
Por: Susana Fernández — 4 de septiembre, 2015
“Este reconocimiento es una especie de despedida por todo el trabajo que he hecho. La danza para mà ha sido mi vida entera. Ha sido una entrega total porque mi caso ha sido absolutamente vocacional. Creo que no podrÃa haber realizado otra cosa que no hubiera sido dedicarme a la danza, a bailar, a estar en el escenario y hacer coreografÃa. He sido una persona totalmente escénicaâ€, Carlos López.
Hablar de Carlos López es hablar de un pilar fundamental en la historia de la CompañÃa Nacional de Danza (CND), si bien su trabajo en la principal agrupación coreográfica de nuestro paÃs se remonta a 1977 cuando ingresó como primer solista, su trayectoria ha estado unida a este ensamble de manera insoslayable al haber colaborado como maestro, miembro del consejo artÃstico, coreógrafo y director artÃstico durante varios años.
El nombre de Carlos López está inscrito en uno de los mayores éxitos de la CND, El lago de los cisnes, como en alguna ocasión compartió con InterEscena cuando recordó que “Laura EchevarrÃa, Jorge Cano, Felipe Segura y él se reunieron con el ingeniero Salvador Vázquez Araujo para proponerle que se agrandara el montaje de El lagoâ€.
Más allá de la exitosa puesta en escena que año con año se monta en El Lago de Chapultepec, la aportación del maestro López al quehacer coreográfico nacional es mucho más extensa de lo que pudiera pensarse ya que sus enseñanzas e influencia han impactado en varias de las generaciones de bailarines que hoy brillan en el escenario nacional e internacional. Y es que el maestro tiene una larga compilación de éxitos que impactan a cualquiera.
Carlos López, quien nació en Guadalajara, Jalisco, el 12 de junio de 1937, fue el primer bailarÃn mexicano graduado dentro del sistema Royal Academy of Dancing of London. Fundó en 1958, el Ballet de Cámara, antecedente importante para la creación de la CompañÃa Nacional de Danza, en colaboración otras dos grandes personalidades de la danza en nuestro paÃs, Nellie Happee y Tulio de la Rosa. Además, fue integrante del Ballet Nacional de Cuba (1960 – 1964), donde llegó a la categorÃa de solista.
La aportación coreográfica del maestro López para la CompañÃa Nacional de Danza donde se inició como bailarÃn, fueron 16 ballets y desde de 1987 hasta su retiro, fungió como régisseur, siempre apoyando y acompañando el trabajo del director en tuno.
Después de toda una vida y aportar tanto al desarrollo de este organismo, finalmente esta institución a la que tanto le ha dado le rinde un reconocimiento como artista y como ser humano que ha dedicado una vida a la danza. Todo una vida de un hombre que siempre hizo honor al verso del maestro Joaquin Sabina “bailar es soñar con los piesâ€.
La cita para el Homenaje al Maestro Carlos López, es el sábado 5 de septiembre a las 7 de la noche en el escenario que tanto lo ha visto triunfar en sus diferentes facetas desde la década de los 50, la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
“La carrera de bailarÃn es muy efÃmera y uno difÃcilmente puede rebasarla a los 40 años, y yo lo hice, pero con holgura, porque bailé hasta los 46. Ahora estoy a punto de cumplir 80 años y la ejecución es cosa del pasado, pero disfruto de la danza como espectadorâ€, Carlos López.
Es asà que para el Homenaje al Maestro Carlos López, el elenco de la CompañÃa Nacional de Danza ofrecerá un programa especial conformado por cuatro de las coreografÃas que el creador realizó para la agrupación: Fanfarria, La silla, Fragmentarios y Vivaldi para trece bailarines. Una participación especial de Elisa Ramos, Iratxe Beorlegui, Blanca RÃos, Erick RodrÃguez, Lorena Kesseler, Mayuko Nihei y Roberto RodrÃguez, entre otros bailarines. Además, esa noche se proyectará un video sobre la trayectoria artÃstica del maestro.
Desde aquÃ, nuestro reconocimiento, aplauso y agradecimiento a un artista de gran talante, a un hombre que siempre ha sido amable con InterEscena y que en más de una ocasión ha compartido con nosotras uno que otro secreto del mundo de la danza.
“A la danza hay que amarla intensamente; es muy demandante y a las nueve o diez de la mañana hay que estar en el salón de clase para ensayar. El cuerpo no puede descuidarse un solo dÃa y hay que atenderlo permanentemente y entrenarlo todos los dÃas. Lo primero que hace un bailarÃn en su dÃa es tomar una clase de ballet y el entrenamiento cotidiano, una disciplina para mantener el cuerpo lo suficientemente fuerte para que pueda utilizarse para llevar obras al escenarioâ€, Carlos López.Fotografias 2 y 4: Francisco Segura / Conaculta
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