Por: Enrique R. Mirabal — 8 de diciembre, 2014
Dos versiones de El cascanueces podrán ser vistas en la Ciudad de México…
En el mes de diciembre, los espectáculos alusivos a las fiestas pascuales y dirigidos al público infantil acaparan la cartelera. Quienes no asisten al ballet en los once meses previos del año, hacen la excepción en este mes con El cascanueces.
La CompañÃa Nacional de Danza del INBA ha mantenido una tradición plausible desde hace 34 años presentando este ballet, en sus primeras décadas en el Palacio de Bellas Artes y, debido al éxito y a la demanda, se trasladó a un teatro de mayor aforo, el Auditorio Nacional.
El último de los tres ballets compuestos por el ruso Piotr Illich Tchaikovski (1840-1893), correspondiente al opus 71, se estrenó en 1892 y siguió una suerte desigual en el transcurso de los años. De la coreografÃa original de Lev Ivanov (y también de Marius Petipa aunque se le niegue la autorÃa), el ballet pasó a varias revisiones en sus puestas en San Petersburgo y en Moscú. La primera de ellas, se debió a Alexander Gorski en 1919 y la segunda a Vasili Vainonen en 1934 para el Ballet Kirov (antes Mariinski) de Leningrado (antes de y ahora, San Petersburgo).
A partir de ésta, se han producido otras versiones en Rusia. En Occidente, la primera producción se debió a Nicolai Sergeyev, también en 1934, para el Royal Ballet de Inglaterra. Aparte de las mencionadas puestas, la partitura de Tchaikovski se escuchó fuera de Rusia en la versión del propio compositor conocida como Suite de El cascanueces opus 71a.
La puesta de la CND corresponde a una adaptación que hiciera Nina Novak, heredera de la tradición de Les ballets russes de Diaghilev y es, por suerte para nosotros, una de las más atinadas en Occidente, por encima de las de Balanchine y Christensen.
Novak, sin olvidar la historia de Hoffmann y el insoslayable atractivo para el público infantil, crea un espectáculo más bailable, valga la obviedad, tratándose de ballet.
No elude la anécdota ni las danzas de salón o los momentos en los que la pantomima reina pero, cuando se debe bailar en solos y pas de deux, explota las posibilidades técnicas de los bailarines, complaciendo asà a niños que buscan la magia y a los balletómanos siempre a la caza de hazañas pirotécnicas.
Las funciones de la CompañÃa Nacional de Danza en el Auditorio Nacional comienzan el 18 y se extienden hasta el 21 de diciembre. El jueves 18, a las 20:00 horas y los restantes dÃas en dobles funciones, con precios especiales y promociones para la familia, a las 5 de la tarde y a las 8 de la noche.
Estarán sobre el escenario cinco primeros bailarines de la CND: Agustina Galizzi, Ana Elisa Mena, Mayuko Nihei, Blanca RiÌos y Erick RodriÌguez, además, de corps de ballet más niños estudiantes de las escuelas del INBA.
En total, 80 artistas en escena, majestuosa escenografÃa con todos los recursos de producción que provocan asombro y bienestar entre los asistentes al ver crecer un árbol navideño, presenciar batallas entre ratones y muñecos y ser sorprendidos por una acompasada caÃda de copos de nieve.
Los rusos, es decir el Ballet de Moscú, autodenominado la corona del ballet ruso (The Crown of Russian Ballet), ha escogido el Centro Cultural TELMEX, Teatro 1 para presentarse desde el 16 hasta el 21 de diciembre en horarios dobles.
Al parecer, la versión de El cascanueces de esta agrupación parte de la de Vainonen en revisión posterior del director artÃstico de la troupe, Anatoly Amelyanov. Los bailarines que interpretan los papeles principales son Alexey Gerasimov, Andrey Besov, Natalia Gubanova y Yulia Nepomniashchaya.
Algunas constantes de obligatorio seguimiento en el trazo general del ballet como las fiestas navideñas, las danzas caracterÃsticas o folklóricas, trineos y troikas asà como figuras emblemáticas como el Hada de azúcar y el prÃncipe Cascanueces no podrán faltar.
Lo que podrÃamos adelantar es el gusto y la propiedad de los rusos a la hora de bailar sus clásicos: la escuela rusa de ballet es inconfundible y esperamos que den lo mejor de sà en esta gira mexicana para asegurarse futuras presentaciones en nuestro paÃs.
A diferencia de la puesta de la CND que cuenta con el acompañamiento en vivo de la Orquesta de Bellas Artes bajo la batuta del maestro Juan Carlos LomoÌnaco, los rusos, por obvias razones de logÃstica, tendrán el soporte de música grabada.
Como en las grandes capitales del mundo, la Ciudad de México puede presumir de tener dos Cascanueces sobre la escena, una alternativa saludable que permitirá al público defeño establecer comparaciones y ponderar una y otra versión pero, sobre todo, disfrutar la música de Tchaikovski y ver ballet en vivo.
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