
Por: Susana Fernández — 3 de enero, 2007
Como actividad escénica, la danza no se encuentra dentro de los espectáculos más taquilleros de nuestro paÃs, comparada con otros géneros artÃsticos. Pese a esto, en nuestro paÃs existe una gran actividad dancÃstica continua donde innumerables agrupaciones buscan a diario conquistar presencia en el escenario. Este trabajo encuentra entre sus tantos obstáculos, la falta de imágenes fotográficas que más allá de la interpretación plasmen la belleza técnica con la que se lleva esta disciplina.
Entre los artistas dedicados a recuperar la memoria gráfica de la danza se encuentra Hozcani Arellano, músico de formación que después de varios años trabajando en este medio dio un viraje a su actividad profesional para dedicarse a la difÃcil labor de plasmar visualmente un arte efÃmero e irrepetible. Sobre su quehacer como fotógrafo de danza, Arellano conversó con Interescena.
¿Cómo comenzó tu relación con esta disciplina?
El arte ha estado presente en mi familia desde siempre, no era extraño que en casa fuéramos al teatro o al museo. Mi mamá es pintora, mi padre es ingeniero-arquitecto, vinculado en la cuestión de la arquitectura paisaje, siempre como en la búsqueda de la estética. Mi hermana es la bailarina, luego hago la broma de que empecé enamorándome de las amigas de mi hermana y poco a poco de la danza.
No hay un momento particular en que decidiera voy a ser fotógrafo de danza. Me la fui encontrando y fuimos teniendo una buena relación, después ésta se convirtió en romance y asà cuando me di cuenta volvà la cara y ya son cinco años.
¿Qué significa la fotografÃa dancÃstica?
Creo que uno de los encantos de la fotografÃa en general, es que tiene el don o el encanto de transmitir una cantidad de información de un solo impacto. Considero que la fotografÃa de danza tiene que hacer eso. No necesariamente tiene que transmitir movimientos, sino muchas más cosas, momentos, situaciones, emociones, texturas.
Hay teatralidad en la danza y esa también hay que capturarla porque no puede ser únicamente saltos y técnica. El encanto no está solo en el cuerpo. Siento que la fotografÃa debe capturar momentos, cualquiera que estos sean. A veces me siento como francotirador, que está al acecho y dispara en el momento. Es un acto muy divertido.
¿Cuál es la relación entre una actividad solitaria como es la fotografÃa y un arte colectivo como es la danza?
Yo creo que sucede por si sola, es un vÃnculo que se da. Es como simbiótico. El bailarÃn de nada sirve sin el escenario, el escenario de nada sirve sin bailarines, el escenario y los bailarines de nada sirven sin el ingeniero, el técnico, el iluminador y el tramoyista, y de nada sirve todo esto si no hay promoción.
Después de cinco años de hacer fotografÃa dancÃstica, ¿qué te ha dejado ésta?
Ha sido muy interesante ver los procesos de trabajo de diferentes compañÃas. Personalmente prefiero estar en un salón de prácticas o en un montaje, que en una función. Prefiero tener capturado el lado humano del arte, eso me gusta más. De hecho trabajé, durante 2 años, un material que pretende ser un libro que se llame “Ensayo, la parte humana de la danzaâ€, un proyecto que preparé para la beca de coinversión del FONCA y no se porque no lo aceptaron. Pero estuve trabajando todo lo que es ensayo, montaje y función con la CompañÃa Nacional de Danza (CND), el Ballet Teatro del Espacio, Humanicorp, Contempodanza, Tania Pérez Salas y OnÃrico.
Creo que es un material que vale la pena mostrar y que nadie tiene porque a veces las compañÃas son muy celosas con su proceso de creación, los contrastes que suceden y las formas de abordar el proceso coreográfico.
En cada compañÃa hay que tomar el elemento. Por ejemplo, si uno toma a la CND hay que buscar virtuosismo y cosas que impacten. De repente ves a una compañÃa como Foramen y encuentras aspectos dramáticos. Creo que uno tiene que interpretar un poco lo que sucede con cada agrupación para saber que está buscando. A veces entra uno al teatro sin conocer y es de resolver en el instante.
¿Cómo ves la situación de la danza en general?
Por lo general procuro ser discreto con la crÃtica. Pero, creo que está en crisis, no hay propuesta. Sin embargo, no me canso de hacer la observación de que es muy fácil acomodarse en la butaca y criticar pero es muy difÃcil subirse al escenario y proponer.
Estoy convencido de que los cambios suceden de manera individual. Todo mundo está exigiendo cambios pero estamos esperando que cambie el otro, asà que si quieres cambios empieza por cambiar tú.
Personalmente, observo que sucede todo esto con la danza pero no me meto con ello. No es mi problema, yo no soy bailarÃn, no soy coreógrafo, no soy comisario de la danza.
Yo estoy contento con lo que estoy haciendo, estoy contento con lo que capturo en la cámara. Estoy satisfecho con mi parte, por supuesto creo que falta apoyo a la fotografÃa y apoyo a la cultura en general, creo que eso redondea todo. Fotos: Hozcani Arellano
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