
Por: Enrique R. Mirabal — 5 de diciembre, 2009
Para finalizar el año, nuestras principales orquestas han preparado sus conciertos de despedida aunque cada una lo hará de manera diferente.
El Palacio de MinerÃa servirá de marco ideal, no sabemos si van incluidas las piñatas, para dos conciertos de Navidad que ofrecerá la Orquesta Sinfónica de MinerÃa dirigida por José Areán.
El Concierto al que se integran los grupos corales Convivium Musicum, ProMúsica, el de la Facultad de IngenierÃa de la UNAM y el Grupo Coral Ensamble Cáritas, todos ellos coordinados por Samuel Pascoe, presume obras de alto vuelo: Fanfarrias de entrada de Gabrielli, el Cantique de Noël de Adolphe Adam, el mismÃsimo compositor de Giselle y selecciones de El MesÃas. Particularmente interesante en este programa resulta Navidad guadalupana, de Bernardo San Cristóbal y Miguel Prado (ver ilustración).
Una visita al Centro Histórico que culmine en este gran agasajo musical puede ser muy llamativo para la familia mexicana en estas festividades. La cita con MinerÃa es el miércoles 9 y el jueves 10 a las 20 horas.
La Orquesta Filarmónica de la UNAM, en vÃsperas del cierre de la Sala Nezahualcóyotl por remodelación anunciada que se extenderá, probablemente, hasta el mes de marzo, ha programado una Gala que no es precisamente navideña pero sà muy especial.
El compositor estrella es Richard Wagner, la invitada de honor, la mezzosoprano MarÃa Luisa Tamez y el director Alun Francis. Los dÃas 5 y 6 de diciembre en el horario acostumbrado.
Como todo concierto dedicado a un solo compositor, la Gala alternará pasajes sinfónicos con los vocales y se han seleccionado fragmentos significativos del alemán Richard Wagner (1813- 1883). La Tamez demuestra todo su potencial sonoro en tres de las más demandantes arias que escribiera el protegido de Luis II de Baviera para soprano dramática o mezzo de gran flexibilidad vocal, en este caso.
Desde el Aria del salón o Te saludo de nuevo… que entona Elisabeth al comienzo del segundo acto de Tannhäuser hasta la Muerte de amor de Tristán e Isolda, no sin antes haberse inmolado en la famosa escena de Brunilda en La Walquiria, nuestra mezzo tendrá oportunidad de refrendar su privilegiada posición al ser la única cantante mexicana en la actualidad en interesarse y acceder al repertorio wagneriano de artillerÃa pesada.
Por su parte, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) se despide con dos pares de interesantes conciertos. El primero, el 5 y 6, con la participación de dos pianistas preadolescentes que se atreverán con el Primer concierto de Beethoven y el de Grieg, respectivamente; sus nombres: Vladimir Petrov y Santiago LomelÃn, no sabemos si niños prodigio o no (se infiere) pero vale la pena el viaje a la Ollin Yoliztli para confirmarlo. El sábado a las 18 horas y el domingo a las 12.30 del mediodÃa.
La siguiente semana, el ambiente sonoro se pone navideño y, bajo la dirección del invitado Jorge A. Casanova oiremos a Humperdinck con sus niños Hansel y Gretel extraviados en el bosque, al eterno convocado Leroy Anderson en un Viaje en trineo. El concierto finaliza con la suite de El cascanueces de Chaikovsky, Adeste fideles y un popurrà navideño con los cánticos para la ocasión que todos queremos oÃr.
El gran concierto final, patrocinado por el Gobierno del D. F. sin fines electorales, tendrá lugar en el Ãngel de la Independencia y contará con un invitado de lujo cantando para el pueblo a todo pulmón y un muy buen sistema de sonido (esperamos) para que la voz se sobreponga al griterÃo.
Plácido Domingo, con su generosidad habitual, deleitará a los mexicanos acompañado por la OFCM, coros y algunos invitados especiales entre los que destacamos a la ganadora en 2008 de la edición de Operalia, MarÃa Alejandres.
En esta presentación habrá fragmentos de óperas, seguramente de zarzuelas, canciones populares y, por supuesto, un toque navideño para amenizar las fiestas como ahora se acostumbra decir, polÃticamente hablando.
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