Homenaje a Nellie Happee… La pasión de una mujer de nuestro tiempo

Por: C. Magun y S. Fernández — 1 de abril, 2010

Para los que amamos las artes, el Día Internacional de la Danza (29 de abril) es una ocasión para celebrar, en este sentido que mejor escenario que éste para rendir honor a quien honor merece, Nellie Happee. Una pequeña niña que de cruzar la Ciudad en tranvías, entre la escuela y su encuentro con el tutú y las puntas llegó a convertirse en un icono del movimiento dancístico mexicano.

Con un largo camino y sesenta años de trayectoria que avalan su prestigio y conocimiento, la petite dame de la danse que sabe y disfuta la vida habló sobre la danza y el Homenaje que la Compañía Nacional de Danza le rendirá en el Auditorio Nacional.

¿Qué se siente reponer Carmina Burana en el Auditorio Nacional y ser homenajeada en el Día Internacional de la Danza?
N.H. Me parece que no es un homenaje sino más bien una celebración por mis 80 primaveras, me siento honradísima que se celebre en el marco del Día Internacional de la Danza y en el Auditorio Nacional. Ni qué decir que tengo un profundo agradecimiento hacia las personas que hicieron esto posible. Sólo me resta desear que el público nos acompañe para poder compartir dos de las obras más significativas en mi vida Carmina Burana y Esquina Bajan.

¿Cuál es la diferencia al crear dos piezas tan disímbolas?
N.H. Carmina Burana fue un encargo, un reto al que me arriesgué a enfrentar y que desde 1983, para mi sorpresa, se convirtió en una de las favotitas del público. De ¡Esquina Bajan!, que puedo decir, es un pedazo de mi vida, de mis recuerdos y tal vez añoranza de una época que se nos fue. Es también un pequeño homenaje a esta ciudad que es tan mía, acompañado por las voces de Toña La Negra, los Panchos, Agustín Lara y los mambos de Pérez Prado.

¿Qué representa para usted la Compañía Nacional de Danza?
N.H. Es mi segunda casa y mi segunda escuela porque en ella “me hice”, me desarrollé como coreógrafa. Quiero y respeto a muchos de sus integrantes y directivos, algunos de los cuales pastoree desde la Escuela Nacional de Danza en prácticas escénicas.

Para usted, ¿en que radica la creación coreográfica?
N.H. Primero, en una necesidad de expresión a través de la danza y, segundo, representa la oportunidad de realizarme como ser humano para quien el comunicarse es prioritario.

En estos tiempos de parafernalia y superproducciones, ¿cómo renovar la danza clásica para atraer al público?
N.H. El primer espectáculo de danza escénica, llamado Ballet se presentó en mil quinientos y tantos y no dejó de renovarse hasta convertirse en Clásico. Las obras de sus creadores, como sucede con la música, son representativas de cada época histórica. Así tenemos obras de Petipa, Nijinsky, Balanchine, McGregor o Bigonzetti, por citar algunos. Sería difícil no percatarse de una evolución entre las obras de Petipa y Bigonzetti.

Es así, que los días 29 y 30 de abril, el Auditorio Nacional será testigo –una vez más– de un tributo a una mujer que con talento y disciplina ha logrado un lugar privilegiado en la historia coreográfica de nuestro país, pues si de algo estamos seguros es que Carmina Burana es una de las más taquilleras, conocidas y disfrutadas piezas de danza que goza y conoce el público capitalino.

En el Homenaje que la Compañía Nacional de Danza rinde a Nellie Happe esperamos no ver butacas vacías, escuchar un torrente de aplausos y un público que humilde agradece a quien deja esto para el legado de la danza en México… ¡Felicidades Nellie Happe! Foro Esquina bajan: Guillermo Galindo