Lanònima Imperial regresa a México con Variacions Al·leluia

Por: C. Magun y S. Fernández — 5 de abril, 2010

La compañía catalana al frente de Juan Carlos García visita nuestra Ciudad para presentar dos funciones, los días 15 y 16 de abril en el Teatro de Danza del Centro Cultural del Bosque, de una danza atrevida y sensual que conlleva una batalla entre el bien y mal que muestra el lado perverso y angelical del ser humano.

No apta para los amantes de expresiones convencionales, Variacions Al·leluia – estrenada en octubre del 2007– aborda sobre Ángeles caídos… que más allá del miedo son una bofetada a los sentidos, situaciones enigmáticas y oníricas que García enmarca en una escenografía imaginaria creada por José Menchero donde unas prominentes alas inflables dan la sensación de presenciar un acto arcano, con ángeles caídos extraídos de un cuento etéreo.

Director y fundador de Lanónima, quien hoy es considerado uno de los coreógrafos más influyentes de la escena española y referente de la escena europea, se sumergió en el mundo de las artes escénicas con sólo 18 años bajo la dirección de Luis Iturri en la Compañía bilbaína Akelarre e inició sus estudios en danza clásica y contemporánea en 1977 en Barcelona en el Institut del Teatre.

Su capacidad y calidad creativa lo ha llevado a concretar importantes espectáculos, videometrajes y reposiciones para compañías internacionales, como: Komische Oper de Berlin, Gregor Seyffert Company, Itzi Galili Dance Company, Maggio Danza Fiorentino, Deutches Oper, Dresdner Musikfestspiele, Gulbenkian Ballet y Ballet de Zaragoza.

A lo largo de los años, el coreógrafo ha consolidado un estilo propio que en constante evolución con las realidades sociales ha contribuido, junto con otros creadores, a la reorientación de la danza como herramienta escénica en la España contemporánea.

Su remodelación conceptual de la danza moderna, está trazando una nueva forma de cohabitación artística hacia una dinámica descongestionada de barreras estéticas innecesarias. García, rodeado de grandes profesionales de las artes, construye un universo cultural espaciado, singular y especialmente no exento de significado emocional.

Bajo la visión de este hombre, Lanònima Imperial fundada como un colectivo artístico en 1986 con sede en Barcelona, se ha mantenido a la vanguardia de la danza en una constante búsqueda por la eliminación de disciplinas únicas, en su factura de danza que se apróxima al virtuosismosus ha logrado llevar a escena una esquisita variedad de piezas definidas por los especialistas como “teoremas formales que destacan por el elevado nivel técnico y de interpretación que obtiene de sus bailarines”, conservan la insolencia de quien no teme romper paradigamas.

El uso y manejo de una amplia variedad de elementos visuales, dramatúrgicos y musicales hacen de sus espectáculos objetos de atracción a los que difícilmente puede resistirse el espectador, este es el caso de Variacions Al·leluia un discurso estético convocado a partir del desgarre de una guitarra, una portentosa voz y un lenguaje agil y contemporáneo.

Una coreografía de índole fantástica que conjuga el movimiento corporal con el rock para crear una atractiva puesta escénica que contiene los ingredientes exactos para atraer y fascinar –e incluso contraer– al público.

Un conjunto estético que surge de la angustia, cuya narrativa muestra la crueldad y sordidez a través de un universo corporal, sin que por esto se renuncie a la sensualidad, mistisismo y el plus de un poco de descaro y cachondería.

Para Juan Carlos García crear a partir del miedo es sólo otra vía para indagar en lo que conforma la psique del ser humano: “Terrores, horrores, pesadillas, angustias, espantos, violencias, pavores y sustos. No hay nada más hermoso si lo sabes jugar”.

La música original de Oriol Rossell, determina la línea dramática de Variacions Al·leluia, la cual nace de frenéticos acordes que en conspiración con el movimiento crean imágenes oscuras que develan deseos y miedos en cada momento escénico donde uno a uno, los intérpretes, Inma Asensio, Yester Mulens, y Miquel García, se descubren como seres contestatarios no excentos a encontrarse con sus más íntimas pasiones.

Variacions Al·leluia es una escena poética sin conseciones donde no se teme experimentar con distintas formas y géneros, una atracción visual donde la música en vivo y la danza permiten al espectador otras forma de mirar el interior del ser humano, sin que las bajezas o sus más íntimos deseos causen verguenza.