández se encontraba listo para presentar Pulso, gala coreográfica del Mexico City Ballet que él mismo definió como “son obras que van a estar subiendo y bajando la energÃa del público, pero manteniendo siempre un balanceâ€.
Con este anuncio, y siempre con las reservas que provoca ver un estreno, fue que iniciamos una noche de verdadero placer coreográfico. Una velada donde el Teatro de la Ciudad fue el escenario para que la danza vibrara y mostrara que el ballet clásico puede y debe ser renovado desde los aspectos de la creación, interpretación y música.
Una función que abrió con una creación de la coreógrafa YasmÃn Barragán en colaboración con Alan MarÃn: Casta Brava, que se descubrió en completo silencio con Alfredo Tame irrumpiendo desde las butacas para que –a manera de hechizo– atrajera la atención del público asistente.
Ya en el escenario, los movimientos sutiles de Tame nos obligaron a seguir con atención cada gesto corporal mientras que poco a poco lo arropó la música de Bach y Vincenzo Bellini –interpretada en vivo por el violinista Luis Vital y José VÃctor Gavilondo Peón en el piano– para brindar al público un juego corporal que fue acompañado por la bailarina Agustina Gallizi y Diego Vázquez.
De forma vertiginosa el trÃo de intérpretes fueron creando imágenes de gran belleza que nos confirmaron que quiénes verdaderamente se forman en lo clásico también pueden incursionar con éxito en estilos tan disÃmbolos como el street dance. Al final el público aplaudió y confirmó que la buena danza siempre es bella.
Posteriormente, vino la intervención de Roberto RodrÃguez, quien arrancó exclamaciones al interpretar la obra de Edgar Sagarra, un sólo cargado de gran sensualidad hilvanada por la música electrónica del cubano José VÃctor Gavilondo Peón, quien también es el compositor residente de la compañÃa, una fusión desbordada que evocó libertad y gozo por el movimiento.
Mujeres pájaro de la cubana LÃdice Núñez, marcó –desde mi particular punto de vista– el climax de la noche. Una obra profundamente onÃrica inspirada en los cuadros de la pintora Zaida del RÃo que a través de la música de Ólafur Arnalds y Pietro Mascagni hicieron que el público volara. Para la coreógrafa Mujeres pájaro se define como un “juego inspirado por los cuadros de Zaida que adquieren un nuevo significado y provocan nuevas energÃas para mostrar a dos mujeres que intentan retomar sus alas perdidas y su capacidad de vuelo”.
Cabe señalar que la función del viernes, Mujeres pájaro estuvo interpretada por Regina Palomar y MarÃa Daniela González, quien alternará la función del sábado con Sheila Hernández.
False Cognate, fue el gran final del primer acto, una obra interpretada y creada por Diego Vázquez, quien se apoderó del escenario en una explosión de sensaciones y una sucesión de imágenes sugestivas. Un solo de gran poder visual, inspirado en la relación del autor con la Biblia, que más allá de su carácter mÃstico, provocó un sinfÃn de emociones entre quienes desde nuestras butacas seguÃamos sorprendidos ante la belleza corporal masculina que descubrÃa en cada movimiento una total contemplación.
Después del intermedio, la noche no podÃa concluir sin una exposición máxima de los alcances de los integrantes del Mexico City Ballet, el gran final fue Pulso –tÃtulo también del programa de esta gala–, una demostración de pureza técnica y perfección escénica, donde cada ejecutante lució y provocó una exaltación de la danza.
Creada por YasmÃn Barragán, Pulso es una obra para tres parejas que además permite el lucimiento individual en la escena, interludios estéticos donde cada intérprete desfoga la libertad que permite el arte de la danza,
asà como la pasión que les provoca este lenguaje para crear imágenes de gran belleza.
Con la música original de Gavilondo Peón y la interpretación en vivo de la pianista cubana Ana Gabriela Fernández, Pulso fue una cadena de teatralidad, danza y lucimiento de técnica entrelazada con la expresión escénica, una muestra de que el ballet clásico puede renovarse y tomar aires contemporáneos sin sacrificar las puntas y la elegancia, fuerza y energÃa desbordada que al contemplarla deja un agradable sabor de boca en el espectador que agradece ver danza como se debe.
Pulso, la gala del Mexico City Ballet tendrá dos funciones más hoy sábado 9 y mañana domingo 10 de julio, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Una cita impostergable para quien guste de la danza y también para quienes aún no se han animado a vivir la experiencia.
“A diferencia de otras compañÃas no somos absolutistas, el Mexico City Ballet es una compañÃa de intérpretes de formación clásica haciendo contemporáneo, de esta forma hacemos converger dos lÃneas de la danza, logrando obras de gran plasticidad y llevando al lÃmite la técnica de los bailarines. En este sentido, el Mexico City tiene cuidado en hacer obras abstractas, no queremos ni pretendemos que alguien venga a entender una mÃmica de lo que estamos haciendo, queremos conectar con el público y que éste experimente los contrastes y diversidad que tienen nuestras obras”, Jasmany Hernández.
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