
Por: Claudia Magun — 1 de septiembre, 2018
“Ni el aire ni la tierra son iguales después de que MarÃa Pagés haya bailado” José Saramago.
Es, esa bailaora que triunfa en los escenarios internacionales donde se aplaude su arte, es MarÃa Pagés que en su visita a la Ciudad de México presenta Yo, Carmen, una obra icónica que en su concepción escénica revive el clásico personaje para expresar la realidad que afronta su alma femenina.
Es, Yo, Carmen, una coreografÃa que nada tiene que ver con la versión de la obra escrita en 1845 por Prosper Merimée que sirvió como base del libreto para la ópera homónima de Georges Bizet, es la versión de esta insigne bailaora que en su imaginario plasma la voz de una mujer que se alza con fuerza ante nosotros, nÃtida y contundente, para expresar la realidad que afronta, construye y desenvuelve el alma femenina.
Es, la denuncia en la voz de MarÃa Pagés, una artista iconoclasta por naturaleza que ha hecho de la danza flamenca su patria poética, y en esta su Carmen quiere ser la voz de todas las mujeres, sin subterfugios, sin dobleces heredados, sin miedos ni connotaciones construidas por la mirada masculina.
Es, la expresión de una de una bailaora sevillana que inició su carrera de la mano de Antonio Gades, ella es quien al hablar sin complejos con todos los lenguajes a través de los códigos fundamentales del flamenco demuestra ser una pionera en el entendimiento de este arte que sin perder su esencia española lleva al espectador por una lectura contemporánea que toma la música de Bizet como punto de partida para crear un espectáculo que desarma los estereotipos creados a lo largo de los siglos, para silenciar la esencia de la mujer.
Es, MarÃa Pagés, la creadora de Sol y sombra, El perro andaluz. BurlerÃas, La Tirana, Mirada UtopÃa, Casi divina, leve, La alegrÃa de los niños, Siete golpes y un camino, Óyeme con los ojos, No dejes que termine el dÃa, Rostros y otras tantas creaciones que le han otorgado el reconocimiento del público, obras que no importa cuando fueron engendras, siempre serán recordadas por esa identidad tan de ella, por esa su analogÃa que ha transformado el baile español en un escenario del alma.
Es, ese hemisferio idÃlico que de una manera mÃstica y a la vez apasionada habla desde las entrañas de la tierra española de ese sentido poético que encierra el: “Yo pagesiano que recoge a la mujer real, tal y como la coreógrafa lo siente y lo vive, emocional e intelectualmente. A la voz femenina, MarÃa Pagés le pide y exige que tome la palabra para hablar de las mujeres, tal como las mujeres sienten y viven. El Yo, es la eclosión de la voz femenina, la voz de todas las mujeres que oculta por la pertenencia a su género”
Es, Yo, Carmen, una reflexión donde la Pagés busca confrontar el mito y despojar al público de esa imagen prefabricada que todos tenemos incorporada en nuestro universo cultural, para, desde ahÃ, levantar sobre el escenario una más certera, más veraz. Y, al tiempo, no sólo explora el deseo como una responsabilidad ética, reivindica también la vida, el placer, la autonomÃa, la libertad y la felicidad como derechos fundamentales de todo ser humano.
Es, la mujer hablando de las mujeres, con las mil y una aristas que las conforman, que las sostienen. Es la voz de todas las mujeres, sin subterfugios, sin dobleces heredados, sin miedos ni connotaciones construidas por la mirada masculina.
Es, el camino creativo de MarÃa Pagés profundamente arraigado en su voluntad de hablar de las mujeres, desde la experiencia vital, emocional, fÃsica, sentimental y creativa de una mujer bailaora, coreógrafa, andaluza, española y reivindicadora de la universalidad. Es en palabras de MarÃa, “una aventura emocional e intelectual que pueda aportarle algo de distancia para hablar del mundo femenino al que pertenece. Su convicción es que “Carmen está en todas las mujeres y que todas somos Carmen”.
Es, MarÃa Pagés, quien de la mano de su compañÃa se presenta mañana lunes 6 de agosto en el Palacio de Bellas Artes, para cerrar el ciclo Danza en el Palacio con ese estilo que se abre a partir de una reflexión que confronta el mito y reivindica la libertad como derecho de todo ser humano.
Es, Yo, Carmen, una obra que no sólo explora el deseo como una responsabilidad ética, es una expresión del arte flamenco que reivindica la vida, el placer, la autonomÃa, la libertad y la felicidad como derechos fundamentales de todo ser humano. Mujeres que bailan al ritmo de un principio de armonÃa, regularidad, medida y simetrÃa, que luego rompen y recomponen, recogiendo de este modo, a través de sus cuerpos y sus movimientos, el cuerpo y el movimiento de la vida.
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