
Por: Susana Fernández — 15 de marzo, 2018
El cante de una mujer en medio de la oscuridad anunció la ansiada presentación de Francesco Bucci, mejor conocido en el circuito flamenco como Curro de Candela, quien se presentó con gran éxito el pasado sábado 10 y domingo 11 de marzo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Una gran invitación para los amantes del baile español en el marco del 34 Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Agradecido con un público que se entregó emocionado y generoso con el aplauso desde la primera aparición del cuerpo de baile, el más joven y último representante de esa dinastÃa de artistas que inició con el legendario bailaor José Greco –la primera gran estrella internacional de la danza española–, tÃo del intérprete, llevó a los asistentes por un viaje de emociones y estilos dancÃsticos que de forma ágil y sutil transitaron del flamenco al jazz y, por supuesto, a la sensualidad de la música cubana.
Nueve músicos en escena dieron los primeros acordes mientras seis bailaoras, ataviadas en el tradicional vestido rojo, irrumpieron en ese tablao en que se transformó el escenario del Teatro de la Ciudad para trasladarnos por distintos estados de ánimo al ritmo del palmao, la guitarra, el cajón y por supuesto las castañuelas.
Bajo el tÃtulo Afrogitano, más que flamenco, Curro de Candela propuso un viaje que se alejó del baile español convencional para jugar con las imágenes que se proyectaban en el fondo del escenario y que hilvanadas con la música creaban distintas atmósferas que nos llevaron por el flamenco tradicional a través de la expresión de las bailaoras que con la sutileza de sus manos, la fuerza del taconeo y la pasión de su interpretación nos confirmaron que el flamenco es uno de los géneros más vivos de la danza.
En este sentido, jugó la intervención de la bailarina Dailys Izquierdo MejÃas, más cercana a la danza afro-contemporánea, quien con su interpretación rompÃa con el flamenco y llevaba a los asistentes a una danza menos flamenca que se pintaba con movimientos que iban de la sensualidad del trópico a una expresión de modernidad hasta llegar a un interludio escénico con el Curro.
Es asà que Afrogitano, más que flamenco descubrió en el público un nuevo concepto artÃstico que escribe sobre el amor, la desolación, la exaltación de la vida, la soledad, el drama existencial del ser humano o la búsqueda de sentido sobre lo que ocurre… sentimientos que sirven de hilo conductor para darle un toque “vivo” a las escenas. Una historia que como dice Candela “Tiene esa aura universal para que todo el mundo se pueda sentir identificado con la obra y los sentimientos”.
Una velada donde descubrimos un espectáculo de gran formato que crea diálogos a través de la danza y la música sin perder nunca la garra, la fuerza y la elegancia del flamenco. Una presentación en la que el Curro brilló al igual que el cuerpo de baile, porque para el gran bailaor, en la escena todos son uno sólo, todos son los personajes de una historia llamada flamenco.
Empero, después del intermedio el Curro mostró en solitario su poderÃo en el tablao, dejando más que satisfechos a todos los asistentes, que entre paréntesis eran bastante menos los del sexo masculino que las féminas que por supuestos se sintieron conquistadas ante este intérprete que en cada movimiento subyuga con su carismática personalidad escénica que le viene de cuna.
Descendiente de un linaje Ãntimamente ligado al flamenco más tradicional, Curro de Candela busca en Afrogitano, más que flamenco, marcar la diferencia y evolución de este género que vivió y bailó desde niño. Sin miedo a los cuestionamientos que se puedan dar entre los puristas más acérrimos, él como coreógrafo busca otorgar nuevos rumbos a la danza española.
Curro, enfrenta y convoca bailando como quiere, gusta y percibe su herencia del arte flamenco y, por supuesto en su presentación en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris lo demostró con gran aceptación por parte del público.
Con la firme promesa de un regreso antes de que termine el año y profundamente agradecido con el trato del público mexicano, Curro de Candela terminó cada una de sus presentaciones con largas filas de admiradoras a quienes prometió, cada noche, tomarse una foto con cada una de ellas, fueron muchas las mujeres que gozosas lo esperaron en el lobby del Teatro de la Ciudad para llevarse un beso, un abrazo y una foto de un artista que seguro de su arrolladora simpatÃa que proyecta nunca dejó de sonreÃr y disfrutar en esas dos funciones que ofreció en el Festival del Centro Histórico.
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