
Por: Roberto Sosa — 17 de diciembre, 2009
En diciembre llega la Navidad y las usanzas que cada fin de año no pueden faltar; una de las bellas tradiciones para estas fechas es ver los espectáculos que se presentan en los diferentes escenarios que hay en la capital. Por antonomasia uno de estos eventos es el ballet El Cascanueces, que cada año lleva a escena la CompañÃa Nacional de Danza (CND) en el Auditorio Nacional.
Un clásico con música en vivo a cargo de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, con la dirección de Tadeusz Wojciechowski, en la interpretación de la obra del compositor de origen ruso, Piotr I. Tchaikovsky y la coreografÃa de Nina Novak, sobre el original de Lev Ivanov.
El libreto es de Marius Petipa, basado en la versión que hizo Alexandre Dumas, del cuento original del alemán Ernst T.A. Hoffman (El Cascanueces y el Rey de los ratones).
Presenciar El Cascanueces, es estar de frente a la música y la danza confabuladas en un escenario para el deleite de los sentidos; lo acontecido a la vista es una manifestación desde la creatividad que recorre y sensibiliza al espectador. Dos expresiones de las siete bellas artes, en su más sublime dimensión.
El Cascanueces es un cuento que se desarrolla en la vÃspera de la Navidad. Su trama tiene como protagonista a Clara, una niña que recibe como regalo un Cascanueces en forma de soldado, cuando duerme vienen a ella sueños donde este gentil soldado se hace gigante; aparece el Rey de los ratones que con su ejercito pelea con los otros juguetes que defienden al Cascanueces.
En la batalla el Rey ratón está a punto de matar al soldado, pero Clara lo salva golpeando con su zapato la cabeza del ratón. Con esto el Cascanueces se convierte en prÃncipe por el amor de Clara.
En el segundo acto, la pareja hace un viaje por el paÃs del azúcar, son recibidos por el hada de azúcar y su caballero para presenciar, en su honor y sentados en el trono real, un desfile de múltiples personajes que interpretan danzas de paÃses lejanos y de diferentes orÃgenes: el chocolate de España, el café de Arabia, el té de China, el nugat de Francia, las flautas de caramelo, Mamá bombonera y sus seis hijitos. Al final el hada de azúcar y su caballero bailan para Clara y el Cascanueces.
Para esta presentación de la CND el vestÃbulo del recinto de Reforma ha sido decorado con piñatas, árboles navideños y miles de luces que enmarcan la interpretación de tradicionales villancicos, música navideña a cargo renombrados grupos corales y musicales, como: Staccato Coro Universitario de la UNAM, Orquesta TÃpica “Daniel GarcÃa Blancoâ€, Cuarteto Clave de Sol, Cuarteto Dos Siglos, Coro de la Ciudad de México, Los Lauderos y Blandina Hernández, y el Coro Euterpe Fili, este preámbulo coral se presenta antes de cada función.
Con El Cascanueces, la CompañÃa Nacional de Danza reafirma su calidad institucional en cada una de las presentaciones en el Auditorio Nacional, el cual se viste de gala para representar este clásico de fin de año.
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El cuento en el que se basó Petipa, La Historia de un Cascanueces, puede leerse en la ed. de Trifaldi 2009.