Danza

Ecos de hábitat… Danza pro ecología

Por: Fritzi Mazari — 2 de agosto, 2009

Eterno Caracol presenta Ecos de hábitat, obra de Ester Lopezllera, en Los Talleres, agosto 2009 La conciencia ecológica se hace urgente y necesaria ante los cambios que el planeta experimenta día con día, a las distintas iniciativas que se plantean desde diferentes ámbitos hoy la compañía Eterno Caracol y su directora Ester Lopezllera cumplen con su “granito de arena” y presentan Ecos de hábitat, obra que se presentará en el Centro Cultural Los Talleres, los días 7, 8 y 9 de agosto; y, posteriormente en el Teatro de la Danza, del 13 al 15 del mismo mes.

Con motivo de estas presentaciones, InterEscena tuvo la oportunidad de hablar con la propia Ester Lopezllera y los aspectos de Ecos de hábitat.

¿Cómo hacer conciencia ecológica sin caer en el cliché tan socorrido actualmente?
E.L. “Es un reto sin duda, sobre todo porque no quiero caer en el uso de un discurso pedagógico-admonitorio o panfletario que me parece no tiene cabida en el quehacer artístico en ninguna de sus vertientes y que cuando se realiza va más bien en detrimento de la calidad de la obra”.

Eterno Caracol presenta Ecos de hábitat, obra de Ester Lopezllera, en el Teatro de la Danza, agosto 2009 Eterno Caracol tiene un lenguaje que apuesta a la poesía, la magia y la metáfora, ¿cómo hacerlo con un tema que tiene que ver con la destrucción?
E.L. “Ahora también quiero recurrir a la ironía y el humor negro, recurrir en ciertos momentos a las virtudes de lo fársico para exarcerbar situaciones del cotidiano vivir y exhibir los vicios éticos y morales que nos han conducido a la insostenible situación actual, aunque dentro de la dramaturgia general de la obra estarán yuxtapuestas con otros momentos de un aliento más sutil, menos vociferante pero que poseen una fuerte carga emotiva, lo que crea un balance muy interesante en el devenir de la obra.”

¿Cómo está concebida Ecos de habitat?
E.L. “Se trata de seis coreografías donde vemos como el ser humano se transforma de un ser inocente a un monstruo depredador; cómo genera basura; de los estragos de la contaminación auditiva, donde ya nadie escucha; sobre la escasez de agua; la extinción de la fauna con una especie emblemática como lo es la tortuga, que al mismo tiempo es una especie longeva y especie en anunciada extinción, la contaminación que de tan densa no nos deja ver nuestro entorno; y, finalmente, la imagen de un árbol que crece dentro de un sombrero mientras el hombre lo contempla y lo cuida”.

Eterno Caracol presenta Ecos de hábitat, obra de Ester Lopezllera, en el Teatro de la Danza, agosto 2009 ¿De que forma integras el entorno natural con la disciplina de la danza?
E.L. “El cuerpo humano es ya de por si un elemento de naturaleza, un cosmos que baila. La naturaleza baila en formas y armonía en tiempo y espacio y la danza es la representación de ese transcurrir constante y mutable. Efímero. El quid del asunto es que hombre y naturaleza son uno solo e indivisible, no estamos de ninguna forma ajenos a su presencia, no somos sólo espectadores de su magnificencia o extinción y justamente el problema empieza cuando nos conceptualizamos separados de ella y la vemos únicamente como un elemento útil para la explotación sin pensar en la importancia de su sustentabilidad”.

Música y naturaleza son elementos armónicos, ¿Cuáles son los elementos naturales que hilvanan la obra?
E.L. “Aunque el soporte sonoro de “Ecos de Hábitat” contiene algunos elementos que nos remiten a una idea de “lo natural” (sonido de corazón, el correr de un arroyo, etc.) en realidad lo que busco es crear la consciencia de su ausencia en nuestro diario vivir a través de la exposición exagerada de todos los ruidos y destemples auditivos a los que nos enfrentamos y de los que a veces ya ni siquiera nos damos cuenta. Como si ellos mismos fueran “lo natural” de nuestro paisaje urbano”.

Eterno Caracol presenta Ecos de hábitat, obra de Ester Lopezllera, en Los Talleres, agosto 2009 Desde tu perspectiva, ¿qué se puede hacer para fomentar la conciencia ecológica en las nuevas generaciones?
E.L. “Alguien escribió: Lo que la palabra divide, la danza lo une” Y en este sentido me parece que la labor por realizar está encaminada a despertar un alto grado de inteligencia emocional a través del arte, que permita estar presente y consciente para nosotros mismos y nuestro entorno. Nadie que haya sido tocado por un auténtico bienestar al estar simplemente respirando el aire matinal en la montaña o al ver el nacimiento de cualquier ser vivo puede después ser capaz de destruirlo impunemente. Se crean conexiones empáticas muy fuertes que literalmente nos impelen a proteger y resguardar la vida de nuestro planeta y por ende de nosotros mismos. El camino es pues el corazón, el amor. Sin duda”.

¿Qué buscas con esta coreografía?
E.L. “Conmover al público, invitarlo a meditar acerca de nuestra relación con la naturaleza, de cómo nos afecta y rige nuestro comportamiento, de la destrucción que le estamos provocando. Buscamos tomar conciencia de la gran sabiduría natural a través de la belleza de la danza”. Fotos: ©Gloria Minauro / Escénica7

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.