
Por: Enrique R. Mirabal — 13 de febrero, 2018
“Rice, narra la historia de la tierra, engarzada con la vitalidad del ser humano, estableciendo un paralelismo entre el ciclo de cultivo del arroz y el proceso evolutivo de la vida del hombre”, Lin Hwai-min.
Imaginar una compañÃa de danza proveniente de China (sin especificar cuál de las dos Chinas) nos llevará irremediablemente a pensar en coloridos cuadros de folklorizante ambiente y a ver en escena a deslizantes figuras femeninas cual si estuvieran en patines, haciendo gala de una grácil delicadeza al borde de la fragilidad y con poca resolución a la hora de tomar decisiones aunque le atañan.
Prueba de esto es Cloud Gate Dance Theatre, un ensamble, cuyo estilo sintetiza la danza moderna de carácter universal que floreció en los años 30 y 40 del siglo XX e incorporó estilos y escuelas diversas que corresponden a la evolución de la danza en el siglo XX, sin excluir la danza butoh de Japón como influencia lógica en los paÃses del Lejano Oriente.
Y para aquellos que gustamos de la danza, el INBA nos ofrece la oportunidad de ver a este ensamble que dirige Lin Hwai-min, una visita a la Ciudad de México donde presentarán un clásico de su repertorio que lleva por tÃtulo Arroz (Rice, para una directa identificación internacional), un espectáculo de gran formato que el prestigiado coreógrafo define como “una alegorÃa sobre la vida y la muerte, del caos a la redención”.
“Rice se inspira en el paisaje y la historia de Chihshang, un pueblo agrÃcola situado al este de Taiwán que, tras muchos años de haber sido contaminado por el uso de fertilizantes quÃmicos, recuperó el tÃtulo de “la tierra del arroz del Emperador”, tras adoptar una agricultura ecológica”, Lin Hwai-min.
Entrevistado desde Taiwán, Lin Hwai-min -quien antes de ser coreógrafo destacó como escritor-, comentó que “Rice surgió a raÃz de su visita a los campos arroceros del norte de Taiwán, que fueron invadidos por compañÃas de electricidad. La devastación fue tal que los propios campesinos hicieron protestas; luego, con su trabajo hicieron resurgir dichos campos”.
Es asà que en esta creación, el maestro propone una coreografÃa con bases defensoras de la ecologÃa, tan de moda en nuestros dÃas y, a veces, usada como un pretexto para estar a la mode y ser muy correctos polÃticamente. Hay que reconocer, en este caso, la honestidad del artista taiwanés y su lucha por preservar su cultura y la subsistencia de su isla lo llevaron a realizar esta creación estrenada en noviembre de 2013 con motivo del 40 aniversario de la compañÃa.
“La relación tan amorosa de los campesinos con sus campos de arroz fue lo que me inspiró a hacer esta coreografÃa y compartirla con el mundo. Documentamos todo el proceso de cultivo, cada etapa, y fuimos descubriendo los diferentes elementos que intervienen en el proceso: tierra, fuego, agua, polen, la naturaleza en general, y de esa forma se divide el espectáculo“, Lin Hwai-min.
El fuego, como expresó el coreógrafo, es una parte importante de toda esa dinámica, ya que después de la cosecha todo se quema y las cenizas sirven de abono. Con el agua todo se renueva y todo empieza de nuevo: “Esta es una clara referencia al ciclo de la vida: el renacer y morir para volver a empezar”
Rice, traslada a los bailarines de vuelta a los verdes y, posteriormente, amarillos arrozales de Chihshang, uniéndolos al trabajo de cosecha. En la escena, el lenguaje del cuerpo narra la historia de la tierra, engarzada con la vitalidad del ser humano, estableciendo un paralelismo entre el ciclo de cultivo del arroz y el proceso evolutivo de la vida del hombre.
“El movimiento corporal de los ejecutantes sale de lo más profundo de su ser, es muy interno, su enfoque es más directo y fuerte, y su proyección en el escenario resulta mucho más impactante”, Lin Hwai-mi.
Como paisaje escenográfico, la danza se integra a una serie de imágenes multimedia resultado del trabajo de dos años de Ethan Wang en Chihshang, el cual fue reconocido en 2014 en el Knights of Illumination Awards. El diseño de esenografÃa es de Lin Keh-hua, la iluminación de Lulu W.L. Lee, la videografÃa es una realización de Chang Hao-jan; y el vestuario de Ann Yu Chien, Lin-Ting Huang en colaboración con el Departamento de Diseño de moda de la Universidad Shih Chien de Taiwán.
La narrativa musical es construida con canciones populares interpretadas en hakka, uno de los dialectos chinos más antiguos; música de tambor de Liang Chun-mei; la obra Monochrome II de Maki Ishii, a cargo del Ensamble Ondekoza.
El argumento también se desplaza a partir de música occidental, como el aria Casta Diva de la ópera Norma, de Vincenzo Bellini, Le rossignol et la rose de Camille Saint-Saëns y el movimiento IV de la SinfonÃa No. 3 de Gustav Mahler; asà como sonidos del susurro de los granos, el murmullo del viento o el retumbar de los truenos.
“No pensé en la música directamente sino en las sensaciones que querÃa transmitir, en las cualidades del movimiento que querÃa generar, y asà escogà las piezas musicales”, Lin Hwai-min.
Cloud Gate Dance Theatre presenta Rice el viernes 17 y el sábado 18 de febrero en el Palacio de Bellas Artes, una escenificación de gran formato que en el concepto coreográfico de Lin Hwai-min: “narra la historia de la tierra, engarzada con la vitalidad del ser humano, estableciendo un paralelismo entre el ciclo de cultivo del arroz y el proceso evolutivo de la vida del hombre”.
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