
Por: Jonathan Maldonado — 22 de abril, 2016
La CompañÃa Nacional de Danza presenta en el Palacio de Bellas Artes una nueva temporada del ballet Coppélia, una coreografÃa de Enrique MartÃnez según la versión de Marius Petipa sobre la música de Léo Delibes.
Destaca que a pesar de no contar con un director titular en espera de que Mario Galizzi asuma el cargo, después de la accidentada temporada del Lago de los Cisnes y de la destitución de Laura Morelos como directora, la Nacional es bien llevada por un Consejo ArtÃstico conformado por Jaquelin López, Diana Angelini y Clara Carranco aunada a la coordinación ejecutiva de Enrique Tovar “Dieckâ€.
La agrupación insignia del ballet en México retoma el camino y nos ofrece una Coppélia bien cuidada, divertida y que a lo largo de sus tres actos mantiene al público cautivo. Esta pieza inspirada en Der Sandman (El hombre de arena), texto macabro del escritor E.T.A. Hoffmann, estrenada en 1870 en la Ópera de ParÃs, representa en –breves palabras– una lúdica historia donde Swanilda sospecha que su prometido, Franz, guarda un amor secreto por Coppélia, la hermosa y enigmática hija del doctor Coppéluis.
Desde 1989, este ballet forma parte del repertorio de la CompañÃa Nacional de Danza. En la versión de este año los bailarines se notan cómodos, bien dirigidos y logran transmitir esa sensación al espectador. Muy destacada es la actuación de la primera bailarina Ana Elisa Mena como Swanilda, quien además de su notable preparación técnica demuestra sus habilidades histriónicas adueñándose del personaje, no asà Franz encarnado por el primer solista Roberto RodrÃguez quien resulta parco a su lado, desde el particular punto de vista de quien escribe.
Vale la pena mencionar que Coppélia en su estreno fue una obra que integró una serie de recursos creativos que incluÃa la actuación tradicional del ballet, mismo que a lo largo del tiempo ha sido parte imprescindible para lograr su fácil lectura. Sin ser una pieza de un virtuosismo técnico altamente demandante como pueden ser algunos otros ballets, la teatralidad de Coppélia lo convierte en una danza clara, juguetóna y fácilmente digerible para todo público.
Como un incoveniente podrÃa mencionase que los bailarines de la CND interpretan un par de danzas de carácter de forma armoniosa pero tristemente apretada por la voluminosa escenografÃa utilizada en el primer acto.
Para disfrute del público se redujó en el tercero acto brindando asà más espacio y aire para el cuerpo de baile y las intervenciones de los solistas en el clásico pas de deux. El vestuario es uno de los protagonistas de la obra por el hermoso diseño de Eugenio ServÃn y el buen estado de conservación.
Coppélia es el último gran ballet del romanticismo que nos deja ver en su historia la aspiración de una época. Periodo en que la ciencia moderna nacÃa con el deseo de quitarse de encima el peso de lo divino y con la confianza en que la razón podrÃa iluminar el camino de la humanidad. Por ello no es raro ver a inquietos personajes que se confunden entre inventores, alquimistas y magos como el Doctor Copelius.
Es una historia más donde el hombre aspira a crear vida, deseo que perdura en lo Ãntimo del ser humano hasta el punto en que nos encontramos actualmente, donde la ciencia genómica, los clones y la robótica parecen estar cumpliendo dicha fantasÃa.
No dejen de asistir al Palacio de Bellas Artes a disfrutar de Coppélia con la CompañÃa Nacional de Danza que cierra esta breve temporada el domingo 24 de abril, una bella creación que ofrece la oportunidad de apreciar una representación que lleva a toda la familia a conocer un clásico del siglo XIX en una historia muy alegre y divertida que plasma la belleza del ballet.
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Te felicito por tan bella narrativa histórica durante el desarrollo de tu texto que nos motiva a valorar la belleza de esta obra que involucra con sus participantes y le da un toque de cultura y fantasÃa muchas gracias excelente trabajo