Danza

Compañía Nacional de Danza estrena La Cenicienta

Por: Gabriela Jiménez Bernal — 1 de septiembre, 2010

Compañía Nacional de Danza estrena La Cenicienta, coreografía de Ben Stevenson, en el Auditorio Nacional, septiembre 2010 Una de las máximas joyas del repertorio dancístico mundial se presentará el domingo 5 de septiembre, en el Auditorio Nacional.

Fue en el siglo XIX cuando el mundo fue testigo del estreno de la primera versión en ballet del cuento La Cenicienta. Desde entonces, han surgido diversas interpretaciones que lo han convertido en una joya del repertorio dancístico en muchas naciones.

México es uno de esos países que durante muchos años careció de este montaje. Sin embargo, será el próximo domingo 5 de septiembre cuando por primera vez podrá apreciarse dicha pieza en tierra azteca a cargo de la Compañía Nacional de Danza (CND), quien ofrecerá una sola función en el Auditorio Nacional.

El coloso de Reforma será el escenario donde se desarrolle esta historia de amor en la que intervendrán alrededor de 60 ejecutantes, sobresaliendo la presencia de los primeros bailarines Agustina Galizzi (Cenicienta) y Erick Rodríguez (Príncipe), los cuales estarán cobijados por la música en vivo de la Orquesta del Palacio de Bellas Artes, bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco, así como de la sublime escenografía diseñada por René Durón.

Compañía Nacional de Danza estrena La Cenicienta, coreografía de Ben Stevenson, en el Auditorio Nacional, septiembre 2010 Debido a la relevancia de sumar este ballet clásico al repertorio nacional, las principales autoridades de la CND –encabezadas por su directora, la maestra Sylvie Reynaud-, pensaron en una de las adaptaciones de La Cenicienta más innovadoras: la del inglés Sir Ben Stevenson, una eminencia en el terreno de la danza, con la incomparable música de Sergei Prokofiev.

Y es que Stevenson, distinguido con la Orden del Imperio Británico por la Reina Isabel II y la Medalla de Oro Adeline Genee (la más alta distinción que otorga la Academia Real de Danza) es un creador que se ha distinguido por su particular forma de exaltar la teatralidad en los bailarines quienes, preocupados por la eficacia técnica, se han olvidado de exteriorizar sus emociones y sentimientos.

El artista viajó en febrero de este año a nuestro país para visitar las instalaciones de la CND y elegir él mismo el elenco para la producción mexicana de La Cenicienta.

Después encomendó a su compañero Tim O´Keefe el montaje del mismo, pues ha sido la persona que se ha encargado de supervisar todos sus proyectos escénicos.

Confiesa O´Keefe su entusiasmo de estrenar dicho montaje en un foro de gran renombre como el Auditorio Nacional. Más aún, su satisfacción de haber trabajado con bailarines de alto nivel como los de la agrupación mexicana, quienes entendieron a la perfección la apuesta de Stevenson:

Compañía Nacional de Danza estrena La Cenicienta, coreografía de Ben Stevenson, en el Auditorio Nacional, septiembre 2010 “Él es un hombre muy teatral, de las pocas persona que realmente saben contar una historia a través del movimiento. Es como todo director de cine que sabe dar mucha información para narrar una historia, y estoy convencido que los bailarines de la CND consiguieron el objetivo esperado por él, quien vendrá a la función de estreno”.

Razón de la ausencia de un clásico…

Largos años tuvieron que pasar para que México sumara a su repertorio este clásico del ballet universal, que inicialmente fue estrenado en 1822 en Londres, basado en el cuento de Charles Perrault y que se titulaba originalmente “Cendrillon ou la petite pantoufle de verre” (Cenicienta o la pequeña zapatilla de cristal).

Más adelante fue remontado por los rusos en 1945 con la misma música de Prokofiev. De ahí en adelante se han realizado varias propuestas coreográficas como la de Stevenson, quien en 1970 realizó esta adaptación para los festejos de la apertura del Kennedy Center en Nueva York.

-¿Por qué tardó tanto en estrenarse La Cenicienta en México?- Se le preguntó a la maestra Reynaud, titular de la CND, quien responde:

“A lo mejor no se había pensado en esta obra como una posibilidad. Sin embargo, los directores anteriores de la compañía han traído otras grandes piezas como La Bayadera o Don Quijote. Cada obra tiene su tiempo y si ahora llegó La Cenicienta creo que se debe a que la agrupación está en un gran momento para interpretarla”.

Compañía Nacional de Danza estrena La Cenicienta, coreografía de Ben Stevenson, en el Auditorio Nacional, septiembre 2010 Reynaud atañe la ausencia de La Cenicienta en el escenario mexicano quizá a la dificultad musical que implica: “No todos los coreógrafos se atreven a montar este ballet porque se debe contar con un amplio conocimiento musical para comprender lo que lleva implícito la propuesta de Prokofiev que, si bien goza de gran belleza y majestuosidad, también presenta muchas dificultades por la misma libertad que posee”.

La directora de la CND reafirma la razón de elegir la versión de Stevenson: “La Cenicienta de este artista es la más lograda para contar tan especial historia. Además, tiene un buen gusto para desarrollar los momentos bromistas. Es muy elegante”.

De hecho, siguiendo la tradición inglesa, los personajes de las “hermanastras” son interpretados por varones, lo que le inyecta al montaje un tono caricaturesco.

-¿Es una mirada más contemporánea?-

“No. Más bien es neoclásica, pero no tanto en los pasos sino en la forma como se utiliza la música. No hay que olvidar que la música de Prokofiev es más contemporánea que la de Tchaikovsky, por lo que los cuerpos se deben mover de manera diferente, sino, el movimiento en escena sería muy extraño. Y Stevenson lograr seguir perfectamente a la música”.

La Cenicienta, una historia vigente

Compañía Nacional de Danza estrena La Cenicienta, coreografía de Ben Stevenson, en el Auditorio Nacional, septiembre 2010 No obstante la antigüedad de este cuento, para muchos sigue siendo una historia vigente, que no pasara de moda. Al respecto, Tim O´Keefe asegura que, a diferencia de otros ballets, en La Cenicienta se abordan aspectos cotidianos:

“Se plantea un drama que ocurre todos los días, una historia de amor que es protagonizada por gente como nosotros. Mientras en otros ballets se cuentan historias fantásticas, en ésta se desarrollan situaciones muy humanas, como ocurre igual en la pieza de Romeo y Julieta”.

En ello coincide la directora de la CND, quien está convencida que el amor es y seguirá siendo un tema universal: “Siempre habrá casos de personas que se aman pero que sus diferencias sociales los separarán. Son historias que se mantienen, simplemente cambian de contexto”.

Durante cinco años la CND tendrá los derechos de este montaje, por lo que se contempla remontarla durante ese periodo. De momento, se planea que en 2011 se baile en la sede oficial del grupo, es decir, en el Palacio de Bellas Artes.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.