Duane Cochran, el significado de la danza en 25 años de creación escénica

Por: Susana Fernández — 12 de agosto, 2015

Con la invitación de grandes amigos y la elección de música mexicana para hilvanar un emotivo programa, el pianista, bailarín y coreógrafo Duane Cochran celebró –el pasado lunes 10 de agosto– 40 años de trayectoria en México y 25 años al frente de Aksenti Danza Contemporánea, en el escenario cultural más importante de nuestro país: Palacio de Bellas Artes.

Bajo el título Notas Urbanas, el programa de danza-música, en un muy bien logrado marcó escenográfico, inició con Down-under, pieza enmarcado por la composición del maestro Mario Lavista e interpretada por el Cuarteto Zanolli. Una obra sutil con un carácter cuasi místico donde cuatro ángeles observan lo que acontece en el mundo terrenal y reaccionan ante esta circunstancia, una pauta lenta que evocó un ambiente etéreo que anunciaba la intensidad que vendría en esa noche que siempre mantuvo un ambiente cálido al interior del recinto donde se vieron, además del público, amigos y compañeros de Duane, algunas de las figuras indiscutibles del circuito coreográfico y cultural de nuestro país.

Posteriormente, Aksenti interpretó La estación, marcada con una melodía más armoniosa del pianista Héctor Infanzón –a quien el propio Duane considera su “compadre” y gran amigo–, en esta pieza la danza adquirió un tono más amoroso a través de la voz de David Pineda y de un guiño que ofreció el propio Cochran en un cambio pausado con un carácter más teatral que de alguna forma dejó asentado esa multidisciplina que siempre ha caracterizado el trabajo de este coreógrafo que esa noche brillaba en el escenario de Bellas Artes.

La tercera pieza: El inviduo, fue un solo con música original de Raúl Tudón (integrante de Tambuco Ensamble de Percusiones) que permitió el lucimiento del bailarín Rodolfo Aguilera, quien transmitió a través del lenguaje corporal y la sonoridad de las percusiones la importancia que puede tener el rechazo de la sociedad en el hombre y como éste puede transformarse en alguien más duro y complejo en su lucha por sobrevivir.

Inspirada en el libro El país de las últimas cosas de Paul Auster, El simulacro fue la siguiente pieza en este programa conmemorativo, una interpretación con música de Rodrigo Sigal en un acto donde se planteó de forma muy abstracta el estado límite que puede alcanzar el ser humano cuando se encuentra atrapado por las circunstancias.

Para cerrar con broche de oro esta celebración, Aksenti nos presentó La reunión, una coreografía que el propio Duane Cochran define como, “una fiesta cualquiera, que sucede en un sitio cualquiera”.

Con música del mismo Héctor Infazón, esta creación de 2014, que marcó el estado anímico de la celebración, transformó la escena en una fiesta coreográfica donde si bien se reflejaba la alegría de la danza también se descubrían esos otros episodios no tan agradables de nuestro diario acontecer que nos recuerdan que mantenerse vigente en el ámbito cultural de nuestro país es “un acto de resistencia”, como lo mencionó el propio Duane Cochran al final de la presentación.

Un espléndido cierre para esta significativa noche, donde acompañado por los integrantes de Aksenti Danza Contemporánea, Elena Hernández, Lucelén Carvajal, Rodolfo Aguilera y Jonathan Villeda, además de los músicos que acompañaron cada segmento, Duane Cochran visiblemente emocionado, con esa afable sonrisa que le caracteriza y con las lágrimas a punto de brotar de sus hermosos y expresivos ojos, agradeció al público con una emotivas palabras donde reconocía el obsequio que este país le ha dado más allá de los terrenos profesionales.

“México es el país que me adoptó hace 40 años y me permitió realizarme enteramente no sólo como profesional, sino como ser humano. Me ha regalado una familia, alumnos y la oportunidad de colaborar con grandes artistas que me han enseñado todo. México me bendijo con tantos amigos queridos, para este país mi más profundo agradecimiento”, Duane Cochran.