
Por: C. Magun y S. Fernández — 1 de diciembre, 2011
En el marco del DÃa Internacional de Lucha contra el SIDA, hablar de compañÃas artÃsticas que sostengan un compromiso sobre el tema nos viene a la memoria invariablemente el nombre de La Cebra Danza Gay, que dirige José Rivera, quién desde hace más de 15 años ha forjado un discurso que pasó de un activismo en resistencia a un planteamiento estético serio, basado en una postura ideológica pero con sus buenas dosis de humor.
Y es que tratándose de Rivera, sus actuaciones tienen ese tono de descaro, desenfado y orgullo que lo caracterizan y que con gran acierto ha sabido plasmar en su extenso trabajo coreográfico.
En reconocimiento a esta labor escénica, el próximo 5 de diciembre, el Palacio de Bellas Artes se convertirá en el escenario para que La Cebra, cual bella y lozana quinceañera, celebre sus primeras 15 primaveras, y para no restarle solemnidad al evento se develará una placa conmemorativa.
Es asà que a más de una década de la fundación de su compañÃa, José Rivera ha logrado consolidar una posición privilegiada dentro y fuera de la comunidad LGBT (lésbico, gay, bisexual y transgénero), más allá de las preferencias sus obras logran convocar a un público variopinto que sin prejuicios goza con su peculiar forma de hacer danza.
“Llegar a estos 15 años es un logro muy significativo, para mi y para los bailarines que me están acompañando en este momento. Algunos de ellos ya tienen muchos años trabajando conmigo, como Cesar Romero, Cristian RodrÃguez y Bruno RamÃrez. Es muy difÃcil mantenerse como compañÃa independiente en este paÃs y como bailarines ya son muy pocos los que se mantienen estables porque ahora están en proyectos y cambian de compañÃas constantemente y este aniversario es también un logro para la comunidad que yo representoâ€, José Rivera.
Empero, más allá de quedarse en una zona de confort que pudiera significarle un éxito inmediato y sin esfuerzo, el también bailarÃn potosino –que es reconocido como el hijo más aventajado del maestro Raúl Flores Canelo–, ha conquistado a público y crÃtica con su técnica y don para bailar, conquistando con esto escenarios para otros creadores y ganando un espacio digno para la comunidad LGBT.
“Por la calidad de mi trabajo se me han abierto puertas. Al principio era yo el que buscaba y ahora me llaman para que de funciones en varias instituciones de la ciudad y por el interior de la República Mexicana. Estamos dando 50 funciones al año, un logro muy significativo en muchos sentidos. Hemos representado a México en varios festivales en el extranjero donde la gente se queda muy sorprendida de que en nuestro paÃs haya una compañÃa como esta que no solo representa un trabajo artÃstico sino a toda una comunidad que ha sido discriminada. La Cebra ha puesto su granito de arena para que esto suceda porque estamos presentes todos los dÃas por toda la ciudad y guste o no se debe tener una apertura para la comunidad, y esto se ve reflejado también en los teatros y otros espacio escénicosâ€, José Rivera.
En la función del próximo 5 de diciembre en el Palacio de Bellas Artes, el programa coreográfico que presentará La Cebra integra piezas de su repertorio artÃstico y otras obras de reciente creación, como Danzón para un hombre que se convierte en sandÃa, Cartas de amor, Retromoda (Pasarela VIH), Ave MarÃa PurÃsima (de prostitución y lentejuelas) y Antes que amanezca (Cuando ya va bien mala).
Con más de 15 años de trayectoria, el trabajo de José Rivera ha sido parteaguas en más de un sentido en la danza mexicana, hoy celebra porque hay mucho por lo que brindar, su trabajo –le guste o no a sus detractores– ha marcado huella y más de uno sin confesarlo del todo puede decir que tiene algo del propio José. ¡En hora buena! Fotos: Daniel Ochoa.
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