
Por: Susana Fernández — 6 de marzo, 2016
A cuatro décadas de haber sido estrenada, la puesta coreográfica de la CompañÃa Nacional de Danza, El lago de los cisnes vuelve a recrear la magia concebida hace más de un siglo por Marius Petipa y Lev Ivanov para consagrarse como un clásico de la cultura que se vive en la Ciudad de México de miércoles a domingo (hasta el 20 de marzo) en la Isleta del Bosque de Chapultepec.
Considerado un “espectáculo único†que reúne la música universal del inmortal Piotr Ilich Tchaikovsky y la belleza del ballet enmarcadas en un escenario natural, El lago… es sin duda, un atractivo turÃstico-cultural que a lo largo de 40 años ha ido sumando esfuerzos, creatividad, talento y, por supuesto, público para la danza.
“En el plano interpretativo requiere mucho el uso de la imaginación, de la creatividad, para desempeñar bien cada personaje. Odette es el contrario de Odile. Odette es un personaje lÃrico con una sensualidad sutil, de una belleza refinada, muy femenina, mientras que Odile es una belleza seductora, con ciertos rasgos de maldad. Reflejar esos dos polos a través de la danza es muy divertido pero también complicado. Aquà se logra a la perfección”, Tihui Gutiérrez, maestra y ex primera bailarina de la CND (1994-2000).
De la primera versión realizada en 1977 por el ingeniero Salvador Vázquez Araujo aunada a la concepción coreográfica de Felipe Segura, la cual consistÃa en una interpretación de 40 minutos con una cantidad modesta de artistas que lograban la magia de la danza en una sencilla escenografÃa, hoy El lago de los cisnes se presenta a partir del trabajo de más de 30 técnicos que respaldan esta magna producción donde intervienen más de 100 bailarines, una docena de caballos y una renovada escenificación que incluye proyecciones multimedia, un espectacular juego de iluminación y efectos pirotécnicos. El camino ha sido largo pero con éste también lo ha sido el arraigo que este espectáculo ha alcanzado en el gusto del público mexicano.
Si bien la inclusión de la multimedia –que se dio desde 2014 y ha ido puliéndose en estos dos últimos años– ha logrado atraer a las nuevas generaciones, ésta también nos habla del esfuerzo de la CND por mantener el espectáculo vigente y una preocupación constante por renovarse y seguir atrayendo a los espectadores.
“Llegar a la temporada número 40 de este ballet es sumamente alentador, algo muy relevante y habla por sà sola de la solidez y la calidad que la CompañÃa ha alcanzado en todos estos años. Bailarines y bailarinas están ‘filosos’ y con muchas ganas de bailarâ€, Tihui Gutiérrez.
El dÃa del ensayo general de esta 40 Temporada de El lago de los cisnes, un padre que estaba delante de mà asiento compartÃa con sus hijas la experiencia que tuvo hace unos años cuando vio por primera vez esta puesta, hoy ese mismo padre regreso con –tal vez, quiero creer– unas futuras espectadoras de la danza en México.
En este sentido, es justo reconocer lo mucho que el montaje de El lago de los cisnes ha aportado a la creación de públicos y la danza mexicana, son innumerables las anécdotas de familias y de artistas que han forjado este espectáculo.
“El lago de los cisnes es un espectáculo que habla por sà solo. Se difundió mucho de boca en boca y eso hizo que ahora se cuente con un público que reclama la temporada en el Bosque de Chapultepec. Para nosotros es un honor que ya sea emblemático en la Ciudad de México y nos exigimos brindarle cada vez más calidad al público”, Tihui Gutiérrez
Un sin fin de recuerdos y experiencias como las declaraciones amorosas de Laura Morelos –quien fue la directora de la CND hasta hace unas semanas y por muchos años fue prima bailarina del ensamble–, que declara “es mágico llegar y bailar el cisne blanco, levantarte y acostarte, ver el cielo con la luna llena y las estrellas, respirar el oxÃgeno de los árboles que está en Chapultepec. Es algo muy bello”.
Innumerables experiencias que se guardan en el registro de estas cuatro décadas, como las aportadas por el maestro Carlos López, regisseur de la agrupación de 1996 a 2105, quien interpretó Sigfrido por varias temporadas con cinco distintas bailarinas. Muchas historias que se han adherido a la remembranza de El lago de los cisnes, pieza fundamental del repertorio de CND que lleva en su memoria coreográfica arreglos de Laura EchevarrÃa, Jorge Cano, James Kelly y el mismo Carlos López, entre otros creadores que han aportado su visión a este cuento de hadas estructurado en cuatro actos, que fue encargado por el Teatro Bolshói en 1875 y se estrenó en el 4 de marzo de 1877 en Moscú.
Hoy por primera ocasión, la CompañÃa Nacional de Danza llega a su puesta más emblemática con una dirección colectiva –después de la salida de la maestra Laura Morelos–, es tiempo también de reflexionar y apuntar por trabajos colectivos que fortalezcan instituciones tan importantes como ésta.
Ningún otro ballet como El lago de los cisnes logra la convocatoria que tiene esta producción de la CompañÃa Nacional de Danza y ninguna puesta ha logrado reunir a tantas generaciones en torno a una experiencia artÃstica. Lo mejor para celebrar los 40 años de esta producción serÃa rescatar su historia, eso es la tarea pendiente.
“Cada temporada de El lago de los cisnes es relevante para que pueda demostrarse que el ballet no es elitista, tiene historias que se entienden y lo único que se requiere es disfrutar esta expresión artÃstica. Sirve además para introducir al público a esta disciplina y para que los niños vean que también pueden dedicarse a ella profesionalmente”, Tihui Gutiérrez.
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