Estado de Secreto invita a reflexionar sobre el pasado perpetuo del México cínico y corrupto

Por: Josué Romero — 12 de junio, 2010

“Es un trabajo que nos permite apreciar a un Rodolfo Usigli poco conocido, que aborda la comedia con maestría para reiterar su calidad de padre de la dramaturgia contemporánea mexicana. El hecho de reponer esta obra en el contexto del Centenario de la Revolución Mexicana, implica poner en evidencia que la Revolución no es una cosa del pasado, porque la historia es eso, la vigencia de lo que somos. Si recordamos de dónde venimos entenderemos hacia dónde vamos, algo que a los mexicanos nos hace mucha falta”, Mauricio Jiménez.

No se puede decir si Rodolfo Usugli sabía que las cosas poco iban a cambiar después de setenta y cuatro años, cuando escribió una de sus magistrales obras: Estado de Secreto, una directa acusación al llamado maximato de Plutarco Elías Calles, el autonombrado Jefe máximo de la Revolución, y a la corrupción de los gabinetes de los presidentes que él manipulaba.

Una sátira más que conveniente para los tiempos que hoy corren, una comedia que retrata los enjuagues corruptos del poder ”ayer, hoy y mañana”. En sí es una radiografía del poder que desenmascara a nuestro políticos, y es que ¿quién no se ha enterado de los negocios entre la clase política y sus familiares, aunque sean muy lejanos? ¿De los actos de corrupción entre las élites? ¿Del despilfarro y la banalidad de los miembros de cualquier gabinete? ¿Del cinismo de los diputados y senadores y de lo que harían por no apartarse del “hueso”? ¿Del navegar de los actores políticos a donde “las aguas nos lleven” siempre y cuando no?.

Es así, que la Compañía Nacional de Teatro presenta, desde el pasado 29 de abril en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, Estado de Secreto –que por cierto termina su temporada el próximo 18 de junio–, una nueva vision musical de Mauricio Jiménez sobre el trabajo de Usigli en una idea escénica socarrona e irónica que de manera festiva deambula por las profundidades del universo político de México y ejemplifica como la clase política se estructura, desarrolla y piensa con esas interminables características que perduran hasta nuestros días.

“Usigli tiene la virtud de desenmascarar a una clase social en el poder a través de esta obra que también es una pieza literaria escrita con un lenguaje y una estructura dramática impecables, lo que la hace aún más interesante. Es una comedia impolítica, porque dice lo que estaba prohibido decir”, Mauricio Jiménez.

En esta nueva producción la CNT nos presenta el México donde todo se puede. Ese México que describió Usigli, y que a setenta y cuatro años de haber sido escrita, su vigencia nos llena de un terror indescriptible.

Y es que, a decir de Usugli: México es el país del no pasa nada, de la amnesia social y colectiva, de la ficción política, de las máscaras del cinismo y la corrupción, de las mentadas de madre cuando uno sale de las oficinas gubernamentales sin resolver nada, del robar y permanecer como en cada sexenio.

Estado de secreto se estrenó hace cinco años como parte del ciclo Mural de Teatro Mexicano que llevó a cabo el INBA bajo el sello de esta compañía que hoy dirige el maestro Luis de Tavira.

En este proyecto actual la CNT reúne un excelente elenco integrado por actores de primera línea, como José Sefami, Carlos Orozco, Carlos Corona, J. Concepción Macías, Aída López, Rodolfo Guerrero, Mario Corona, Fernando Memije, Daniel Arturo Patiño, Ermis Cruz, Paola Arias, Azalia Ortiz, José María Negri, Juan de la Loza, Ángel Lara y Roberto Soto, quien interpreta de manera magistral a Ildelfonso Suárez (Poncho), el poderosísimo Secretario de Estado que es capaz de que los cocodrilos vuelen.

“Cuando estrenamos este espectáculo no sabíamos cuál iba a ser el resultado y aún ahora, en la cuarta temporada, seguimos sin saberlo a ciencia cierta. Sólo estamos aplicando nuestro oficio con toda intensidad. Por el carácter del personaje, por la pluma que la escribió y por el desafío que implica para todo el elenco, esta actuación es una gran responsabilidad a la que estamos entregados”, Roberto Soto.

Es así que en el marco de la serie de propuestas teatrales planteadas por Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes para vivir y reflexionar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución mexicanas, Estado de secreto invita a recapacitar, con inteligencia y sentido del humor, sobre el pasado perpetuo del México cínico y corrupto, o sobre el cómo remediar nuestra historia y pensar en el país que queremos llegar a ser.

“Por su planteamiento y vigencia temática, esta obra nos ubica en la realidad en que vivimos para, a través de la ficción, enmarcar, dilucidar, horadar y precisar cómo estamos constituidos, cómo actuamos y cómo vemos pasar la historia”, Mauricio Jiménez.

Al final de cuentas, si asisten a Estado de Secreto se darán cuenta que no sólo se la pasarán muy bien, sino que también se reirán dolorosamente del exceso del poder, y eso, queridos amigos, es una cuestión que nos atañe a todos.