Cirque Eloíze presenta Rain… ¡espera lo inesperado!

Por: Nina Ines Jung — 7 de mayo, 2010

“Unexpected things can come from the sky: messages, signs, promises. On our stage, not only rain will fall. Surprises will pour down as well”. Daniele Finzi Pasca

Es difícil o casi imposible inventar algo nuevo. Innovar un concepto tradicional como el del circo es aún más complicado. ¡Pero no imposible! Para muestra tenemos en estos días en la Ciudad de México el espectáculo Rain del Cirque Éloize de Montreal, creado por el director, dramaturgo y coreógrafo suizo Daniele Finzi Pasca, y que el Teatro Metropólitan en el Centro Histórico de la Ciudad de México presenta para deleite de todos los capitalinos.

Respetado en el ámbito circense, Finzi Pasca es un artista que ha logrado llevar la fantasía e ilusión a la escena con gran éxito. En 2003 escribió y dirigió el espectáculo Corteo del Cirque du Soleil, además fue director y creador de la ceremonia de clausura en los Juegos Olímpicos de invierno en Torino 2006.

¿En qué pensamos si nos imaginamos un circo tradicional? Normalmente el director de circo es representado por una persona con barba y sombrero. Ingrediente imprescindible es el “hombre más fuerte del mundo” que es enorme y puede cargar muchas pesas. Los acróbatas y los equilibristas con sus piruetas en el aire y bailando en una cuerda floja muchos metros arriba del suelo desafiando el peligro. Por supuesto no se pueden olvidar los payasos con disfraces de colores haciendo sus bromas blancas…

Así podríamos enlistar muchos y muchos más de los actos que conforman los circos tradicionales, pero la forma en que la compañía Cirque Éloize reinventó e innovó el circo tradicional es totalmente diferente. Rain es una producción que va más allá del circo, es una aventura donde las técnicas y elementos se congujan de manera armoniosa con el arte teatral.

En Rain, el personaje que representa al director de circo es un simpático joven y delgado a quien apenas se le alcanza escuchar la voz. El hombre más fuerte del mundo es representado a través de dos personajes: uno de ellos carga sin mayor esfuerzo un piano en sus hombros y el otro es una mujer vestida elegantemente que aparece cargando a otra mujer sólo con sus piernas, demostración de fuerza que a simple vista puede parecer sencilla pero que en ellas luce con gran elegancia.

Los acróbatas y equilibristas no se columpian en los típicos trapecios, tampoco caminan por la cuerda floja, aquí utilizan una especie de anillos de diversas dimensiones –ya sea en el piso o en el aire– que con técnica y gran dominio de la fuerza de gravedad los artistas logran crear la fantasía del vuelo, como si en verdad estuvieran suspendidos en el aire.

Cada acto tiene algo de típico que nos recuerda a los circos de antaños pero con un enfoque nuevo sustentado por un elenco que le da un toque de humor –muchas veces de humor negro– a las distintas rutinas que se van presentando.

En éstas hay toques de comedia, personajes que desaparecen de manera accidental, una mujer contorsionista metida en una maleta de la cual sus brazos caen de la maleta como si se desmembrara por accidente, otros personajes irrumpen creando desconcierto y provocando la risa.

En resumen, los personajes de un circo tradicional están ahí, aunque no en su forma típica y no siempre tan obvia, aquí la elegancia y las escenas lúdicas predominan. A primera vista no se identificaría a ninguno de los artistas como atracción de un circo… hasta que empiecen con su acto enmarcados por una música original que le añade un sentido único e irrepetible.

“Si tuviera que definir este espectáculo, diría que está lleno de esperanza, alegría y dulce añoranza, y que está hecho del mismo material de las historias que contaba mi abuela. Lo dedico a aquellos que aman sentir la lluvia caer“, Daniele Finzi Pasca,.

Cirque Eloíze es un juego donde la lluvía transmite al espectador un sentimiento de libertad y el espectador tiene la oportunidad de preguntarse ¿a quién no le sucedió esto de niño? Y justamente esto es lo que inspiró al propio Daniele Finzi: recuerdos con imágenes que nos remontan a la infancia, como el ver a los artistas jugar avioncito o al futbol en la lluvia mientras se dejan resbalar en el agua.