Por: Fritzi Mazari — 5 de marzo, 2019
“Es para nosotros un desafÃo presentar la comprensión y conciencia del cuerpo que tenemos en Japón a personas de otros paÃses y culturas”, Kakuya Ohashi.
En un ir y venir de movimientos y sensaciones, Kakuya Ohashi lleva al espectador a un escenario donde la búsqueda de dos almas en su caminar develan ese arte que disecciona la materia del cuerpo y transparenta la existencia de “almas sin cuerpo y, cuerpos sin alma, aquellos que nos llevan por una reflexión acerca del ser humano…”
The Lustrous, un encuentro del cuerpo, la mente y el espÃritu, donde Kakuya Ohashi y su relación con el género butoh explora el contacto con los sabores, olores, sentidos. Una expresión más de este coreógrafo, basada en el cómic Land of Lustrous de Haruko Ichikowa, que desentraña la corporalidad en una experiencia sensorial que explora la cultura contemporánea japonesa para hacer de las imágenes un dúo de danza que indaga y se sumerge en un mundo post-humano.
Una más de las creaciones que Ohashi ha creado enfocado en ese encuentro con el comportamiento de la sociedad moderna y su percepción de la existencia humana, para ser representadas por su agrupación, la cual fundó en 1999 y tiene sede en Tokio, una danza, radical y comprometida que en su contexto escénico descubre nuevos aspectos y posibilidades de la fisicalidad.
The Lustrous, una representación -hoy martes 5 de marzo en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo-, que abre la escena de Cuerpos en Revueltas -Festival Internacional de Butoh, Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual –organizado por Eugenia Vargas–, un espacio para el diálogo, la reflexión, el entrenamiento y la producción para la comunidad de artistas escénicos interesados en esta disciplina.
“Un escenario que propicia la transformación del temple del ánimo cotidiano en un estado sensible, receptivo y creador, resultando, de este modo, el espacio idóneo para albergar los procesos creativos que definen nuestras producciones”, Eugenia Vargas.
Un dúo de danza -interpretado por la bailarina Yu Goto y el propio Kakuya Ohashi-, donde dos entes corporales, sin ninguna expresión facial, dibujan escenas que van de lo sutil a lo dramático, el cuerpo como una exploración del lenguaje butoh en contacto con todos los sentidos. AsÃ, la danza como instrumento de la narrativa escénica nos lleva por un mundo que adolece de la absoluta arrogancia de la humanidad.
“Son imágenes que proyectan sensaciones que buscan compartir aquello que implica liberar el cuerpo de su humanidad para transformarlo en todo tipo de sustancias y materiales. Aquella que provoca en la audiencia una sensación de incomodidad, pero al mismo tiempo lo invitan a sentir la libertad de nuestros cuerpos”, Kakuya Ohashi.
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